Tengo los nervios destrozados…solo Dios me levanta, dice madre de secuestrado en El Salvador (Ver video)
María Quintero afirma que su hijo Henry José Albornoz Quintero nunca tuvo problemas con la justicia, por lo que no entiende porqué lo mandaron a El Salvador. Su esposa quedó en EEUU embarazada y a cargo de un niño de 10 años. Fotoscaptura

VEA / Yuleidys Hernández Toledo
«A mi hijo lo engañaron hasta lo último, le dijeron que lo iban a deportar para acá, para Venezuela. Él me llamó el 14 de marzo, y me dijo: ‘Mamá, anoche nos sacaron a las 3:00 de la mañana, nos iban a deportar; pero nos regresaron porque estaba haciendo mucho viento, y el avión así no podía despegar’. El 15 me dijo: ‘A lo mejor nos sacan hoy en la madrugada’. El 15 se lo llevaron (…) Él llamaba a la esposa al mediodía, y ese día no la llamó, por lo que ella revisa en el sistema, y ve que ya no existía ahí, no estaba en Estados Unidos. El domingo 16 nos enteramos por las redes sociales, cuando vemos a mi hijo que era uno de los que estaban en El Salvador, y después cuando salió el listado; mi hijo sale de número cuatro».
El relato sobre cómo fue el secuestro de Henry José Albornoz Quintero, lo dio a conocer su madre, María Quintero, a Diario VEA, el 9 de abril durante una manifestación ante la sede de la Organización de Naciones Unidas, en Caracas. Contó que su hijo fue detenido el 31 de enero de este año cuando se presentó a una cita para solicitar su permiso de trabajo ante el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (US Immigration and Customs Enforcement -ICE-, por sus siglas en inglés).
Su hijo nació en Carúpano, estado Sucre. Como otros miles de jóvenes, se fue del país creyendo que en la llamada tierra del «sueño americano» iba a encontrar un mejor futuro, pero lo que conoció fue la pesadilla.
«Mi hijo tenía un año y dos meses, tenía 14 meses en Estados Unidos cuando lo detienen», expresa, al tiempo que agrega con angustia: «Dejó a su esposa allá con 39 semanas de embarazo, un bebé de 10 años. Ella se encuentra allá sola, porque él era el sustento del hogar, él trabajaba allá de Uber».
Desde la sede de la ONU, exigiendo al organismo que ayude a los familiares de las víctimas de Donald Trump y Nayib Bukele a conseguir una fe de vida de los secuestrados, indicó con angustia: «Mi hijo nunca ha estado preso aquí en Venezuela y mucho menos allá en Estados Unidos. No sé porqué se le acusa de terrorista, del Tren de Aragua, solo por tener un tatuaje».
«Pido justicia a la ONU, y a toda la gente competente que se pueda abocar para que por favor hagan que liberen a nuestros hijos, porque tener un tatuaje o emigrar no es un delito. Pido justicia, que se haga justicia», dice.
Expresa que está viviendo días de angustia y de desespero. «Tengo los nervios destrozados, no puedo dormir, a veces me siento bien, a veces me siento decaer. Gracias a mi Dios que me vuelve a levantar, es mi roca fuerte».
Agrega con el dolor reflejado en el rostro: «Queremos saber de nuestros hijos, porque de verdad no sabemos nada».
María Quintero se dirige directamente al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien desde marzo de este 2025 tiene secuestrado de manera ilegal, de acuerdo a cifras que él mismo ofreció, a 252 venezolanos, en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot): «Presidente Bukele, póngase la mano en el corazón, y devuelva a nuestros hijos».
Se pregunta cómo Bukele fue capaz de recibir y trasladar a una prisión de máxima seguridad a personas que no tienen ninguna acusación, no tienen expediente en Venezuela, ni en El Salvador. «Solo porque lo mandaron desde Estados Unidos; pero en Estados Unidos tampoco le hicieron juicio, no le hicieron nada. Mi hijo tiene corte para el año 2026. Tenía que presentarse con el juez el 19 de marzo y lo sacaron el 15, no se pudo presentar».
«Pido a las autoridades que por favor se avoquen, que revisen los expedientes (…) Que los dejen en libertad. No pueden meter preso a gente por tener un tatuaje, señalarlos de terroristas. Pedimos justicia», manifiesta, antes de volver con el grupo de familiares a seguir entonando la consigna: «Bukele, libera a nuestros hijos, son inocentes».