Vea / Irving Guanipa Ojeda

El nombre de Yulimar Rojas seguirá evocándose a nivel internacional durante los próximos años como el de auténtica dueña de las marcas mundial y olímpica del salto triple, ya que la hazaña cumplida por la número 1 del atletismo mundial este domingo, en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, rebasó todos los pronósticos para una atleta de tan exigente disciplina y sin aparentes rivales que puedan amenazar sus registros para el futuro, al menos a corto y mediano plazo.

La caraqueña de apenas 25 años de edad pasó a la historia del atletismo mundial luego de haber conquistado la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Río 2016, ya que se encargó de darle cumplimiento a su promesa de convertirse con el paso del tiempo en la mejor especialista de salto triple del planeta y «ostentar, algún día, los mejores registros a nivel mundial y olímpico», además de llegar a ser la primera mujer que logra saltar los 16 metros en la prueba que hoy la tiene como la auténtica Reina del Salto Triple del universo.

Pasos decisivos para el futuro

Y es que Yulimar, después de haber alcanzar el segundo lugar, y por tanto la presea de plata en Río 2016, detrás de la colombiana Caterine Ibargüen, quien logró la dorada con un salto de 15.15 metros, se forjó convertirse en la número 1 de la modalidad ya que su desempeño en las pistas la condujeron por el camino a la gloria y a la incomparable élite histórica del salto triple. Sus campeonatos mundiales al aire libre obtenidos en Londres 2017 y Doha 2019, así como los dos en pista cubierta en Portland 2016 y Birmingham 2018, la llevaron a igualarse con la mítica saltadora rusa Tatyana Lébedeva, únicas de la disciplina en haber ascendido a tan privilegiados sitiales.

El incomparable momento del 1° de agosto

Este inolvidable domingo 1° de agosto de 2021 se convirtió en leyenda para la historia del deporte venezolano toda vez que las expectativas de todo un pueblo que la seguía paso a paso desde su amada Venezuela, comenzaron a irse haciendo realidad desde el mismo momento en que salió a la pista para realizar su primer salto.

La caraqueña, que en cada oportunidad que sale a competir logra envolver a los presentes en el estadio captando la atención y la mirada de los presentes a su alrededor con un ritual muy particular, en esta oportunidad en el Olímpico de Tokio resultó muy diferente porque contó con una proyección televisiva para todos los rincones del planeta, y en su primer salto, con un sólido 15.41, comenzaba a escribir una nueva y dorada página en su larga y productiva historia sobre la pista, mientras que en su país miles de personas se llenaban de emociones, con lágrimas de alegrías y gritos ensordecedores de ¡Gracias Yulimar! ¡Eres la auténtica reina del salto triple!, ¡Viva Yulimar Rojas! ¡Viva Venezuela!, ¡Te amamos Yulimar! ¡Eres única!, y muchas otras exclamaciones llenas de mucho amor por tan excelsa atleta, quien tiene un futuro esplendoroso para continuar escribiendo hermosas páginas doradas en la historia mundial del atletismo.

Sin rivales ni sucesoras a la vista

Después de completar su último salto, con el que logró el registro mundial y amplió el olímpico, su emoción resultó indescriptible y terminó de contagiar a Venezuela, Latinoamérica y al mundo entero, tal como lo aseguraron los encargados de la transmisión por televisión de las incidencias de la competencia.

Como nunca, Yulimar logró poner de pie a todos los presentes en el escenario de la competencia, mientras los abrazos y aplausos del mundo se le volcaban a su figura como queriéndole afirmar ¡Salve Reina!

La fuerza que desplegó, la hoy monarca universal absoluta del salto triple, fue considerada por muchos como sobrehumana. Ya que ese 15.67 que alcanzó en su último intento en Tokio llegó para quedarse por mucho tiempo y colocarla en un sitial verdaderamente inalcanzable, al menos por ahora, ya que ninguna de sus rivales de turno ha superado los 15.30, y en las mejores competencias de los últimos tiempos no aparece una posible sucesora de la Incomparable Yulimar Rojas.

En la jornada dominical la venezolana fue escoltada por Patricia Mamona (Portugal) con 15.01 metros y su compañera de equipo en el Barcelona, Ana Peleteiro (España) con 14.88.

El hecho de haber logrado que tanto la medallista de oro Yulimar Rojas como la otra ocupante del podio, Ana Peleteiro, con medalla de bronce, le permitió al cubano Iván Pedroso convertirse en el primer entrenador con dos atletas de diferentes nacionalidades en alcanzar tan privilegiados lugares en unos Juegos Olímpicos, otro de los hechos épicos conquistados por la caraqueña, que es y será ejemplo para las nuevas y futuras generaciones de Venezuela, y todo el mundo.

Mención aparte para quienes la elevaron a la gloria

Yulimar siempre fue una atleta destacada en Venezuela, logrando títulos nacionales que la erigieron a lo que es hoy en salto triple, todavía posee marcas en Venezuela de salto largo. También se destacó en el voleibol hasta que decidió participar únicamente en salto triple. En todo ese desarrollo tuvieron mucho que ver Aristóbulo Istúriz y Eduardo Álvarez Camacho, presidente del Comité Olímpico Venezolano (COV), quien desde que la vio nos aseguró «esta es una atleta hecha para la historia, con su 1.92 está llamada a brindarle muchos triunfos al país. Yulimar será campeona para la historia», no se equivocó y hoy la Reina del Salto Triple es una auténtica realidad. Orgullo de todos los venezolanos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Este contenido está protegido !!