«Mamá, prepara todo, que en 6 horas estoy allá», fue lo último que dijo joven antes de ser secuestrado en El Salvador (Ver video)

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«Si hijo, nosotros te vamos a preparar todo porque vas a llegar a tu casa. Tu barrio te espera, tus hermanos te esperan», fue la respuesta de Sonia Ortiz a su hijo Maikol Mendoza. Aún lo está esperando. Foto Franklin Domínguez

Mamá prepara todo que en 6 horas estoy allá, fue lo último que dijo joven antes de ser secuestrado en El Salvador

VEA / Yuleidys Hernández Toledo

«Mamá, prepara todo, que en seis horas estoy allá», fueron las últimas palabras que le dijo Maikol Solier Mendoza Ortiz, a su madre Sonia Marilyn Ortiz. La conversación tuvo lugar el 13 de marzo, dos días antes de que el joven terminara, como centenas de venezolanos, secuestrados en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), una prisión de máxima seguridad ubicada en Tecoluca, El Salvador.

Sin poder contener las lágrimas, Sonia, oriunda del estado Lara, relata a Diario VEA que ante las palabras de su hijo, ella le respondió: «Sí, hijo, nosotros te vamos a preparar todo, porque vas a llegar a tu casa. Tu barrio te espera, tus hermanos te esperan. Te espera tu mamá con los brazos abiertos».

El lapso de llegada que estimó su muchacho se ha transformado en casi 3 mil horas de angustia para Sonia, que no sabe si su hijo come, duerme, si está bien de salud. «No hay comunicación. No sabemos nada de ellos. Yo no he visto a mi hijo (…)», expresa con angustia. 

Ella solo desea y clama a los regímenes de Donald Trump en Estados Unidos, y Nayib Bukele en El Salvador, que liberen a su hijo y a los otros 251 jóvenes, que de acuerdo con cifras ofrecidas en su momento por el mandatario salvadoreño, están privados de libertad en esa nación centroamericana.

El 29 de mayo, momento en el que tuvo lugar esta entrevista, Sonia manifiesta que el día que liberen al menor de sus siete (7) hijos, «no lo voy a dejar ir más nunca. Le diré que se quede, porque él tiene su casa. Sé que Dios hará el milagro».

Desde la plaza Andrés Eloy Blanco, también conocida como plaza Lina Ron, ubicada adyacente a la sede de la Vicepresidencia de la República, donde acudió con un grupo de padres para ser atendidos por funcionarios de esa instancia, recalca que su hijo es inocente, no tiene antecedentes penales en Venezuela, y mucho menos en El Salvador, país que nunca antes conoció.

Preso por un tatuaje

Como otros miles de jóvenes, Maikol decidió irse de Venezuela, buscando el mal llamado «sueño americano», ese que tanto promociona Hollywood, en donde supuestamente en cuestiones de meses, en suelo yanqui se pueden conseguir metas, que en países latinoamericanos solo logras en años.

La primera parada de su «plan de sueño» fue México, nación en la que estuvo durante un año, y que de acuerdo con su madre, trabajó como «un burrito». Estando en la nación azteca pidió ante la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) su cita para ingresar a Estados Unidos; se la concedieron para octubre de 2024. El joven de 22 años, vio quebrarse sus sueños cuando al momento de ir a la cita, quedó detenido.

Cuenta la madre, que lo detienen por un tatuaje que tiene en su brazo, y que el joven se había hecho durante su estadía en la tierra de Pancho Villa. «Le estudiaron el tatuaje; el tatuaje no pertenece a ninguna banda delictiva (…)», manifiesta, al tiempo que considera como arte la pintura que tiene su hijo en su cuerpo.

«Mi hijo nunca en su vida había estado preso. Lo que le está pasando a mi hijo es una pesadilla. Nunca entró a Estados Unidos, lo detuvieron en California», y de ahí fue trasladado a varios centros de detención para migrantes, uno de ellos en Arizona y el último en Texas, agrega.

Después de quedar detenido, su hijo comienza un proceso de Corte. Asistió a la primera y segunda; después le suspendieron este proceso. Sus familiares angustiados en Venezuela, buscaban los medios para que pudiera salir, aun cuando el joven decía que no quería ningún abogado, «…’porque yo no soy un delincuente ni soy un ladrón ni tengo antecedentes’. Mi hijo es un muchacho sano».

Ante la situación que pasaba el joven, los familiares le dijeron que pidiera la deportación a Venezuela; el joven lo hizo. «Fue engañado, porque le dijeron que lo traerían a Venezuela y no fue así. La sorpresa de todos ellos, es que los llevaron a El Salvador», dice totalmente preocupada.

Bukele, devuélvelos

Sonia Ortiz exige a Nayib Bukele que le devuelva a su hijo y a todos los venezolanos que mantiene secuestrado en El Salvador.

«Bukele dice que tiene conocimiento de la palabra de Dios, aunque parece que no sabe de la palabra de Dios, porque hay un pueblo que está injustamente secuestrado», denuncia.

Expresa que su hijo es un «muchacho sano. Tiene 22 años; como todo muchacho se hizo un tatuaje, un tatuaje es un arte, y de verdad lo que pido es justicia, que a mi hijo me lo devuelva el presidente Bukele (…)».

Remarca que su hijo «es un muchacho deportista, siempre le ha gustado su deporte. Cuando estaba pequeño jugaba béisbol, era shortstop, segunda base y después fue el fútbol. Llevaba a los niños como entrenador a canchas deportivas, a la colina de San Lorenzo».

Vuelve a insistir en que Bukele se ponga la mano en el corazón y libere a los venezolanos.

«Esto es demasiado, son 252 muchachos inocentes. Si alguno tuviera algún problema, sería mejor que lo traigan aquí, no a un tercer país», dice.

 «Tener un tatuaje no significa ser un delincuente (…) Lo que le está pasando a mi hijo es una pesadilla», denuncia con voz de angustia.

«Yo sé que Dios hará el milagro de traer a mi hijo a casa», finaliza.

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