VEA/ Carlos Batatin

El fiscal general de la República, Tarek William Saab, relató en rueda de prensa  que a la fecha “han sido procesados 269 fiscales del Ministerio Público por actos de corrupción, de los cuales 125 tienen imputaciones y 24 han sido condenados”.

Desde su despacho,  explicó a través de Venezolana  de Televisión,  que se detectó que uno de los modus operandi más comunes, son los casos de forjamiento de documento público,  utilizados como elementos de convicción o medios de prueba fraudulentos para favorecer a los investigados.

Detalló, como ejemplo, los informes médico-legales manipulados que arrojan un resultado distinto a la evaluación médica, para de esa manera minimizar la responsabilidad del investigado o detenido y otorgarle una libertad.

En tal sentido, dejó claro que “los especialistas en generar violencia política para alcanzar el poder son especialistas en esto. Nada más al ser detenidos comienzan a enfermar. No hablo del 100 por ciento, ocurre igual con otros delitos inherentes a la delincuencia organizados”.

También dijo que algunos fiscales incurren en abuso de funciones. “El fiscal en un acto arbitrario y violento utiliza su condición y credenciales para obtener beneficios en forma de atención prioritaria no justificada”.

Otros  en el delito de omisión dolosa. “El fiscal deja de emitir un acto conclusivo (a los 45 días) en un procedimiento con detenido, para que decaiga la medida y el tribunal otorgue la libertad. Es una omisión premeditada”.

En ese sentido, argumentó   que “desde nuestra llegada al MP hemos detectado que aquí, al igual que la persona que me antecedió y quien fue la mano que mecía la cuna durante más de una década; se delinquía junto con sus directores y allegados”.

De acuerdo a su experiencia, en esa institución se instaló un patrón que intentaba hacer ver mal al sistema de justicia, por cuyo motivo se inició  una nueva lucha que todavía no termina. “Siempre digo que cuando hay un fiscal corrupto debe haber alguien que lo esté alentando. Solo no actúa”.

Citó como ejemplo, cuando un fiscal del Ministerio Público cobra y recibe una cantidad de dinero para de alguna manera favorecer a la persona que va a ser presentada en audiencia.

Tras ser recompensado económicamente, “solicita al tribunal que la persona en lugar de ser objeto de una medida judicial privativa de libertad sea objeto de una medida cautelar. Esto se conoce como corrupción propia simple”.

Al citar otro ejemplo, afirmó que  “puede ser que un fiscal del Ministerio Público que conoce una investigación penal, solicita el sobreseimiento de la causa sin tener en las actas del expediente elementos de convicción que den alguno de los presupuestos establecidos para ello”.

Ese procedimiento, en opinión de Tarek William Saab, tiene como fin favorecer al investigado o imputado de autos. “Estamos ante un tipo penal conocido como corrupción propia agravada”.

Otra muestra de tales irregularidades,  “puede ser que el fiscal del MP en una investigación penal que conoce le pide dinero al investigado de autos para manipular declaraciones a fin de poder arribar a un acto conclusivo que le beneficie. Eso es concusión”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Este contenido está protegido !!