Madre de secuestrado: No quería que mi hijo se fuera a Estados Unidos (Ver video)
Crisálida del Carmen Bastidas de Ramos pide a Bukele que libere a José Manuel Ramos Bastidas. «Mi hijo no es un delincuente». Foto Franklin Domínguez.

VEA / Yuleidys Hernández Toledo
Su madre no quería que se fuera a Estados Unidos (EEUU); le angustiaba tenerlo a kilómetros de distancia de ella y de la familia; pero su hijo sentía la obligación de irse, pues necesitaba conseguir recursos para costear el tratamiento de su bebé, quien al nacer presentó problemas respiratorios, y la medicina era muy costosa. El 10 de enero de 2024, José Manuel Ramos Bastidas, agarra su mochila, deja a su hijo de cuatro (4) meses y a su esposa con su mamá, en el hogar ubicado en el estado Lara, y se va rumbo al norte, buscando el mal llamado «sueño americano». La historia la relata a Diario VEA, Crisálida del Carmen Bastidas de Ramos, progenitora del muchacho.
¿Antes que el bebé presentara la delicada condición médica respiratoria, su hijo había pensado en irse a Estados Unidos?, preguntamos, a lo que respondió con voz angustiada: «Sí lo pensó, pero ya cuando el niño presentó ese problema, él me decía mamá yo me voy a ir. Yo le decía que no; pero como ya él tenía un compromiso, el de ser padre, yo no le seguí diciendo más nada. Incluso no me siguió diciendo más nada; sino hasta dos días antes de irse. Me dijo: ‘mamá me voy’, faltaban dos días y bueno yo me quedé tranquila porque jamás pensé que migrar era un delito».
Desde la plaza Andrés Eloy Blanco, también conocida como plaza Lina Ron, ubicada a escasos metros de la esquina Santa Capilla, Caracas, denuncia casi al borde de las lágrimas, que las autoridades gringas y salvadoreñas «han manchado tanto, tan feo a mi hijo, sin ser un delincuente; pero yo les mando muchas bendiciones tanto al presidente Nayib Bukele como al presidente Donald Trump. No les deseo ningún mal porque no soy quien para juzgar. Y ojalá ellos vean todo lo malo que ellos están haciendo con esos inocentes».
Es 29 de mayo, y la señora Crisálida Bastidas esperaba para ser recibida junto a otros familiares de los 252 secuestrados en El Salvador, en la sede de la Vicepresidencia de la República, para solicitar una vez más al gobierno nacional que los ayude a recuperar a sus hijos.
«De verdad le exijo aquí al presidente Nayib Bukele que por favor libere pronto a los muchachos, porque ellos no son ningunos delincuentes (…) Mi hijo no tiene antecedentes penales. Mi hijo nunca ha estado preso, ni ha tenido vínculos con ninguna banda», expresa.
De igual forma, la mujer oriunda de Lara, pide al jefe de Estado, Nicolás Maduro, que los ayude a recuperar a los 252 secuestrados en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), la prisión de máxima seguridad construida bajo el régimen de Bukele. «Que nos traiga pronto a nuestros hijos, que nos dé esa bendición, así como se la dio a la madre de Maikelys y a su familia, así quiero que él no las dé a nosotras las madres».
Maikelys Bernal le fue arrebatada a sus padres, Yorelys Bernal y Maiker Espinoza, el 14 de mayo de 2024, cuando ingresaron a suelo yanqui, y quedaron retenidos por las autoridades de migración. Desde entonces pasó por tres hogares de acogida, como relató su madre en varias intervenciones públicas. Yorelys Bernal, fue repatriada el viernes 25 de abril a través del Plan Vuelta a la Patria; pero las autoridades gringas al momento de subirla al avión no le devolvieron a la pequeña. Desde entonces el gobierno nacional inició una campaña nacional e internacional para rescatar a la infante, milagro que se consumó el 14 de mayo de 2025.
Una cita que no salió como esperaba
En febrero de 2024, luego de una travesía, José Manuel Ramos Bastidas llega a México, donde trabaja mientras espera la cita de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés), para poder ingresar a suelo yanqui. La tan esperada fecha quedó pautada para el 19 de marzo de 2024; pero el día indicado no estaría cargado de bendiciones y felicidad como esperaba; sino que a partir de ahí comenzaría su pesadilla y la de su familia, pues desde ese momento fue retenido en Texas por autoridades migratorias.
«Ahí lo dejan un mes y no me le dicen el por qué me lo retienen. Al mes le dicen que él es retenido por averiguación por sus tatuajes», indica, al tiempo que explica que la imagen tiene la fecha de nacimiento de su nieto y dos estrellas decorativas.
Luego del mes privado de libertad en Texas, José Manuel es trasladado al «Stewart Detention Center» ubicado en el estado de Georgia; ahí dura 11 meses retenido. Estando en ese lugar, los funcionarios policiales gringos le dicen que iba a ser deportado a Venezuela, por lo que lo trasladan al centro de detención en El Paso, Texas, donde estará durante un mes, antes de que se lo llevaran secuestrado el 15 de marzo de 2025 al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), la prisión de máxima seguridad ubicada en El Salvador.
Estaba emocionado por regresar
La última vez que la señora Crisálida habló con su hijo, fue el 14 de marzo de 2025, cuando el joven llamó muy emocionado, pues le habían informado en el centro de detención que iba a ser deportado a Venezuela. «Él, muy contento, me dice mamá ya me voy a reunir contigo y con mi hijo», rememora.
El 14 no llegó porque según le dijeron, el avión donde lo trasladarían estaba presentando fallas. Desde ese momento Crisálida perdió la comunicación con José Manuel. «Esperé sábado, pasó domingo, pasó lunes. No sabía nada de mi hijo, yo decía, bueno será porque no tiene dinero» y por eso no llama. Por ello le dijo a su nuera «‘vamos a enviarle dinero'» para que se comunique; pero antes ella lo busca en la aplicación donde se puede ver si seguía detenido, «no aparecía».
El día martes 17 de marzo, la señora Crisálida estaba reunida con toda la familia, «y me dice mi hija: ‘mamá mandaron una lista (…) mamá siéntate que te voy a decir algo’. Me siento y cuál fue mi sorpresa, a mi hijo me lo habían trasladado a El Salvador. Me desmayé al ver que mi hijo había sido trasladado a El Salvador«, cuenta con angustia.
De inmediato clama a Bukele que libere a su hijo.
«De verdad que es fuerte todo lo que estamos viviendo las madres», porque están tratando «a nuestros hijos como si fueran unos delincuentes y no es así. Así que le hago un llamado al presidente Nayib Bukele para que se toque el corazón. Él tiene hijos y no le voy a desear maldad porque yo soy una cristiana. Le mando mil bendiciones; pero de verdad que se toque el corazón», reitera.
«Hijo, tu familia te espera»
Si su hijo puede escucharla o leerla, la señora Crisálida le dice: «hijo te amo. Aquí está tu madre esperando. Yo lo que quiero es que me lo devuelvan pronto porque mi hijo no es ningún delincuente. Y que lo amo y aquí está su madre, su esposa, su familia esperándolo».