VEA / Las2Orillas

Con la camiseta puesta en contra de Jair Bolsonaro, el escritor Paulo Coelho ha retomado su  batalla política contra quien considera “está destruyendo la visión que el mundo tenía de Brasil” e intentar impedir su reelección. Decidió nuevamente no callar. No callar, dice, es su compromiso histórico. “Tengo que hablar”, con gestos que son política.

Hace tres meses, en julio pasado, Coelho, quien ha vendido más de 325 millones de libros y ostenta el récord Guiness de ser el autor vivo más traducido del mundo, sorprendió a los brasileros. Anunció que financiaría un festival de jazz que no obtuvo –como sí en otros años– los fondos de la Fundación Nacional de Artes de Brasil, porque un consultor llegó a la conclusión de que podía haber un “desvío de objetivo” dado que en redes del evento se criticaba “las posturas y decisiones de derecha” de Jair Bolsonaro. Se lavaron las manos diciendo que “no hay ningún tipo de censura y aún no tomamos una decisión final”.

Coelho salió al quite. «La única condición es que sea antifascista y por la democracia», escribió en sus redes sociales – más de 30 millones de seguidores- en un mensaje en el que ofreció donar con su mujer, la artista plástica Christina Oiticica, los cerca de 30.000 dólares a través de la fundación que ambos tienen para que se realizara el festival.

No es la primera vez que el famoso escritor lidera una avanzada contra Bolsonaro. Así lo ha hecho desde 2018 cuando ya era previsible su triunfo en las elecciones presidenciales de Brasil. Y desde entonces, en su retiro de Ginebra, en Suiza, no ha dejado de mirar a su país. Ni de hablar.

En septiembre de 2019, Coelho envió una carta a Bolsonaro que dio la vuelta al mundo. Fue el más desgarrador testimonio de las torturas que padeció durante la dictadura militar de Ernesto Geisel. En ella recuerda cómo fue golpeado, cómo le pusieron electrodos en sus genitales, cómo durante tres meses fue encerrado desnudo con una capucha en una habitación fría y oscura que llamaban “la nevera”, en lo que después se conoció como el cuartel general de la tortura de Rio de Janeiro. La carta publicada inicialmente en The Washington Post, es una descarnada protesta contra el presidente Bolsonaro que considera “héroes” a quienes dirigieron esos centros ilegales de detención.

“Brasil corre el riesgo de volver a esos años oscuros”, ha repetido Coelho, cuyo único delito fue escribir la más reconocida de las canciones brasileñas, “Sociedad Alternativa”, cuando tenía 28 años, en compañía de Raúl Seixas, el padre del rock moderno. La canción fue lanzada en 1974 en el disco Gita, su melodía llamaba a “buscar otro camino”. La crítica fue generosa. “De lejos prefiero al Coelho letrista que al escritor», le dijo a BBC Mundo el experto musical de la cadena brasileña O’Globo, Arthur Dapieve en diciembre del 2018. El régimen fue implacable.

Siete años duró Coehlo en sacar de su cuerpo el miedo y superar la autocensura. De allí salió a las cumbres del éxito, la fama y la fortuna. El alquimista (1988) fue su segundo libro, con el que se hizo universal, y siguieron muchos, muchos más, entre ellos su novela de amor A orillas del rio Piedra me senté y lloré (1994), y una fuertemente autobiográfica El Zair del 2015. Lo que Coehlo no ha podido sacar de cuerpo y mente es el compromiso con su país. “Brasil está totalmente polarizado y creo que lamentablemente las cosas se dirigen hacia el mismo clima de terror”, dijo a la BBC, meses después de la posesión del presidente de ultraderecha.

El pasado 19 de septiembre, con motivo de la 76 Asamblea de las Naciones Unidas, Coelho, que desde 2007 es Mensajero de la Paz de la ONU, le pidió al secretario general, António Guterres, que impidiera el ingreso de la comitiva del presidente Jair Bolsonaro. Según dijo el portal de noticias Rede Brasil Atual, porque los miembros no vacunados anticovid-19 de la delegación brasileña son un ‘mal ejemplo’. ‘Secretario general Antonio Guterres, sé que no puede impedir la entrada de los mandatarios, pero sería una victoria prohibir la entrada de la comitiva del presidente brasileño’, posteó tras el anuncio de que la ONU no exigiría pruebas de vacunación.

En más de dos años y medio de gobierno, Bolsonaro se ha llevado mal con gran parte de los artistas de Brasil. Lo han acusado de actos de censura y lo han criticado por promover el combate a lo que él denomina “marxismo cultural”. Coelho ha estado en primera línea con la reconocida influencia que plasmó la prestigiosa revista Veja en su portada cuando el escritor lanzó El Zair: “Paulo Coelho, el más global e influyente de los brasileños”.

Ese carioca de 74 años es miembro de la Academia Brasileña de las Letras desde 2002, figura entre los 300 más ricos de Suiza, y no solo es reconocido por su prolífica pluma, por los más de 500 millones de dólares de su fortuna, sino por ser acérrimo opositor el presidente de ultraderecha que aspira a ser reelegido dentro de un año, en las elecciones del 2 de octubre del 2022. Aun a riesgo de perder lectores por su postura política, Coelho ha manifestado “tengo que decir lo que pienso. De lo contrario, ¿para qué es la fama?, ¿para qué eres una celebridad?, ¿para decir ‘tengo un Maserati’? (no tengo un Maserati, por cierto). No, la fama te da una voz y tienes que usarla”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *