¡Ojo con las «letras chiquitas»! El peligro de votar por Edmundo González
En su plan de gobierno no aparecen palabras como pueblo, casa, misiones, comuna.
La autora es jefa de Redacción de Diario VEA y Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar. Foto internet

VEA / Yuleidys Hernández Toledo
El proceder político de la derecha parece ser cíclico, sus mentiras y engaños se manifiestan una y otra vez. Cada vez que hay elecciones, su mitomanía, su don de fraude, aumenta. Por poner un ejemplo, en 2012 el entonces candidato presidencial Henrique Capriles Radonski durante meses planteó darle carácter legal a las misiones; sin embargo en el plan de gobierno que consignó, en ese entonces, ante el Consejo Nacional Electoral, CNE, la palabra «misión» no figuraba en ninguna parte del documento. Doce años después la ultraderecha trata otra vez de embaucar al pueblo y afirma que trabajará por el bienestar social de la población cuando en realidad lo que pretende es ejecutar un programa total de privatización.
Las pruebas están ahí solo hay que leer las «letras chiquitas» del contrato con el cual los aliados y protegidos de Estados Unidos pretenden estafar al pueblo de Bolívar.


Al ser nombrado candidato de la ultraderecha Edmundo González, quien actúa más como un títere ha mantenido la línea discursiva de su titiretera María Corina Machado. La dirigente radical había expresado su plan de gobierno en un documento llamado ‘Venezuela, tierra de gracia’. Según confirmó a CNN el equipo de campaña de González, «el candidato armará su propuesta basado en ese plan y en otro documento titulado ‘Lineamientos de Políticas Públicas para un Programa de Gobierno de Unidad Nacional'», describía el 9 de julio de este año el referido medio estadounidense en su página web, en un trabajo titulado: «Estas son algunas de las propuestas de Edmundo González como candidato a la presidencia de Venezuela».
En el trabajo no hay mayor profundización de las propuestas electorales solo se leen fragmentos como: «González apunta ‘propiciar medidas para la recuperación económica, social e institucional’ como propuesta central, según dijo a CNN (…) reducir la inflación (…)». Más adelante dice el medio: «Fuentes cercanas al candidato dijeron a CNN que afina los últimos detalles de su propuesta de gobierno».
En la página web que le crearon al improvisado aspirante presidencial se leen seis (6) propuestas, se repite la falta de profundización, es decir, no explica cómo desarrollará lo que plantea. Aquí sus iniciativas: «Levantar nuestra economía, reunificar a nuestras familias, recuperar nuestros servicios de agua y luz, educación de calidad para todos, liberar a los presos políticos y terminar la confrontación política y atención médica universal».
En una entrevista publicada el 2 de junio en el portal Prodavinci Edmundo asume que de ganar trabajaría con el programa «Venezuela tierra de gracia» de María Machado. Lo plantea de la siguiente manera: «(…) Tenemos, además, equipos de trabajo que están analizando la crisis económica y social de Venezuela desde hace meses. Y cuáles medidas habría que aplicar cuando lleguemos al gobierno. Todo está en dos documentos fundamentales. Uno, Venezuela Tierra de Gracia y el otro es un resumen, quizás del Plan País que hizo la Plataforma Unitaria. Allí están las acciones que debería tomar el gobierno para enfrentar ese drama, social y económico, y abarca las raíces de la crisis generalizada que nos agobia».

Las letras pequeñas a leer
Ya definido que el plan que aplicaría Edmundo González, en el supuesto negado de ganar el 28 de julio, es el de «Venezuela Tierra de Gracia», te contamos las verdades que ellos no dicen: Por ejemplo que en el documento, de 85 páginas, puede ser leído en la web de María Corina Machado la palabra «privado» figura 28 veces, mientras que «privatización» unas 15. «Pueblo» solo aparece una vez y es para decir que supuestamente la «inmensa mayoría del pueblo venezolano repudia al régimen dictatorial». «Misiones», «casas», «casa», brillan por su ausencia. Un sinónimo de esta última, «vivienda» sí se encuentra, y lo anuncian en el marco de un supuesto «programa masivo de inversión pública y privada» con el que incentivarían construcción y reparación de «(…) viviendas»; sin embargo, nunca hacen énfasis que sean dirigidas al pueblo ni con facilidades de pago ni para los sectores más necesitados, como lo hace la Gran Misión Vivienda Venezuela, GMVV.
Los conceptos de gratuidad y gratis quedan totalmente borrados en la propuesta de la ultraderecha.
Poder para el pueblo fuera de escena
La estructura que creó el Comandante Eterno Hugo Chávez de «poder para el pueblo», y que ha mantenido y fortalecido el presidente Nicolás Maduro no existen en el programa de la ultraderecha.
Con la llegada de Chávez a la Presidencia, en Venezuela se vive una democracia participativa y protagónica que entre otras formas se expresa en las comunas, los jefes de calle, consejos comunales. Nada de eso existe en el plan de gobierno de la ultraderecha.
Como es de esperarse la ultraderecha le quita el poder al pueblo para dárselo al sector privado. Lo admite en los siguientes términos, plasmado claramente en la página 21 del documento: «El énfasis de nuestra propuesta está en el rol protagónico del esfuerzo privado, por lo que, entre otras cosas, será necesario implementar un programa masivo y transparente de privatizaciones y favorecer la creación de empresas».


Despidos a las orden del día
Los despidos en un gobierno de la ultraderecha estarían a la orden del día. Solo hay que leer las letras pequeñas de lo contemplado en su proyecto de gobierno. La medida no la plantean directamente sino que está disfrazada con conceptos neoliberales como «achicar el Estado». Una iniciativa que ya ejecuta Javier Milei desde que asumió la presidencia de Argentina en diciembre de 2023, y que ha dejado a miles de padres y madres de familias sin empleo.
En el preámbulo del proyecto está contemplado: «Un Estado más pequeño (…)». Dice más adelante, un Estado donde «los venezolanos tengan igualdad de oportunidades para prosperar con su propio esfuerzo sin tener que someterse a la indignidad de las dádivas públicas«.
Inmediatamente después, además con desprecio, critican al gobierno nacional por supuestamente «aniquilar» el «empleo formal bien remunerado en el sector privado e inflando el empleo público improductivo (…)».
Después de que han hecho énfasis en achicar el Estado, en las «dádivas públicas», tratan de conseguir incautos, asegurando, siempre con el desprecio por delante, que «los trabajadores del Estado que lo requieran serán reentrenados, profesionalizados y reasignados a funciones públicas legítimas y necesarias, o tendrán la opción de ser empleados por el sector privado que se expandirá con el programa de privatizaciones y con el crecimiento mismo de la economía. Los empleados que opten por moverse al sector privado contarán con incentivos y apoyo del Estado en el proceso de transición laboral (…)».
Pero inmediatamente insisten en ir contra la clase obrera pues plantean una modificación de la Ley Orgánica del Trabajo y los Trabajadores y Trabajadoras (LOTTT) aprobada por Chávez en 2012, y que reivindicó a la fuerza trabajadora. «Se modificará la Ley Orgánica del Trabajo para eliminar limitaciones y cargas del mercado laboral y con ello facilitar el surgimiento de nuevas fuentes de empleo y mayor capacidad de adaptación de las empresas a las circunstancias del mercado«.
Salud, educación, sí aparecen, pero privadas
En Revolución la salud y educación han sido gratuitas. Aun los últimos 10 años de bloqueo, sanciones, Medidas Coercitivas Unilaterales que ha vivido el país, donde incluso la nación perdió 99% de sus ingresos, el Gobierno nacional no cerró ninguna escuela, y así, con las dificultades que existen en los hospitales, y que al menos Maduro no oculta, se sigue brindando atención a los pacientes.
En el plan de la derecha están contemplados estos conceptos solo que de corte privado. Sí, la palabra salud figura 42 veces; una de estas en el índice, otras cuatro para atacar al Gobierno nacional, otras sin mayor argumentos; y en más de 30 veces siempre vinculada al sector privado.
Por ejemplo, en una de sus iniciativas a corto plazo titulada «Restablecimiento de las garantías económicas y respeto a la propiedad privada» hablan de salud en los siguientes términos: «El gobierno garantizará el derecho de todos los ciudadanos a realizar actividades económicas privadas en una economía de mercado con las debidas regulaciones para asegurar el funcionamiento eficiente de los mercados, la salud pública (…)».
Más adelante vuelven a plantear el tema de la salud asociado siempre a los costos. «El sistema de salud tendrá dos grandes objetivos: (i) cobertura universal de salud para todos los venezolanos sin discriminación; (ii) imprimir en todos los servicios de salud una orientación a entregar valor a los pacientes. El valor será entendido como la medición de la calidad de los resultados clínicos, con
costos adecuados que hagan al sistema de salud sostenible en el tiempo (…)».
Aunque hablan de la creación de un Sistema de Salud Integral por aseguramiento privado y público, que se pagaría a través «de las nóminas de acuerdo con los niveles de ingresos, y se complementará con
recursos públicos para quienes tengan menor capacidad económica»; más adelante hacen mención a un plan a corto plazo para «atender la emergencia sanitaria», que incluye un tarifario por parte del Ministerio para la Salud: «El Ministerio de Salud acordará un tarifario de procedimientos con los representantes de clínicas y hospitales privados que incluya todo lo requerido, como los honorarios médicos. Este tarifario se concebirá para un programa predecible, masivo y electivo, con alta rotación de quirófanos, de manera que se generen las economías de escala requeridas para lograr los precios más bajos posibles y honorarios médicos adecuados a una situación de excepción«.
«Vouchers para la educación»
La gratuidad del sistema educativo queda colgando, pues el plan de la ultraderecha contempla un mecanismo de vouchers. Según el proyecto: «Tanto las escuelas públicas como las privadas recibirán financiamiento estatal, vía vouchers, por cada estudiante matriculado (…) Este mecanismo incentivará a las instituciones educativas a esforzarse por la excelencia, compitiendo por financiamiento. El sistema de vouchers será dependiente del ingreso, ofreciendo mayor apoyo a las familias con menos recursos». En Argentina gobernada por Javier Milei lo vienen aplicando, y junto con ello la mayor desinversión en la educación pública. En la Tierra de Fuego los «vauchers» no cubren todo los gastos de educación solo una pequeña cuota de lo que cobran los colegios privados.
La Milicia eliminada y la FANB al servicio imperial
Para nadie es un secreto que la ultraderecha odia a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, FANB, una estructura que tras la llegada de la Revolución Bolivariana pasó a ser antiimperialista y antioligárquica. Su odio por este sector ha quedado reflejado en diversos capítulos a lo largo de estas dos décadas, donde hasta «pantaletas» le arrojaron a oficiales para hacerles ver como «débiles».
De ganar la ultraderecha la FANB estará subordinada a intereses imperiales, así lo destaca el proyecto de gobierno cuando dice «las Fuerzas Armadas deben retornar a los principios que rigen la geopolítica del hemisferio, alineando sus intereses con la región y desalojar la presencia de elementos transcontinentales a los que se les ha permitido operar en el territorio con el propósito de amenazar a nuestros aliados históricos (…)». Los elementos transcontinentales es el cuestionamiento a las alianzas por ejemplo con Rusia, y los aliados históricos para ese sector no es otro que Estados Unidos y sus gobiernos satélites.

La ultraderecha tiene un sentimiento de desprecio más fuerte contra los milicianos y las milicianas, que es el pueblo en armas para defender la Patria, por ello abiertamente plantea: «Es indispensable desmontar la Milicia y volver meritocráticamente a los mandos naturales de los cuatro componentes, lo que implica un esquema estratégico más orientado al combate de las amenazas y la desarticulación del modelo administrativo e inoperante que rige hoy las regiones, zonas y áreas de defensa (…)».
Hasta abril de este año el país cuenta con más de 5 millones de milicianos activos y activas en todo el territorio nacional. Con el Plan de la ultraderecha estos hombres y estas mujeres que prestan un servicio a la Patria estarían a la deriva.

América Latina y el mundo deben estar alerta
Venezuela es un país estratégico no solo por tener las mayores reservas de petróleos probadas del mundo. Cuenta con gas, oro, bauxita, hierro, entre otros recursos; además figura también en la lista de
los 20 países que posee la mayor reserva de agua dulce del planeta. Aunado a ello tiene una posición estratégica deseada por muchos. La Patria de Bolívar es un país suramericano, latinoamericano, caribeño, del Atlántico y Amazónico.
Con la llegada de Chávez al poder en 1999 Venezuela comenzó a desempeñar un papel protagónico en el fortalecimiento de las relaciones en América Latina y el Caribe. El líder revolucionario impulsó mecanismos de integración como la Unión de Naciones Suramericana, Unasur; PetroCaribe, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, Celac, y junto con el histórico líder cubano Fidel Castro Ruz crearon la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA – TCP). Aunado a ello en su concepto de impulsar el mundo multipolar estableció los lazos de cooperación y alianzas de la nación venezolana con Rusia, China, Türkiye, Irán, India, Belarús; con países de África y Oriente Medio, entre otros.
A ese marco hay que añadir que Venezuela es un país clave y determinante en la lucha contra el imperialismo, una posición que se fortalecerá aún más cuando se concrete el ingreso de la nación a los Brics, donde se construye el nuevo mundo sin hegemonismo.
La ultraderecha sabe muy bien la importancia de Venezuela en el campo internacional, por lo que no es de extrañar que, arrodillados como están a Estados Unidos, en el plan de Gobierno del «títere» Edmundo González no figuren en ninguna parte las palabras «pluripolar», «multipolar». Por el contrario pretenden regresar a la tierra de Bolívar a la época cuartorrepublicana donde la mayor alianza era con los yanquis y sus gobiernos satélites.
«Relación de primer orden con los países de América Latina y el Caribe, Norteamérica, la Unión Europea, así como los demás estados democráticos en el resto del mundo, la Organización de Estados Americanos (OEA) y el sistema interamericano, así como con las organizaciones multilaterales», reza el texto de la derecha.
Los gobiernos progresistas, los países emergentes y potencias como China y Rusia deben estar alerta porque la ultraderecha venezolana quiere que Venezuela regrese a los tiempos de la IV República, cuando era «el patio trasero de los gringos». Para el mundo multipolar, los que luchan por la integración, los que trabajan por poner fin al dominio del dólar, tener una Venezuela subyugada a EEUU es lo peor que podría pasarle, no solo a los venezolanos, a las venezolanas, sino a la humanidad.
Entregar el petróleo a los gringos y transnacionales
De manera abierta y descarada la derecha admite su intención de privatizar la industria petrolera y ponerla al servicio de las transnacionales.
«Privatización y reactivación de la producción petrolera y de gas con atracción de empresas internacionales y nacionales especializadas», reza del documento, el cual agrega «La atracción de capitales privados es la solución y la estrategia para lograrlo es la privatización. Se privatizarán todas las actividades productivas de la industria que sea aconsejable para lograr inversiones privadas masivas y el incremento sostenido de la producción con condiciones que garanticen seguridad jurídica y un entorno
atractivo para los inversionistas».

Privatización de empresas públicas
Como es ampliamente conocido la ultraderecha desde hace décadas quiere volver a tomar el control de las empresas públicas para afianzar el proceso de privatización que había iniciado en la IV República. Estos son uno de los pocos planes que no ocultan sino que lo dicen abiertamente.
«Programa amplio de privatización de empresas y activos públicos para deslastrar al Estado de cientos de actividades empresariales ineficientes que sobrecargan la estructura del sector público y le cuestan a la Nación inmensos recursos en forma de subsidios. La urgencia y necesidad de este programa están motivadas por el elevado número de entidades públicas de índole empresarial actualmente
en manos del Estado venezolano, resultado de las numerosas estatizaciones principalmente a partir de 2007 y la desordenada creación de nuevas entidades públicas», indica el texto.
A su juicio «Las empresas públicas representan una importante fuga de fondos públicos que son escasos y que son necesarios para atender múltiples demandas urgentes». En otras palabras para la derecha las empresas públicas no sirven y los trabajadores y las trabajadoras que a diario trabajan en ellas, produciendo, creando, tampoco. Argumentando los conceptos de «ineficientes» y de «fuga de fondos públicos» que expresan en el documento es que seguramente ese sector comenzaría con los despidos masivos en estas instituciones.


Cero recuperación de Citgo y el oro
La ultraderecha venezolana que robó en complicidad de Estados Unidos la empresa venezolana Citgo, filial de Pdvsa en suelo yanqui, y que permitió el secuestro del oro venezolano en Inglaterra, parece dejar que esas naciones se queden con lo que le pertenece a todos los venezolanos y las venezolanas; pues en ninguna parte de su programa están contempladas estrategias para recuperar estos importantes activos de la nación.
Ni una sola línea dedican a qué harán para recuperar Citgo y el oro robado.
Otras letras pequeñas que debes conocer
La defensa de nuestra Guayana Esequiba es otro de los puntos que no está contemplado en un plan de Gobierno de la derecha. Las palabras Esequibo ni Guayana Esequiba figuran. Aunque plantean «la revisión del estado de las reclamaciones territoriales vigentes y el abordaje profesional de éstas», según ellos, «en aras de asegurar la integridad territorial de la República», no explican en qué consisten ni cómo ejecutarían ese aseguramiento.
Programas sociales como los Comité Locales de Abastecimiento y Producción, Clap, que reciben más de 7 millones de familias tampoco figuran.
Conceptos como «Vivir viviendo», recreación, diversión y programas culturales tampoco existen en el programa de la derecha. Lo único que hablan sobre este último punto es que supuestamente impulsarán «un programa de turismo cultural, de reencuentro y de negocios, enfocado en los venezolanos que residen en el exterior, con especial énfasis en el diseño y promoción de una nueva Marca País para Venezuela».
En otras palabras la identidad cultural con un gobierno de derecha se perdería. Los cultores y las cultoras populares que han ganado espacio, terreno y protagonismo durante la Revolución Bolivariana volverían al pozo del olvido, donde estuvieron durante décadas.
Entre los sectores que fueron reivindicados en Revolución y que desaparecían en un Gobierno de la ultraderecha están los indígenas y los campesinos, para ellos no hay ni una sola línea en el plan de ese sector.


Seguramente hay más letras chiquitas con las que hay que tener cuidado en ese programa que ofrece la ultraderecha. Por ahora solo los invito a recordar lo que pasó en 2015 cuando ese sector conquistó la Asamblea Nacional después de ganar a punta de mentiras diciendo que «acabarían con las colas» que ellos mismos crearon con su política de guerra económica y solicitud de sanciones, lo que hicieron fue crear un «gobierno paralelo» con el que saquearon los activos de Venezuela en el exterior: Citgo, Monómeros. Por supuesto nunca pusieron fin a las colas.
La ultraderecha permitió el secuestro del oro venezolano en Inglaterra. Promovió sanciones contra la industria petrolera y contra todo un país se prestaron para atentar contra la economía nacional, y con ello desmembraron a las familias venezolanas que tuvieron que migrar producto de las crisis económica inducida. Causaron la muerte de decenas de personas con sus guarimbas.
Si a uno le piden pensar durante cinco (5) minutos en algo bueno que haya hecho la ultraderecha por el país no se le ocurre nada, solo han dejado a su paso una estela de destrucción y muerte, y es la misma que pretenden imponer nuevamente. ¡No lo permitamos!