Exigencia a Trump y a Bukele: «Basta de tanta maldad. Liberen a nuestros familiares» (Ver video)
Mirelys Casique López reconoció a su hijo, Francisco Javier García en videos difundidos en redes digitales. «No veo ninguna expresión de mi hijo, lo que veo es tristeza», relató. Fotos Internet.

VEA / Yonaski Moreno
Mirelys Casique López mantiene la ilusión de que las autoridades de Estados Unidos y El Salvador realicen una investigación exhaustiva y liberen a los venezolanos secuestrados en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot). Entre ellos se encuentra su hijo, Francisco Javier García Casique, de 24 años de edad.
«Yo he esperado, he confiado en que hagan una revisión, porque ellos dijeron que deportarían a quienes sean inocentes. Todavía tengo la ilusión de que revisen, investiguen y me regresen a mi hijo», expresó en una entrevista concedida a Diario VEA.
Las lágrimas amenazan con salir mientras piensa en qué mensaje enviar a Donald Trump y a Nayib Bukele, responsables del secuestro de su hijo y otros 251 connacionales. «Por favor, ya basta de tanta maldad. Liberen a nuestros familiares», logra decir.
Tras una pausa, añade: «Hay tanto que podría decir, pero no tengo palabras el día de hoy. Pido la liberación de nuestros familiares, son inocentes».
Sobre Francisco Javier destaca su gran fortaleza. Recuerda que su hijo fue detenido por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) el pasado 6 de febrero. Mientras estuvo en territorio estadounidense mantuvo constante comunicación con él, quien a pesar de estar en condiciones difíciles nunca se quejó ante su madre.
«Él no quería preocuparnos y no nos decía nada, pero yo sí sabía que él comía mal y se le complementaba para que comiera un poquito mejor. Solo en una oportunidad me dijo que ahí no habían respuestas, que parecían como secuestrados. Esa conversación la tiene Seguridad Nacional, porque esas llamadas son grabadas y él llegó a decir», expresó Casique López, desde la sede de la Defensoría del Pueblo ubicada en la plaza Morelo, Bellas Artes, Caracas, donde los familiares se reunieron por primera vez con el responsable del organismo Alfredo Ruiz para denunciar el atropello del que son víctimas sus familiares.
Mirelys no ha escuchado la voz de su hijo desde el sábado 15 de marzo. Ese día, a las 10:00 de la mañana, la llamó para contarle que sería deportado a Venezuela. «Estaba emocionado porque él sabía que iba a volver a ver a sus hermanos, a su mamá, a su abuela», recordó.
Su familia también lo esperaba con mucha emoción, tras seis (6) años lejos de Venezuela, cuatro (4) de ellos estuvo en Perú. «Seis años suena poco, pero no, más en la soledad en Estados Unidos. Ese país es de soledad. Puro trabajar», expresó.
A las 11:00 de la noche, su corazón de madre le dijo que algo no marchaba bien. «Veo imágenes de sus amigos llegando a El Salvador y mi hijo no aparecía en el localizador de los Estados Unidos. Yo sabía que lo habían sacado de los Estados Unidos, aunque me dolía mucho, yo dije mi hijo está en El Salvador, porque una la madre lo sabe», relató.
Su pálpito fue confirmado poco después. En redes digitales encontró imágenes de su hijo en El Salvador. «En ese video lo pude reconocer y se ve que está bastante delgado, de hecho no veo ninguna expresión de mi hijo, lo que veo es tristeza», dijo con la voz entrecortada.
Explicó que para su hijo, los problemas en Estados Unidos iniciaron porque perdió una cita con el ICE. Acababa de llegar al país norteamericano «y como no conocía, no encontró la oficina». Cuando logró asistir al encuentro con las autoridades fue detenido por «averiguaciones» y liberado a los dos (2) meses con un dispositivo para localizarlo.
«Todo transcurrió normal, durante varios meses tuvo sus presentaciones ante ICE, no hubo ningún problema hasta el 6 de febrero, cuando la Administración Trump decidió mandar a arrestar en operativos y se metieron en el apartamento de mi hijo y fue sacado», señaló.
«Si no lo querían en Estados Unidos, lo que correspondía era que lo enviaran a su país», añadió.
Mirelys destacó que la injusticia a la que ha sido sometido su hijo y los venezolanos en El Salvador, ha sido documentada y expuesta ante el mundo por el régimen de Nayib Bukele, por lo que hizo un llamado a instancias internacionales a pronunciarse al respecto. «Ya basta de tanta injusticia, de tanto silencio cómplice», indicó.
Francisco Javier se ha dedicado por años a la barbería. En esa área se desempeñó durante su estancia en Perú. También fue por su dedicación a este oficio que decidió ir a Estados Unidos, pues le habían comentado que en el territorio norteamericano podría ganar más dinero con su labor.
A través de su trabajo, el joven brindaba un significativo apoyo económico a sus hermanos, madre y abuela, de quienes siempre estuvo muy pendiente. No tiene antecedentes penales en Venezuela, Perú, Estados Unidos y mucho menos en El Salvador, país que no había visitado antes de su secuestro, precisó Mirelys.