VEA / Yonaski Moreno

Este viernes 8 de octubre se celebra el Día del Guerrillero Heroico, en conmemoración al 8 de octubre de 1967, cuando Ernesto «Che» Guevara fue herido en combate en la Quebrada de Yuro, Bolivia, cayendo prisionero del ejército boliviano, tras una fuerte lucha. La Fuerza Armada boliviana lo trasladó a La Higuera, un poblado cercano, donde por órdenes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), fue fusilado al siguiente día.

A 54 años de los acontecimientos, el «Che» Guevara continúa siendo recordado como un heroico combatiente revolucionario, que en su lucha enarbolaba la bandera de la reivindicación y la justicia social para los pueblos, reseña Telesur.

Sobre la captura del «Che», el medio argentino Conclusión detalla que alrededor de las 10:00 de la mañana de ese día, una ráfaga de ametralladora impactó sobre la pierna y fusil del líder revolucionario, sacándolo de combate. Junta a él cayeron Simeón Cubas, dirigente minero boliviano, y otros dos guerrilleros. Prisioneros, fueron llevados a La Higuera, un pequeño pueblo ubicado a 300 kilómetros de Santa Cruz de la Sierra, por soldados del batallón Ranger, entrenados por oficiales norteamericanos, y fueron encerrados en una escuela.

Horas después, un mensaje con la orden de darle muerte llegó a La Higuera. Según www.conclusion.com.ar, la versión de algunos historiadores señala que la orden provenía del entonces presidente boliviano René Barrientos, pero muchos otros coinciden en que la Agencia Central de Inteligencia norteamericana y Washington fueron parte de esa decisión.

Añade que el 9 de octubre un agente de la CIA llegó al pueblo en helicóptero con la misión de ocuparse de que la orden se ejecutara exitosamente.

Con el fin de poner fin a su legado, se propusieron exhibir su muerte y hacer desaparecer el cuerpo, con el objeto final de borrar todo rastro de su memoria. Ernesto Guevara fue arrojado a una zanja junto a la pista de aviación de un cuartel cercano con los cuerpos de otros seis guerrilleros, donde permaneció oculto por 30 años, hasta el 28 de junio de 1997.

Los cálculos de los captores y asesinos fallaron, pues la ejecución y desaparición del cuerpo del «Che» contribuyeron a engrandecer su figura, y sus discursos e ideología política se plasmaron en panfletos, paredes y camisas. Ernesto «Che» Guevara se convirtió en inspiración y a partir de su muerte, renació como bandera.

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