En cárcel de Texas les dijeron que su familiar había sido trasladado a Guantánamo, en realidad estaba en el Cecot (Ver video)

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Así lo relató María Gómez al exigir libertad para su hijo Víctor José Bracho Gómez. Describe que la abuela-madre del joven se ha visto afectada de salud tras la detención del muchacho. Foto Franklin Domínguez

Maldad al máximo En cárcel de Texas les dijeron que su familiar había sido trasladado a Guantánamo, en realidad estaba en el Cecot

VEA / Yuleidys Hernández Toledo

La familia de Víctor José Bracho Gómez, uno de los 252 jóvenes secuestrados en El Salvador, vivió la doble maldad del régimen de Estados Unidos (EEUU), en menos de 10 días, y es que al no tener noticia sobre el paradero de su ser querido, una amiga del joven llamó al centro de detención en Texas, donde estuvo recluido durante meses el muchacho; ahí le informaron que había sido trasladado a Guantánamo, versión que fue transmitida a sus allegados en Venezuela. Con el pasar de los días descubrieron que el oriundo de Valencia, estado Carabobo, realmente había sido trasladado al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), una prisión de máxima seguridad ubicada en tierras salvadoreñas.

La historia la narró a Diario VEA, María Gómez, madre de Víctor José Bracho Gómez, quien describe que el 11 de marzo una amiga de su hijo, quien vive en Estados Unidos, al no tener noticias del muchacho, quien quedó detenido el 6 de noviembre de 2024, llamó al centro de detención de migrantes en Texas; «la muchacha que contestó le dijo que a él lo habían mandado a Guantánamo, que allá iba a estar de 8 a 15 días» antes de ser trasladado a Venezuela.

Ese mismo 11 de marzo, pero más temprano, Víctor José, de 34 años, había conversado con su abuela, a quien él llama mamá, porque fue quien lo formó y educó, y le comentó que iba a ser trasladado a Venezuela. Su madre-abuela lo esperaba ansiosa, con los brazos abiertos; pero nunca llegó.

«‘Mamita, mamita, me están sacando, supuestamente nos llevan para Venezuela'», recuerda María Gómez, quien reside en Naguanagua, estado Carabobo.

«El 20 de marzo llama mi sobrina a la casa de mi mamá: ‘¿Abuelita, para dónde fue que trasladaron a Víctor?’, dice, y mi mamá responde: ‘Para la isla de Guantánamo’. Entonces mi sobrina trancó de una vez la llamada. Mi sobrina llamó a mi otra hermana: ‘tía, te voy a decir algo: Víctor no está en Guantánamo, a Víctor lo pasaron fue para El Salvador’…», describe.

El 29 de mayo, momento en el que tuvo lugar esta entrevista, agrega que lo que no sabía su sobrina, es que su tía estaba en casa de la abuela, por lo que la adulta mayor escuchó toda la conversación y se puso muy mal; porque Víctor, más que su nieto, es su hijo. Ella realmente fue quien lo crió.

Desde la plaza Andrés Eloy Blanco, también conocida como plaza Lina Ron, ubicada adyacente a la sede de la Vicepresidencia de la República, donde acudió con un grupo de padres para ser atendidos por funcionarios de esa instancia, señala que ellos procuran no darle malas noticias a la abuela, «porque mi mamá sufre del corazón y le dan ataques; entonces ella escuchó y se puso a llorar y a llorar».

Luego de aquel episodio, la sobrina, a petición de la familia, mandó la lista que circuló en medios internacionales, donde se leían los nombres y apellidos de los venezolanos que habían sido trasladados el 15 de marzo de manera ilegal al Cecot; ahí figuraba el nombre de Víctor José Bracho Gómez.

Tras la noticia del secuestro, la mamá-abuela del joven ha caído tres (3) veces en cama, dice con angustia. La señora tiene 72 años de edad.

-¿En algún momento lo trasladaron a Guantánamo?

-Nunca lo trasladaron. A ellos los engañaron con que lo traían para Venezuela. A nosotros nos dijeron allá, en Estados Unidos, que los habían llevado a Guantánamo. Él nunca dijo que iba para Guantánamo allá en Texas donde lo tenían detenido, la muchacha que contestó fue la que dijo.

En Guantánamo, ubicada en la bahía homónima ubicada en Cuba, la nación yanqui tiene una base naval que ocupa de manera ilegal. En ese recinto, funcionarios gringos cometen todo tipo de violaciones de derechos humanos contra los privados de libertad que ahí se encuentran. Estos hechos han sido denunciados a lo largo de décadas por defensores de los derechos humanos, sin que hasta ahora las autoridades gringas hayan sido severamente sancionadas por algún organismo de las Naciones Unidas.

Ayudar a su madre-abuela y una mejora para él: La razón de su migración

Víctor José Bracho Gómez, como miles de jóvenes más, decidió migrar fuera de Venezuela, buscando mejoras económicas. Su meta principal: Reunir dinero para arreglar la casa de su «madre-abuela» y ayudarla con sus medicinas, cuenta María.

«Él migró de Venezuela por la situación que estábamos viviendo económicamente, y segundo, para ayudar a sus hijos, para ayudar a su mamá a construir su casita bien (…) Él quería construirle su casa a mi mamá o comprarle otra casita, y para sus hijos», explica, al tiempo que agrega que Víctor José tiene cuatro (4) hijos, tres (3) de ellos en Venezuela y otro que está afuera con su mamá.

Luego de una travesía por la muy promocionada mediáticamente por los medios y políticos de la derecha, selva del Darién, espacio natural que comunica Colombia con Panamá y atravesar varios países centroamericanos, llegó a México, y de ahí Víctor José pasó a EEUU, a donde llegó el 12 de octubre de 2023. Ahí lo detienen al intentar ingresar, hasta el 12 de febrero de 2024, cuando lo dejan en libertad, bajo un proceso de presentación de citas.

Tras quedar libre, comenzó a trabajar pintando casas y apartamentos. Además laboró como «delivery», explica su madre.

Estando en libertad acudió a dos (2) citas de las establecidas por migración. La tercera fue el 6 de noviembre de 2024. «Cuando fue a presentarse, de una vez lo dejaron, lo detuvieron en Texas», explica María Gómez, a quien su hijo más que como madre, la ve como una hermana.

Describe que el tiempo que estuvo detenido en Estados Unidos, siempre llamaba a su mamá-abuela.

María Gómez señala que su hijo «no tiene antecedentes penales, Dios me lo cuide y me lo acompañe, nunca en su vida, ni siquiera ha estado preso, ni ha visitado una cárcel, Dios me lo cuide y me lo acompañe. Nada, nada, es inocente».

Cuenta que antes de migrar a suelo yanqui, su hijo trabajaba en Venezuela como «mototaxista».

«Tráeme a mi papá»

María Gómez comenta que Adrian, uno de los cuatro (4) hijos de Víctor José Bracho, cada vez que sabe que ella asistirá a alguna reunión con los familiares de los secuestrados, le dice: «Tráeme a mi papá. Cuando yo salgo para Caracas lo primero que me dice es eso, y el otro día que me dijo ‘por qué no le dice a ese señor que suelte a mi papá y que lo traiga», en referencia a Nayib Bukele, el presidente de El Salvador, quien mantiene retenido de manera ilegal a 252 venezolanos.

Adrián tiene ocho (8) años de edad. Los otros dos hijos de Víctor José en Venezuela, cuentan con 17 y 12 años de edad. El que vive fuera del país con su madre, tiene seis (6) años, especifica.

Relata que junto a otras madres, padres y demás familiares de los secuestrados, se han reunidos con funcionarios del gobierno nacional, integrantes de la Cruz Roja Internacional y con representantes de Cristosal, una organización sin fines de lucro con sede en El Salvador, dedicada a la defensa de los derechos humanos. «Todos dicen que están trabajando por la liberación, que pronto estarán aquí en Venezuela», expresa sobre el mensaje que le han dado.

Si su hijo pudiera escucharla o leerla, le reafirma que tenga fe en Dios, que «aquí está su familia esperándolo», al tiempo que clama a Bukele y al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que liberen a los venezolanos secuestrados.

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