Papa Francisco: La explotación infantil es una lacra que priva a los niños de sus derechos

El Santo Padre después de rezar el Ángelus, afirmó que «160 millones de personas están implicadas, sobre todo, entre los cinco y los once años». Foto Internet.

VEA / Carlos Batatin

Para el Papa Francisco, la explotación laboral infantil es una realidad dramática que nos interpela a todos. “Trabajemos todos para eliminar esta lacra para que ningún niño se vea privado de sus derechos fundamentales y obligado o coaccionado a trabajar».

Tras presidir  este domingo 12 de junio, el rezo del Ángelus, esa fue la posición asumida por el máximo representante del Vaticano con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, dejando claro que «necesitamos construir una fuerza de trabajo de protección de la infancia fuerte que pueda proporcionar apoyo directo a los niños y las familias«.

Durante su intervención argumentó que se hace indispensable   «movilizar y priorizar los recursos nacionales para la protección social y aumentar la ayuda al desarrollo para combatir el trabajo infantil en todas sus formas».

Consideró que como seres humanos «nunca debemos aceptar el trabajo infantil como algo inevitable. «Tenemos el poder de cambiar esto y la mejor manera de celebrar el Día Mundial contra el Trabajo Infantil es utilizar este poder».

Enfoque integrado

Relató que aunque se han asignado y ampliado unos tres mil proyectos de ayuda en todo el mundo, sólo uno de cada cuatro niños tiene acceso a las ayudas por hijo y familia. Lo que pide UNICEF es «un enfoque integrado». «Por ejemplo – dice Russell – cuando las familias reciben subsidios en metálico, también pueden recibir información sobre la importancia de mantener a los niños en la escuela y evitar que trabajen y permitir que los niños que trabajan vuelvan a la escuela», reseñó el portal www.vaticannews.va.

La peor forma de abuso

Sobre este mismo tema, el Papa Francisco, el pasado 17 de mayo,  en un mensaje dirigido a la conferencia de Durban de la Organización Internacional del Trabajo, aseguró que «la explotación laboral suele desembocar en las peores formas de abuso, privando a los niños de la alegría de su juventud y de la dignidad que Dios les ha dado».

También consideró el Papa Francisco que  «se hace necesario un verdadero compromiso de las instituciones para frenar esta lacra». También cuestionó que «la explotación de los niños en los procesos de producción de la economía globalizada es en beneficio de los beneficios y las ganancias de otros. Es una negación del derecho de los niños a la salud, a la educación, a un crecimiento armonioso» que «también incluye la posibilidad de jugar y soñar. Esto es trágico. Un niño que no puede soñar, que no puede jugar, no puede crecer».

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