Néstor Rivero Pérez

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El 30 de septiembre de 1813, al momento en que -tras una clara victoria frente al realista Domingo Monteverde- iba a clavar la bandera republicana en la cima del cerro de Bárbula,  entrega su vida el coronel Atanasio Girardot, prócer fundamental de la Campaña Admirable  que había dirigido ese año el Libertador Simón Bolívar. Sus virtudes morales y fervor patrio inspiraron a Simón Bolívar para calificarle como “el nuevo Leonidas”, en referencia al legendario espartano quien con 300 soldados contuvo en las Termópilas a varios miles de efectivos del rey persa Jerjes.

Batalla de Palacé

Esta acción tuvo lugar el 28 de marzo de 1811 en la región de Popayán. Luego de sostenida resistencia a la cabeza de 75 hombres en el puente sobre el río Palacé, frente a los setecientos enviados por el realista Tacón para desalojarlos del lugar, Girardot vio caer casi todos los suyos hasta aguardar la llegada de refuerzos del general Antonio Baraya.

La tenaz actuación de Girardot ese día, impidió el control de Popayán por el realista Tacón, quien de haber asegurado el puente hubiese accedido con sus fuerzas al resto de la provincia. De allí las palabras del Libertador respecto a Girardot: “Nueva Granada y Venezuela le deben en gran parte la gloria que cubre sus armas y la libertad de nuestro suelo”. Y en cuanto a Venezuela, se sabe, la participación del héroe de Palacé constituyó una de las claves de la Campaña Admirable de 1813. El general Rafael Urdaneta en sus Apuntamientos se refiere al héroe neogranadino en los siguientes términos”… se hizo un lugar sobresaliente en todo el ejército; su valor admirable le cubrió de gloria en los campos de Palacé, y renovó esta misma gloria en la […] campaña de Venezuela”.

 

¿Decreto incumplido?

En dos pronunciamientos distingue el Libertador la memoria de Girardot. Uno, el decreto del 30 de septiembre de 1813 para honrar a perpetuidad la memoria de su valeroso jefe de vanguardia. El artículo 1° del decreto establece que “El día 30 de septiembre será un día aciago para la República… y se hará siempre un aniversario fúnebre que será un día de luto para los venezolanos”. ¿Debe darse aplicación a este decreto del Libertador, como se hizo con el relativo a la octava estrella de nuestra bandera? Y el segundo, la proclama del 9 de octubre de 1813, en la cual el Jefe Supremo informa a sus tropas que debe presidir las honras fúnebres del prócer caído en Bárbula: “Yo no me aparto de vosotros, amados compañeros míos, sino para conducir en triunfo a Caracas el gran corazón de Girardot”. El héroe de Palacé y Bárbula se constituyó en adalid de la integración de granadinos y venezolanos.

Bárbula

Terminada la Campaña Admirable el 6 de agosto de 1813, Bolívar dispone sus planes sobre Puerto Cabello, bastión realista entonces inexpugnable. De dicho puerto salen las fuerzas de Monteverde, que traban combate el 30 de septiembre con los republicanos. Al término de la acción, con derrota de los monarquistas, el coronel Atanasio Girardot decide colocar de su mano el tricolor patrio en la cima del cerro de Bárbula como emblema de triunfo. A punto de hacerlo es impactado por una bala enemiga que le quita la vida.

 

El nuevo Leonidas”

“El coronel Atanasio Girardot ha muerto este día en el campo del honor (…) En la actual campaña de Venezuela la audacia y el talento militar de Girardot han unido constantemente la victoria a las banderas que mandaba (…) Trujillo, Mérida, Barinas y Caracas, que perecían bajo el cuchillo o gemían bajo las cadenas, respiran libres y aseguradas por los esfuerzos con que él ha cooperado (…) desafiando la muerte por libertar a Venezuela. Hoy volaba a sacrificarse por ella sobre la cumbre de Bárbula, y al momento que consumó el triunfo más decidido, terminó gloriosamente su carrera” SIMÓN BOLÍVAR (Valencia, 30 de septiembre de 1813).

Sinóptico

 1936

Instituto Pedagógico de Caracas

Este día, el presidente Eleazar López Contreras dictó una de sus decisiones más afortunadas, al crear mediante Decreto Ejecutivo “una Escuela Normal Superior que se denominará Instituto Pedagógico Nacional (IPC)”. Su primer director fue el educador, abogado y escritor zuliano, Alejandro Fuenmayor.

Las ciencias de la Educación han evolucionado desde los días en que Juan Amós Comenio elaboró sus proyectos reformadores de la educación y Jean Baptiste Lassalle establecía la primera Escuela Normal que se conozca para formar a los educadores. Y al unísono de los métodos y enfoques para la socialización de valores y transmisión de conocimientos, varía también el vocabulario. El concepto de Normal Superior atendía a la doctrina del Estado Docente; y como asunto de Estado en una sociedad democrática, se debe asegurar que no se produzcan distorsiones en los valores que se imparten al ciudadano y ciudadana en formación. Así, el decreto del 30/09/1936 resolvió crear el IPC como Escuela Normal Superior y no como universidad autónoma. Hoy forma parte de la UPEL.

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