¡Primer siglo del boxeo venezolano! Una historia que comenzó en Maracaibo

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Daniel Alvarado Meleán, el primer criollo en un combate de boxeo y Simón Chávez el primer ídolo. Fotos Internet

VEA / Juan Cermeño

No siempre es fácil determinar el momento del origen o inicio de las cosas, en ocasiones porque las mismas no son producto de un acto espontáneo sino de un proceso en el tiempo, como el comienzo del boxeo en Venezuela. Lo que sí resulta un hecho cierto es que este 25 de junio se cumplirá un siglo del primer “programa de boxeo” realizado en el país en el que intervino un venezolano,  Daniel Alvarado Meleán.

Cuando nos referimos al boxeo inevitablemente nos imaginamos peleas, que por distintas causas han existido desde el origen del hombre, pero no toda pelea puede considerarse boxeo. En ese sentido en el portal boxeovenezolano.blogspot.com encontramos una referencia señalando que la palabra boxeo comenzó a usarse en la Inglaterra del siglo XVIII “para distinguir entre la lucha para resolver disputas y la lucha bajo reglas establecidas como deporte”, lo que contribuye a aclarar el panorama. La misma añade que “Ahora se utiliza (el término boxeo) para describir un deporte en el que dos contrincantes (púgiles) llevan guantes acolchados, se enfrentan en un cuadrilátero  y pelean un número acordado de asaltos siguiendo unas reglas”.

La mención de Inglaterra se debe precisamente a que allí fue reglamentado el boxeo, con un conjunto de normas elaboradas por John Graham Chambers y patrocinadas por John Douglas (Marqués de Queensberry).

Hay coincidencias en que el deporte de lanzar y esquivar golpes de puño apareció por primera vez en Venezuela el 12 de enero de 1912, en el Salón Apolo de Caracas, donde fue proyectada al público una “exhibición fílmica de boxeo, con algunos ejemplos, mediante personas que hacen pequeñas representaciones para el público asistente”, según el libro El Boxeo Profesional en Venezuela 1922-1981 de Roberto Riveiro y Leo Benítez.

Los protagonistas de la exhibición habrían sido “aficionados (a ese deporte) que viajaban en un buque de bandera británica”,  quienes llegaron por el puerto de La Guaira, escribe el periodista Cándido Pérez en su libro 36 Monarcas y una Princesa (Boxeo Venezolano 1965 a 2013), haciendo referencia a la obra de Eleazar Díaz Rangel: Miraflores Fuera de Juego.

Los siguientes indicios sobre los comienzos del boxeo en Venezuela aparecen diez años después en Maracaibo, estado Zulia, y nuevamente los protagonistas son extranjeros, el estadounidense  Ernest Swamberg y el argentino Eduardo Pesseiro, quienes viajaban juntos y realizaban presentaciones en los diferentes puertos donde desembarcaban. La aparición inicial de ambos en nuestro país ocurrió el 14 de mayo de 1922, en el Cine Variedades, y es registrada como el primer combate de boxeo en Venezuela, ganando Swamberg por decisión, quien también se impuso en el segundo, en los dos sin la cantidad de público que deseaban.

Riveiro y Benítez expresan en su libro que los dos visitantes “Pensaron que si lograban captar a un marabino como oponente las cosas mejorarían. Iniciaron una campaña con ese fin y en poco tiempo lograron su objetivo”, ya que apareció un hombre conocido por su fuerza, Daniel Alvarado Meleán, quien aceptó enfrentar a Swamberg, la pelea tuvo lugar el 25 de junio de 1922, primer pleito de boxeo en el país en el que participa un venezolano, quien posteriormente fue conocido como “El Rayo del Catatumbo”.

Cuentan que ambos boxeadores conectaron golpes simultáneamente en el primer round y los dos cayeron a la lona, decretando ganador al forastero por ser el que primero se levantó. Habrían sido llevados al hospital y una vez recuperado Swamberg se marchó a Curazao, donde habría muerto producto del golpe al hígado que recibió, lo que algunos consideran como parte del imaginario popular, pero que le sirvió a “El Rayo del Catatumbo” para darse a conocer y hasta generar temor en los posibles futuros oponentes.

No obstante, con el resultado llovieron las críticas sobre esa novedad conocida como boxeo que fue considerado brutal, inmoral y deshonesto, lo que llevó al prefecto de Maracaibo, H. González Pacheco, a prohibir “la riña llamada boxeo, por ser manifiestamente inmoral; contraria a las leyes”.

Caracas arma su cuadrilátero

De acuerdo a Riveiro y Benítez, debido al impacto que produjo en los caraqueños el combate entre el campeón mundial del peso pesado estadounidense Jack Dempsey y el retador argentino Luis Ángel Firpo, efectuado en Nueva York (1923), donde el suramericano con un derechazo en el primer asalto sacó del ring al norteamericano, quien regresó al cuadrilátero para noquear al argentino, aunque muchos consideran que debieron decretar la victoria del Firpo por el tiempo que su rival estuvo fuera del entarimado y porque recibió ayuda para regresar, promotores de Caracas vieron una posibilidad de ganar dinero con el espectáculo boxístico, por lo que trajeron algunos peleadores extranjeros con el objetivo de presentarlos y generar interés en el público, mientras se incrementaba la práctica en ese deporte entre los venezolanos, para el que aún no había una reglamentación local ni autoridades para dirigir y controlar la actividad del mismo.

Armando Best, quien llegó a convertirse en una de las primeras figuras del boxeo venezolano debutó en 1924 y se empezaron a disputar campeonatos nacionales, pero con cierta anarquía debido a la misma carencia de entidades para el control del boxeo, así como de entrenadores con suficiente formación para enseñar no solamente la técnica boxística, también los métodos para lograr una buena preparación física.

Luego aparecieron figuras como Enrique Chaffardet, uno de los primeros en recibir un entrenamiento metódico, ya que junto con su familia se había trasladado a Estado Unidos, donde tras ingresas a un gimnasio y realizar carrera como amateur se hizo profesional, regresando al país para pelear y compartir sus conocimientos con otros como Simón Chávez “El Pollo de la Palmita”, al que también enfrentó, ambos considerados entre los primeros ídolos del boxeo venezolano, lo que llevó a acelerar la organización de entidades para regir a este deporte.

Se trató de la época romántica del boxeo, en la que un campeonato nacional tenía mucho valor, pero las posibilidades de combatir por un título mundial profesional eran pocas, por eso el boxeo venezolano llegó primero a los Juegos Olímpicos que a disputar  campeonatos profesionales del orbe. En 1952 acudieron cinco púgiles criollos a la cita de Helsinki, Finlandia: Ángel Amaya (peso gallo), Luis Aranguren (pluma), Vicente Matute (ligero) que fue el de mejor actuación al finalizar quinto en su división, Salomón Carrizales (welter junior) y Sergio Gascue (welter).

Ramón Arias, centro, inció las incursiones de criollos por títulos mundiales.

Morocho Hernández primer campeón

El primer criollo en combatir por un título mundial profesional fue el zuliano Ramón Arias, quien el 19 de abril de 1958 enfrentó al argentino Pascual Pérez, campeón del peso mosca, en el Nuevo Circo de Caracas, también resultó la primera pelea en el país por un campeonato de esa jerarquía. Al final se impuso Pérez por fallo unánime, no fueron suficientes la valentía y guapeza del venezolano.

Los aficionados de nuestro país tuvieron que esperar hasta el 18 de enero de 1965 para celebrar el primer campeonato mundial de boxeo profesional de un compatriota, el obtenido por Carlos Enrique Hernández Ramos (“Morocho” Hernández), quien en esa fecha derrotó al estadounidense Eddie Perkins, en el Nuevo Circo de Caracas, para obtener la diadema del peso welter junior. Fue el primero de los 41 titulares del mundo que ha tenido nuestro país hasta ahora, entre ellos tres mujeres.

Tres años después el boxeo criollo logró su primera medalla olímpica, la de oro obtenida por Francisco “Morochito” Rodríguez en el peso mosca junior de los Juegos de México, celebrados en 1968. Hasta ahora el boxeo es el deporte con más preseas para nuestro país en citas olímpicas con seis: una de oro, tres de plata y dos de bronce.

En la actualidad Venezuela tiene dos campeones mundiales de boxeo profesional, ambos zulianos, Roger Gutiérrez, del peso súper pluma, y Mayerlin Rivas de la división súper gallo, los dos con el aval de la Asociación Mundial de Boxeo, AMB.

Por eso la desilusión del periodista zuliano Orlando Bohórquez, presidente de la Fundación Ídolos del Boxeo y autor de los libros Historia Olímpica del Boxeo Venezolano (1952-2012) y Moscas en Vuelo Alto, quien a través de las redes sociales se lamentaba porque se acerca el 25 de junio,  el centenario del primer venezolano en un programa boxístico y ninguna institución o empresarios (especialmente del estado Zulia), que se han lucrado con el pugilismo, el deporte que más triunfos le ha dado al país, ha mostrado interés para conmemorar la fecha.

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