«Mami, estoy asustado, hay rumores que nos mandarán a Guantánamo», fue lo último que dijo secuestrado por Trump a su madre (Ver video)
Aura Rico clama por la liberación de su hijo David Cabrera. Dice que si la puede escuchar, le pide que tenga fe, que sus familiares están luchando por él. Fotos Cortesía Aura Rico y Franklin Domínguez

VEA / Yuleidys Hernández Toledo
«Mami, yo estoy asustado, porque escuché rumores que es para Guantánamo donde nos van a mandar». Eso fue parte de lo último que dijo David Cabrera Rico a su madre, Aura Rico, el 13 de marzo de 2025, en la última conversación que sostuvieron antes que el régimen de Donald Trump lo enviara de manera ilegal y en complicidad con el presidente Nayib Bukele al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), una prisión de máxima seguridad ubicada en El Salvador.
En Guantánamo, bahía homónima ubicada en Cuba, y que EEUU ocupa de manera ilegal, los gringos tienen una base naval; ahí el régimen yanqui comete violaciones de derechos humanos contra prisioneros, actuación que ha sido ampliamente reseñada a lo largo de décadas.
Con la desesperación que solo puede entender y sentir una madre, Aura Rico expresa a Diario VEA, que hasta la fecha no sabe nada de su hijo. «Hay familiares que han visto a sus hijos, a sus hermanos, en fotos y videos, yo no he podido ver a mi hijo en ningún lado».
El domingo 16 de marzo, Aura conoció que un avión con venezolanos a bordo había llegado a la nación centroamericana; sin embargo ese día, ella no se enteró que su hijo de 35 años y nacido en Maracaibo, estado Zulia, iba en ese vuelo. Fue cuatro (4) o cinco (5) días después cuando vio el nombre de su muchacho en una de las listas no oficiales que han reseñado medios gringos y salvadoreños.
«Él me dijo en el momento que me llamó, el 13 de marzo, ‘mami, yo estoy asustado, porque escuché rumores que es para Guantánamo, entonces no sabemos’ (…) Sé que está allá en El Salvador por el nombre; pero no tenemos una prueba que nos diga, sí, aquí están los muchachos, los que salieron en lista. Muchos familiares sí vieron a sus hijos, hermanos, por video, pero yo a mi hijo no lo he podido ver, no se dónde está, no se cómo está», comenta entre sollozos.
Recuerda que en una de las llamadas que sostuvo con su hijo en los ocho (8) meses que estuvo preso en EEUU, él le dijo: «Mami me cambió la vida, se me volteó la vida y no entiendo porqué (…) Se nos cambió la vida, no esperaba esto».
Añade con tristeza: «Estaba sin sus hijos, sin su mamá».
De Venezuela a Chile y luego al «sueño americano»
Antes de irse a Maryland, Estados Unidos, David Cabrera estuvo viviendo en Chile durante nueve (9) años. Ahí residen dos de sus cuatro hijos, comenta Aura Rico a este portal, desde las afueras de la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), municipio Chacao, estado Miranda, donde el 9 de abril en compañía de otras madres, padres y demás familiares, fueron a exigir una fe de vida y la pronta liberación de los secuestrados.
Luego pensando en una mejora y en conquistar el tan comercializado «sueño americano», se fue a Estados Unidos. Antes de ingresar a esa nación estuvo en México, donde hizo el proceso de los papeles y sus documentos para entrar legalmente.
En la llamada tierra del Tío Sam, vivía con su esposa y sus otros dos (2) hijos, uno de 13 y otro de ocho (8) años. Tenía tres empleo: En un hotel, como cocinero en un restaurante y el tercero como «delivery».
Ya tenía un año viviendo en suelo yanqui, con todos los permisos que le había exigido esa nación, cuando fue detenido el 3 de julio de 2024. Las autoridades lo apresaron argumentando que pertenecía al Tren de Aragua, una banda criminal desmantelada en Venezuela. «Le dijeron que tenía vínculos con el Tren de Aragua, que tenía homicidio, narcotráfico», relata su madre, al tiempo que agrega que esas acusaciones son totalmente falsas, porque su hijo nunca ha cometido ningún delito en su vida.

Se ensañaron con él por sus tatuajes, unos que solo hacen referencia a su madre y a sus pequeños, agrega Aura con su acento zuliano, que no ha perdido aun cuando lleva varios años viviendo en Los Robles, Maracay, estado Aragua, región donde creció David.
Desde su arresto fue enviado a un centro de detención en Virginia y posteriormente a Texas. En el primero le dieron orden de deportación a Venezuela para el 3 de febrero de 2025. «De ahí lo trasladaron a Texas, porque supuestamente lo iban a pasar a México, porque para acá no había deportaciones«, indicó.
«El día sábado 15, él llama a su esposa que está en Estados Unidos, y le dice que el día sábado sí salían en la noche para Venezuela; le hicieron firmar algo que tampoco sabía qué era, y bueno, ya todos sabemos qué ha pasado desde que transcurrió ese tiempo», fueron mandados a El Salvador, donde están secuestrados, comenta con angustia.
Adiciona que el tiempo que su hijo estuvo detenido en Virginia, le cumplieron su tratamiento de hipertensión y asma. «No era un trato de maravilla pero contó con tratamiento», añade.
Los familiares le depositaban para comida y «se le transfería para que nos llamara al menos una vez por semana. Cuando estaba en Texas, sí dijo: ‘Mami, esto aquí es comer con gusanos, bañarse en ese baño horrible'».
En medio de las lágrimas, respira y clama justicia para él y para otros cientos de venezolanos que se encuentran retenidos de manera forzosa en El Salvador; siendo inocentes.
«Exigimos justicia, no sabemos nada de ellos. Exigimos que por favor se pongan la mano en el pecho y vean que somos padres de familia, y estamos preocupados. Hay muchachos que están enfermos y no sabemos en qué condiciones, por ejemplo mi hijo es hipertenso, no tiene su tratamiento, es asmático, son cosas que uno como madre se preocupa», expresa.
Sin delitos
Aura Rico recalca que su hijo no cometió ningún delito ni en Venezuela, ni en Chile, ni en Estados Unidos, y menos en El Salvador, país donde nunca estuvo.
«La pregunta es ¿por qué lo llevaron a El Salvador? ¿Por qué los vendieron? ¿Por qué los secuestraron?», interroga en su desesperación. Agrega que su hijo, y los más de 200 venezolanos que se encuentran en la nación centroamericana son personas inocentes.

«Somos inocentes. pónganse la mano en el pecho, y de verdad ayúdennos, queremos saber cómo están. Una fe de vida, una llamada, una fotografía, pero que nos den razón de nuestros hijos, de nuestros familiares», expresa, dirigiéndose a la ONU y a cualquier otra instancia que los pueda apoyar a traer de vuelta a los connacionales.
Escondiéndose: Así quedaron los hijos de David en EEUU
Al preguntarle cómo se encuentra la pareja y los dos (2) hijos de David en Estados Unidos, responde que «están asustados. Tienen que estar escondiéndose» por el trato a los migrantes venezolanos que hay ahorita en esa nación. «Tienen que estar escondidos por migración, y no es fácil», especialmente para su madre, agrega.
Hijo te amo, ten fe
-Si Nayib Bukele tuviese un poquito de corazón, y permite que su hijo la pueda ver, ¿qué mensaje le mandaría a David?

-Que estamos luchando, y que como él siempre me decía «Mami, te amo mucho», yo también te amo mucho David. Te pido que tengáis calma, que penséis en tu salud, que tienes que estar tranquilo, que aquí afuera estamos luchando. Que te amo mucho, que tus hijos están bien, estoy pendiente de ellos. Tené paciencia, pedirle mucho a Dios. Él me decía: «Mami, tenemos que orar, ora bastante por mí’, Eso es lo que estoy haciendo, tratando de agotar lo que tenemos a nuestro alcance para liberarlo. Te amo mucho, que Dios te bendiga, tu papá desde el cielo te está cuidando.