Juan Manuel Cagigal

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Ha transcurrido un poco más de 14 meses de la elección de Joe Biden y un año de haber asumido la presidencia de Estados Unidos.

En este tiempo concretó la derrota de Estados Unidos en Afganistán, el Partido Demócrata ha perdido varias elecciones estadales y del Congreso, frente a su rival el Partido Republicano, y Trump se prepara para regresar; ha desatado una guerra fría contra China y contra Rusia; tiene a Europa y al mundo al borde de la guerra por la pretensión imperial y europea de expandir la OTAN hacia el este de Europa a costa de Rusia; ha secuestrado diplomáticos chinos y venezolanos; ha intensificado la guerra en varios países como Siria, e Irak; anuncia que sacará las tropas de Irak pero hace movilizaciones de tropas gringas hacia la frontera Irak-Siria; está fortaleciendo las 11 bases militares conocidas que Estados Unidos tiene en Irak; anuncia que cerrará Guantánamo, pero ha construido una sala secreta en Washington para seguir aplicando el mismo método aplicado en Guantánamo; está enviando tanques de guerra a Colombia para que las coloque en la frontera con Venezuela; sus candidatos en Perú, Honduras, Venezuela  y Chile perdieron las elecciones; desprecia las resoluciones de la ONU.

Es un sujeto que preside un país antidemocrático y él mismo en su vida no ha dado lecciones de democracia. ¿Qué más puede decirse del actual presidente de Estados Unidos? ¿Qué se puede abonar a su favor que haya beneficiado al mundo?

Le quedan tres años de gobierno y no le sale reelección. De todas maneras, a nosotros nos resbala si lo reeligen o no; cualquier Presidente de Estados Unidos es la misma miasma, jefe de un imperio que ha dominado al mundo y pretende seguir dominándolo. ¡Y ya eso no es posible!

Venezuela mientras tanto sigue adelante, a pesar de la agresión de Estados Unidos.

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