VEA / Yonaski Moreno

La vicepresidenta Ejecutiva, Delcy Rodríguez y el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, dejaron de lado las formalidades propias de sus responsabilidades laborales para dar un viaje al pasado y visitar su entrañable infancia a través del podcast Alboroto Creativo, conducido por Daniela Cabello y Génesis Garvett.

La conversación transcurrió entre risas y fue propicia para conocer algunas de las anécdotas que atesoran los hermanos. La primera, relatada por Delcy, evidenció que desde temprana edad aprendió a aprovechar las oportunidades, pues montó un negocio en la escuela con las arepas que un pequeño Jorge se negaba a comer.

«Mira el trato que yo tenía con Jorge», dijo Delcy como introducción al relato. «Él no se comía la arepa que le hacía mi mamá y yo la vendía, tenía un cochinito hasta que mi mamá lo descubrió», agregó. Entre risas, recordó «Jorge no comía nada, era muy flaco y yo decía: ‘no, yo voy a vender esta arepa’. Entonces le preguntaba a mis amiguitos: ‘¿qué quieren?, ¿diablito?, ¿queso?, ¿mantequilla?’ y le decía a mi mamá ‘Jorge quiere diablito’?

La graciosa anécdota fue compartida luego de que las moderadoras del espacio hicieran una pregunta polémica «¿Qué va primero el agua o la harina?» la vicepresidenta respondió La harina. Al contestar la pregunta Jorge Rodríguez coincidió con su hermana. Esa intervención abrió las puertas a otros cuentos.

«Ay, Jorge Rodríguez, alguien te sopló la pregunta y te preparaste. Jorge nunca ha hecho una arepa», reveló Delcy entre risas. «Claro que sí, y en Amazonas cómo comía», se defendió Jorge en el mismo tono jocoso. «¡Cuando yo te cocinaba!», remató Delcy.

Jorge no se quedó atrás y continuó revelando detalles de su relación fraterna. Rememoró que en 1990 se encontraba en Amazonas, en un pueblito remoto llamado Maroa, al que se llegaba en lancha en un viaje de tres (3) días o en un pequeñito avión de cuatro (4) puestos que partía desde Puerto Ayacucho y tardaba dos (2) horas y media.

«La única diversión que había en ese pueblo era los jueves cuando llegaba el avión. Se escuchaba el avión y te montabas en el jeep de la guardia, o en moto, o en bicicleta, a recorrer los seis (6) kilómetros hasta el aeropuerto, que era una pista de tierra con una churuata, a ver quién había llegado», recordó Jorge, quien explicó que se encontraba ahí ejerciendo medicina.

Uno de esos días, al llegar al aeropuerto, quien bajó del avión fue su hermana Delcy Eloína, con una carta escrita por su madre, luego de que Delcy pasara un día en la cárcel por participar en una protesta por el primer aniversario del 27 de febrero. «Me entrega la carta y dice ‘ahí te la mando, está metida en cosas peligrosas, ya está bueno de que nos persigan a los Rodríguez, que se quede allá contigo para siempre’».

El cuento no terminó ahí. Aún riéndose, Jorge añadió «y Delcy Eloína se creía Mandela cuando solo estuvo un día presa».

En la primera edición del podcast, los hermanos también recordaron sus juegos favoritos de la infancia: yaquis, metras, trompo, ajedrez y futbolín. Igual que ahora también jugaban ping pong, y de acuerdo con la vicepresidenta su hermano siempre ha sido mal perdedor. «Ya dije que no te gustaba perder Jorge Rodríguez y por eso eres el jefe de la campaña Venezuela Nuestra».

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