Eugenia Russian

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Una de las expresiones sociales actualmente presentes con relevancia transformadora es la acción de las comunidades inspiradas en la Teología de la Liberación surgida en toda América Latina y el Caribe a partir de 1970. Resultan emblemáticos los testimonios de vida como los de los mártires de El Salvador, a 33 años del asesinato de los sacerdotes Ignacio Martín Baró, Amando López, Ignacio Ellacuria, Juan Ramón Moreno, Segundo Montes, Joaquín López y López, al igual que a una de las trabajadoras de la universidad, Elba Ramos y su hija Celina. El pueblo salvadoreño rinde homenaje a estos hombres y mujeres bajo el lema: “Porque la lucha es justa la esperanza no desfallece”.

La madrugada del 16 de noviembre de 1989, en El Salvador, miembros del batallón de infantería Atlacatl, ingresaron a la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) y asesinaron a este equipo impulsor de la Teología de la Liberación cuyos aportes seguirán nutriendo la formación de comunidades en toda la Patria Grande.

Una investigación de un grupo de trabajo del Congreso de Estados Unidos informó que los responsables fueron entrenados en la Escuela de las Américas y de los 25 soldados que participaron en la masacre 19 fueron graduados en dicha escuela considerada formadora de dictadores militares de América Latina.

En la conmemoración de la masacre de la UCA para las comunidades ecuménicas seguirá resonando la voz del mártir Ellacuria que dice: “Aquellos que odian la injusticia están obligados a luchar con cada onza de sus fuerzas. Ellos deben trabajar para un mundo nuevo en que la avaricia y el egoísmo sean finalmente vencidos”. Uniéndose a este clamor, los movimientos sociales de varias partes del mundo convocan a realizar un gran esfuerzo para rechazar el odio y la violencia, y trabajar por la paz con verdad y justicia.

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