Partida de Ernesto Sánchez deja al boxeo de luto pero con un legado
En la gráfica el combinado que representó a Venezuela en el Torneo Cinturón de Oro de Rumania 1975. Foto Internet
VEA/ Irving Guanipa Ojeda
Ernesto Sánchez fue uno de esos legendarios boxeadores que siempre dejaron bien en alto el nombre de la Patria. Será recordado como un aguerrido peleador que se hizo sentir en numerosos cuadriláteros del mundo y llegó a representar al país en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972 y Montreal 1976, también su trabajo como entrenador fue encomiable.
Sánchez, nacido en la localidad de Campoma, estado Sucre, el 7 de noviembre de 1947, falleció este jueves 19 de septiembre. Sus inicios en el mundo del boxeo los hizo a muy corta edad en su inolvidable región, para posteriormente trasladarse a la ciudad capital y convertirse con el paso del tiempo en uno de los mejores peladores semipesados de Venezuela, ya que resultó ganador de numerosas confrontaciones a nivel internacional y todavía perdura el recorrido de la medalla de plata conquistada en el cinturón de Oro en Rumania 1975, ya que en esa competencia asistían los mejores boxeadores europeos y de buena parte del mundo. En esa oportunidad se lograron tres medallas, una de oro por parte de Alfredo Lemus, y las otras dos de plata a través de Fulgencio Obelmejías y Ernesto Sánchez.
Al finalizar su productiva carrera como boxeador aficionado se dedicó a entrenar a las nuevas generaciones y durante buen tiempo lo hizo en el gimnasio que lleva su nombre ubicado en la urbanización Ruiz Pineda, que con el paso del tiempo desde que fue creado en 1979 y ha permanecido cumpliendo una labor social importante. La ocasión es propicia para hacerle un llamado a las autoridades del deporte capitalino y nacional, para que puedan respaldar las solicitudes hechas por quienes están al frente como entrenadores de esta instalación deportiva.
Sin lugar a dudas la partida de Sánchez deja al boxeo venezolano de luto, pero con un legado de los nuevos formadores de juventud; deben tomar «el testigo» y trabajar con la fortaleza y dedicación que siempre tuvo Ernesto Sánchez, quien permanecerá entre todos los amantes del boxeo como un gigante sobre el ring y como formador incansable. Paz a su Alma.