Tal día como hoy exdictador Augusto Pinochet, arrestado en Londres
El autor es historiador, docente y abogado.
Néstor Rivero Pérez
El 16 de octubre de 1998, estando de visita en Londres, la capital del Reino Unido, fue hecho preso el exdictador chileno Augusto Pinochet, bajo imputación de terrorismo internacional, torturas, desaparición forzosa de personas y homicidio, a instancias del juez Baltasar Garzón, de la Audiencia Nacional de España.
Algo de historia
El 11 de septiembre de 1973, el general Augusto Pinochet, por entonces comandante general del Ejército, orquestó un golpe de Estado contra el presidente constitucional Salvador Allende y de inmediato se puso a la cabeza de la Junta Militar como su presidente, rigiendo los destinos de Chile hasta 1990, cuando traspasó, en forma tutelada, el poder a Patricio Aylwin. Al tiempo que su gobierno impuso el modelo económico neoliberal en su forma más extrema, el general Pinochet inició una feroz persecución contra los adversarios políticos, y que incluía diseños como la Operación Cóndor y la Caravana de la Muerte, con más de 3 mil personas capturadas, de cuyo paradero nunca más se tuvo noticias.
En Londres
Tras conocerse el resultado de la audaz solicitud formulada por el magistrado Garzón, familiares de numerosas víctimas de Augusto Pinochet, comenzaron a hacerse presentes con sus denuncias ante las autoridades de Londres, reclamando justicia por ciudadanos de origen europeo que habían sido desaparecidos bajo el mandato del exdictador austral. Una hija del expresidente Salvador Allende, el gobierno suizo, procediendo en nombre de su súbdito Alexis Jaccard y el juez francés Roger Le Loire, se sumaron al listado de quienes exigían se aplicase la vindicta judicial a quien impuso llanto, luto y muerte, como forma de gobernar una nación en Suramérica.
Año y medio preso
El procedimiento se fundamentó en el hecho de que el Reino Unido, que por entonces formaba parte de la Unión Europea, se obligaba a la reciprocidad en la legislación, en cuanto a persecución del delito y los victimarios, en los territorios integrados a la UE. Y por tramitación del juez español Baltasar Garzón, un tribunal londinense ordenó la detención del general Pinochet durante su estadía en la capital británica, adonde se había dirigido en visita a la expremier Margaret Tatcher. Ello significó un hito en la lucha por reivindicar a víctimas en delitos de DDHH.
Así Pinochet se verá recluido por año y medio, hasta que en marzo de 2000, fuere excarcelado por Jacjk Straw, por entonces ministro del interior del RU, durante el mandato laborista del premier Tony Blair. Entre quienes abogaron por Pinochet destacaron la expremier Margaret Tatcher, quien recordó el apoyo recibido del exdictador, por el RU durante la Guerra de las Malvinas. También, el expresidente George H. W. Bush (padre). Y, paradójicamente, el entonces presidente de Chile Eduardo Frei, cuyo padre Eduardo Frei Montalva, había sido objeto de persecución por el régimen pinochetista, al punto que su muerte en 1982, mientras se encontraba en fase de postoperatorio en una clínica de Santiago, fue calificada años después como magnicidio por un tribunal de instancia, en investigación que se extendió hasta 2021.
De nuevo bajo arresto
Si bien Pinochet tras verse liberado en Londres regresó a Chile, a poco se vería objeto de un procedimiento penal, cuando el juez austral Juan Guzmán Tapia, solicitó a la Corte de Apelaciones en Santiago, el desafuero como senador vitalicio, del general. En enero de 2001 Pinochet sería condenado a detención domiciliaria, medida que fue revocada poco después, para serle reimpuesta en 2005 por una semana. Augusto Pinochet fallecería de un paro cardíaco en diciembre de 2006. Ambas actuaciones, la de Baltasar Garzón en su momento, así como la del juez Guzmán Tapia en Chile, constituyen evidencia de que cuando la administración de justicia se ejerce con valentía y probidad, el escrupuloso cumplimiento de la norma, define el significado del Derecho, como sustento de un orden civilizado y humano.
Sinóptico
1824
Hace 200 años Simón Bolívar afirmó “Lo primero es ser, lo segundo el modo”
Este día, hace doscientos años, encontrándose en Huamanga, en el marco de la Campaña de Perú -y a poco más de un mes de su victoria en la planicie de Junín frente al realista José de Canterac-, el Libertador Simón Bolívar escribió al general José de la Mar, una corta epístola en la cual le transmitía uno de sus más célebres y juiciosos apotegmas, de los tantos que el Padre de la Patria ofreció a la posteridad. Así el héroe, con sentido de historia y el significado de la fuerza moral ante todo tipo de dificultades, indica a La Mar que “Lo primero es ser, lo segundo es el modo”, apuntándole con ello la necesidad de apoyar a Antonio José de Sucre, para lograr el triunfo del Ejército. La Mar, quien en 1828 desahogaría su oculta y antigua inquina contra Simón Bolívar, se mostraba en 1824 obsecuente con el vencedor de Junín y campeón de la libertad suramericana.