VEA / Franklin Suárez

(Especial para Diario VEA)

En Venezuela, para el desaliento y la amargura de muchos, el sistema penitenciario no es el que se refleja a través de los grandes medios de comunicación y las diferentes redes sociales. Sin embargo, para la vista de sus detractores, la transformación a un nuevo régimen penitenciario es eminente y palpable. Desde hace más de 10 años he visto con inquietud que el trato mediático que desde los medios de comunicación le otorgan a la gestión del gobierno revolucionario en materia penitenciaria, tiende a ser minimizada, ignorada, tergiversada, y en el peor de los casos vetada.


Recordemos
Para el año 1999, el Gobierno Bolivariano activó el “Plan Justicia 2000”, el cual diagnosticó el total deterioro de los establecimientos penitenciarios durante el período de la IV República, que se tradujeron en hacinamiento, anarquía y la existencia de una completa red de intereses económicos que impedían el control de los penales.
Para el año 2004, el Ejecutivo nacional creó una comisión, denominada el “Plan de Humanización Penitenciaria”. En 2008 se establece el Consejo Superior Penitenciario, con el objetivo de atender a la transformación del sistema. A pesar de los logros obtenidos, la complejidad del tema ameritaba desarrollar una institución con mayor firmeza, con autonomía funcional y presupuestaria.
Es por esto que el Comandante Hugo Chávez, tras los hechos ocurridos en el Internado Judicial Región Capital Rodeo I y II, anunció la creación del Ministerio del Poder Popular para el Servicio Penitenciario, el 26 de junio de 2011 y designó a la abogada penalista y diputada en ese entonces, María Iris Varela Rangel, en aras de atender los centros de reclusión del país y los derechos de la población privada de libertad.
El Comandante Hugo Chávez, juramentó oficialmente el 6 de agosto de 2011, a Iris Varela, como la ministra del Poder Popular para el Servicio Penitenciario. En sus discursos, el Comandante Chávez siempre reflejó la preocupación por la población penitenciaria y su afán de transformar y humanizar los penales del país, pues que en su caso la cárcel “fue necesaria” y le sirvió para formarse para la nueva vida que estaba dispuesto a llevar adelante… “Hay que convertir a la cárcel en un centro de formación del hombre nuevo, que salga transformado, capacitado para la vida, para el amor, eso es perfectamente posible y forma parte de la estrategia 2011-2021 y luego en perspectiva 2021-2031”.

Este legado en materia penitenciaria que ha dejado el Comandante Hugo Chávez, ha sido cumplido por el ahora presidente Nicolás Maduro, y seguido por la actual ministra, vicealmiranta Celsa Bautista, quien a partir del 13 de febrero ha continuado con la gestión en pro de los privados de libertad, la defensa de sus derechos y la reorganización del sistema penitenciario venezolano, a través del diálogo constructivo y la dignificación de la figura humana.

En todos estos años se han registrado hechos importantes que a su vez son logros sin precedentes en nuestro gobierno y en la historia del penitenciarismo en Venezuela, como la toma y el desalojo pacífico de 22 cárceles del país, recordando la pacificación de La Planta, en Caracas, en 2012, y una de las más famosas en ser desalojada fue la PGV en octubre de 2016, recinto preferido de los medios de comunicación nacionales y extranjeros, que pretenden ignorar el trabajo que se viene realizando como parte de la estrategia de ataque y desprestigio en contra de nuestro gobierno revolucionario.

Es por eso que contar historias sobre cualquier tema es interesante, exponemos acontecimientos, hechos y realidades que pertenecen al tiempo pasado, momentos que se desarrollaron por cualquier suceso; por eso ser fotoperiodista es ser ingenuo. Estamos tan enfocados en retratar y mostrar mediante la luz nuestra verdad, que no consideramos la poca fe en personas que no quieren que las mostremos, que no quieren mirarlas, que no quieren creer en lo que ven, pero siempre están allí, sea que las veamos o no, elijamos verlas o no.

Muros de sueño

Entre los muros altos de la cárcel,
se encuentra un mundo lleno de dolor,
donde el tiempo se estanca sin control,
y la libertad es un anhelo inmortal.

Las almas perdidas, en su desconsuelo,
buscan en las sombras un rayo de luz,
y aunque están atrapadas en su duelo,
anhelan un futuro que les dé paz y salud.

Pero no todo es oscuridad en la cárcel,
hay quienes encuentran la redención,
y aunque su pasado sea un recuerdo cruel,

Así, en las cárceles de la vida,

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