Néstor Rivero Pérez

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El 1° de junio de 1959 falleció en Caracas Ramiro Nava Bracho, abogado, escritor y visionario zuliano, cuyos proyectos sobre urbanismo, obras de infraestructura y el establecimiento del patrón oro en el país, han hecho de su nombre sinónimo del proyectista al punto que muchos contemporáneos le llamaron “el Julio Verne venezolano”. De sus iniciativas reformadoras resalta el proyecto de conectar a Caracas con el mar Caribe mediante un canal subterráneo para convertir la ciudad en una “Venecia del Trópico”.

Utopistas de Caracas

En los últimos cinco siglos el valle de Caracas contó con mentes que prefiguraron diseños para sortear los escollos de su topografía y obtener resultados de funcionalidad y estética urbana. A fines del siglo XVI, Juan de Pimentel fijó el trazado de cuadrícula que guió la expansión de la capital en las centurias siguientes. En el siglo XIX Antonio Guzmán Blanco levantó en la capital un conjunto de edificaciones que hicieron pensar a algunos que aspiraba convertir Caracas en una pequeña París. Y en 1939 el arquitecto galo Maurice Rotival, contratado por el gobernador Elbano Mibelli, presentó su “Plan Monumental”, el cual preveía una extensa avenida Bolívar, que iba desde las escalinatas de El Calvario hasta la actual Redoma de Petare contemplando, entre El Calvario y Los Caobos, una zona arborizada al modo de Campos Elíseos.

 

Un Da Vinci criollo

La diversidad de actividades de Nava le hizo reconocer como “Miembro de la Real Sociedad de Ingenieros de Londres, socio honorario de la Asociación de Ingenieros de Chicago, Doctor de la Fundación de Psicología de Reino Unido, Príncipe Rosacruz, Caballero de la Orden Internacional de la Legión de Honor de la Inmaculada, cultivador premiado de semillas de girasol, geógrafo y quien pretendió convertir a Caracas en una nueva Venecia. Llenar de agua al valle donde está asentada la ciudad, era solo una arista de la gigantesca propuesta de Ramiro Nava para una convivencia entre los seres humanos y la naturaleza. Quizá por ser un soñador que hacía planos, medía con destreza y dibujaba al detalle las imágenes que parían su cerebro, algunos autores lo llaman el “Julio Verne criollo” [[https://actualidad.rt.com].

Polifacético

Habiendo traspasado su veintena de años, Nava publicó en 1904 su Manual de Nociones de Geografía Universal, al tiempo que adelantaba lecturas en distintos campos, para elaborar luego un ensayo  sobre teosofía,  en conexión con la música “persiguiendo la correspondencia entre colores, sonidos, imágenes y sentimientos (…) se adelantó a su época… en torno a la sinestesia; esto es, la fusión de la fascinación de las bellas artes a través de su proceso de incidencia en los cinco sentidos, amén del otro. ‘”Fue un revolucionario ‘a su modo’ aseguró… el periodista y poeta zuliano Alexia Blanco” [Ibídem]

 

Un puente sobre el Lago

Se sabe que el general Marcos Pérez Jiménez concibió un primer proyecto del puente sobre el lago de Maracaibo que contemplaba, además de la ruta de varios canales para vehículos automotores, una vía férrea con áreas de esparcimiento a lo largo de sus aproximadamente ocho mil setecientos metros de longitud; pocos conocen que uno de los proyectos con mayor atractivo acerca de construir un puente que uniese las dos orillas del depósito lacustre, fue ocurrencia de este ingenioso coterráneo. Del mismo modo prefiguró otro puente, en este caso sobre el río Orinoco.

 

Venecia caraqueña

El “Plan Ramironava”, como se dio a conocer la propuesta del creativo autodidacta, concebía un perímetro como “Bahía de Caracas”, con un canal de diez kilómetros de largo y doce metros de profundidad… que comunicara la Plaza Bolívar con el océano en un santiamén” (https://actualidad.rt.com). Dicho trayecto estaría provisto de atractivos turísticos, tales como “casinos, cabarets, dancings, Coney Islands y ferriboats”. Así todo el centro de Caracas se vería cruzado por canales donde los paseantes podrían trasladarse en barcazas al modo de las góndolas de Venecia; y la principal arteria de dicho flujo acuífero sería el río Guaire.

 

Sinóptico

1968

Hellen Keller

Este día falleció en Easton, localidad de Conneticut (EE. UU.) esta activista por los derechos de la población sordociega del mundo. Hellen, quien a su vez acompañó la lucha por el voto femenino, contra el racismo y por las ideas socialistas, alcanzó notoriedad universal con sus artículos, libros y conferencias. Quedó afectada por la sordoceguera a sus diecinueve meses de edad. En su libro Luz en la oscuridad, Hellen comenta sus difíciles años de infancia, cuando el contacto con el mundo externo era casi inexistente, por tener solo la relación de su cuerpo consigo misma “(…) viví privada del menor concepto sobre la naturaleza, la muerte o Dios. Puede decirse que pensaba con mi cuerpo…”
(http://www.swedenborg.es). En 1905, Hellen, sensibilizada con las luchas de trabajadores, se adhirió al Partido Socialista de EE. UU.

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