¡Rompió estereotipos y biotipos! José Altuve, un beisbolista que sigue creciendo con sus logros

No dejó que su 1,68 m de estatura lo limitara y está convertido en uno de los mejores de Grandes Ligas. Foto Internet

VEA / Juan Cermeño

“Citius, Altius, Fortius” que significa “más rápido, más alto, más fuerte” es el lema original de los Juegos y el Movimiento Olímpico, se lo atribuyen al padre Heri Didon, amigo del barón Pierre de Coubertin, creador de los Juegos Olímpicos de la era moderna. La expansión de los deportes como negocio ha demandado cada vez más la presencia de la ciencia con el fin de identificar esas características en los atletas para garantizar las inversiones de las organizaciones deportivas que los contratan (el capitalismo convierte todo en mercancía), especialmente en disciplinas como el beisbol de Grandes Ligas.

Cada especialidad deportiva demanda unas características, un biotipo de los practicantes para obtener un mayor rendimiento, no obstante hay casos en los que algunos atletas parecen burlarse de esos postulados, entre ellos el venezolano José Carlos Altuve, sobresaliente segunda base de los Astros de Houston en el beisbol de Grandes Ligas, quien con apenas un metro y 68 centímetros de estatura es uno de los jugadores más sobresalientes en el beisbol estadounidense, verlo en el campo hace recordar al futbolista argentino (fallecido) Diego Armando Maradona y al venezolano Yeferson Soteldo, quienes tampoco dejaron que los limitaran sus estaturas físicas.

El martes 17 de mayo Altuve se convirtió en el décimo venezolano en arribar a 1.800 imparables  y Miguel Cabrera lo considera entre los que tienen posibilidades de convertirse en el próximo con 3.000 en las Grandes Ligas. Este miércoles agregó otro incogible, su octavo jonrón de la temporada, abriendo partido. La decena de criollos referida también la integran Miguel Cabrera (3.021), Omar Vizquel (2.877), Luis Aparicio (2.677), Bob Abreu (2.470), Andrés Galarraga (2.333), David Concepción (2.326), Magglio Ordóñez (2.156), Víctor Martínez (2.153), y Elvis Andrus (1.890).

Hijo de Carlos Altuve y Lastenia Linares, de José se sabe que nació el 6 de mayo de 1990, así que a principios de mes cumplió 32 años, mientras que de dónde vio luz la versión predominante señala que en Maracay, otros dicen que en Puerto Cabello, algo que aún no ha aclarado el jugador, aunque la verdad legal es la que aparece en su partida de nacimiento. Lo importante es que se trata de un venezolano que ha roto biotipos y estereotipos, como el que se burla: “bateador pequeño, elevado al cuadro”, precisamente el bateo es el fuerte de quien es considerado como el jugador activo más bajo en Grandes Ligas.

Desde pequeño se interesó por el beisbol, al que luego se dedicaría por completo, pero no lo ayudaba su estatura ante la mirada de los cazatalentos, así que le tocó valerse de su talento y habilidad para jugar al beisbol hasta lograr que los ojeadores le quitaran atención a su tamaño y se concentraran más en su bateo y fildeo, entonces en 2006 fue firmado por Astros de Houston, como agente libre, y al año siguiente intervino en la Liga de Verano en nuestro país, en la que dejó promedio de .343, lo que le facilitó su viaje a las Ligas Menores de Estados Unidos, donde también se hizo sentir con el madero. En la Liga Venezolana de Beisbol Profesional se estrenó con Navegantes del Magallanes en la temporada 2010-2011 conectando su primer imparable el 20 de noviembre contra Rómulo Sánchez, de Cardenales de Lara, en total fueron  44 hits para un average de .248, lo que contribuyó a proyectarlo al equipo grande de los Astros de Houston, con el que debutó en Grandes Ligas el 20 de julio de 2011, un mes después de su bautizo en la gran carpa del beisbol, el 20 de agosto, se adjudicó su primer cuadrangular, un jonrón dentro del campo, lo que no conseguía ningún jugador de Houston desde 2003. Intervino en 57 partidos, ligó 61 hits, impulsó 12 carreras y cerró con promedio de .276. De vuelta al país participó en el torneo local 2011-2012 que cerró con 82 incogibles y promedio de .339, mientras que en el siguiente (2012-2013) también se hizo presente con 48 cohetes, .336 y la conquista del campeonato en final ante Cardenales de Lara en siete juegos, desde entonces no ha vuelto a competir en el circuito venezolano. Sus números comenzaron a convertirse en referencias en Grandes Ligas, siendo en 2014 “el primer jugador en más de 80 años en llegar a 130 hits y 40 bases robadas antes del Juego de Estrellas”, lo dice Wikipedia. Esa temporada la concluyó con 225 imparables y 56 almohadillas estafadas, ambas cifras son topes en su carrera, mientras que promedió .341, en este renglón liderando a la Liga Americana.

En sus estadísticas aparecen cuatro temporadas con 200 o más imparables, además de 2014, en 2015 sonó 200, en la siguiente 216 y en 2017 disparó 204, también cuenta con cuatro campañas de más de 20 cuadrangulares, 24 en 2016 y 2017 y 31 en las de 2019 y 2021. Obtuvo un guante de oro (2015), en cuatro ocasiones fue premiado con bate de plata, en dos oportunidades (2016 y 2017) como Jugador del Año de las Grandes Ligas en votación de los peloteros, siete veces elegido al Juego de Estrellas y en 2017 galardonado con la distinciones Hank Aaron, Babe Ruth, Más Valioso de la Liga Americana, año en el que también fue factor importante para que Houston ganara la Serie Mundial contra Dodgers de Los Ángeles, mientras que en 2019 fue  Más Valioso de la serie de campeonato, además es el segundo con más jonrones en postemporadas (23), apenas superado por Manny Ramírez (29).

El criollo ha señalado su deseo de jugar en Venezuela: “Este sería el año para que todos juguemos (en el torneo de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional), ya que viene el Clásico Mundial de Beisbol de 2023”, ese es un torneo pendiente para el camarero, quien integró la selección criolla que participó en la edición de 2017, sin conseguir los resultados esperados, pero quiere incorporarlo en su lista para seguir creciendo en logros.

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