Néstor Rivero Pérez

[email protected]

El 20 de septiembre de 1792, se escenificó la Batalla de Valmy, un triunfo de la Francia revolucionaria frente a las coronas coaligadas de Europa y en cuyo resultado jugó un rol destacado el venezolano Francisco de Miranda.

En Francia

El caraqueño universal había llegado a París en marzo de ese año en busca de apoyo para sus planes de dar libertad a la América española. A poco de su arribo y al tanto de su formación y experiencia como militar, el alcalde de la ciudad, Jérome Petion, uno de los líderes del partido girondino, le ofreció incorporarlo al Ejército galo con el rango de alto oficial.

 

Miranda en el Ejército

Francia por entonces carecía de buenos y curtidos estrategas. Y el caraqueño pone como condición que en un futuro Francia le de apoyo en los planes de independizar las colonias españolas de América. Así, el 24 de agosto se le informa a Miranda que ha sido nombrado mariscal de campo a las órdenes de Charles Francois Dumorietz, ante quien se presenta el 11 de septiembre.

De inmediato y tras recibir sus credenciales se le designa jefe del ala izquierda del Ejército del Norte. Por entonces Doumorietz mostraba una actuación de consecuente militar y patriota frente a los enemigos de Francia.

  

Argonne

En cumplimiento de su amenaza contra la Francia revolucionaria, el prusiano Brunswick, al frente de las fuerzas de su país y de Austria, se dispone a avanzar hacia París para liberar al rey prisionero, Luis XVI. De seguidas Doumorietz envía a Miranda al frente de 2 mil hombres para toparse con el enemigo el 19 de septiembre en los desfiladeros de Argonne. Con este choque por primera vez se hace retroceder -como recuerda Caracciolo Parra-Pérez- a los prusianos, lo que provoca un entusiasmo inusitado en las tropas francesas y en el propio París. Miranda es felicitado por sus superiores.

 

La colina de Valmy

En Argonne se midieron pequeñas fuerzas. El grueso de ambos contendientes se verá en torno a la colina de Valmy el día 20 de septiembre de 1792. Y la jornada de Valmy, sin constituir en términos numéricos -y en palabras de Johan W Goethe- ninguna gran batalla como la de Waterloo, sí significará “el inicio de una nueva fase en la historia del mundo”. Por primera vez Francia, con un ejército constituido en su gran mayoría por soldados novicios, demostró a Europa que la Revolución podía ganar batallas ante ejércitos reputados como los de Prusia y Austria, los mejores de Europa.

  

Los efectos

Al analizar la jornada de Valmy, numerosos historiadores sostienen que de haber triunfado la coalición austro-prusiana “la República francesa no existiría… y las nuestras tampoco en América Latina; y Europa no sería lo que es hoy sin la Revolución Francesa” [Claudia Isabel Navas /http://www.lapatilla.com]. Al enterarse del triunfo, en el pueblo de París se incrementa la euforia revolucionaria en medio de las dramáticas querellas interpartidistas escenificadas en el seno de la Convención. El 3 de octubre, a dos semanas de Valmy, Miranda es elevado al grado de general de división.

Si a Miranda (…) le baten…”

“Dantón saltó a la tribuna: ‘¡Conmino a todos los buenos ciudadanos, dijo con voz de trueno, para que no abandonen su puesto! ¿Olvidais la posición en que nos hallamos? Si a Miranda, cuyo ejército está enfrente de Clerfayt, le baten, y esto no es imposible, Dumorietz envuelto, se verá en el caso de abatir sus armas (…) Es preciso adoptar al instante mismo las medidas para organizar definitivamente la institución que la audacia de los contrarrevolucionarios ha hecho necesaria’. Y hace votar el envío de comisarios a las secciones de la capital, para obligar a los ciudadanos a correr en defensa de Bélgica” [Caracciolo Parra-Pérez, Miranda y la Revolución Francesa, Vol. 1].

 

Sinóptico

El Dr. Francia

Gaspar Rodríguez de Francia, conocido como el Dr. Francia, fue un personaje lleno de contradicciones que gobernó el Paraguay desde 1811 en condición de triunviro, y luego, a partir de 1814, fue nombrado por el Congreso como dictador de la República. Dos años después adquiere el título de Dictador Perpetuo.

Francia inició una gestión que condujo a Paraguay a un nivel único de autosustentabilidad económica al fortalecer la agricultura, la ganadería y la producción artesanal en niveles tales que el país se mantuvo al margen de los mercados internacionales en un virtual aislamiento autárquico tanto de sus vecinos como de las metrópolis europeas. Meritorias figuras como José Gervasio Artigas y Aimée Bonpland, llegados al Paraguay por distintas circunstancias, una vez en este país no obtuvieron el permiso de salida del Dr. Francia. Este gobernante inspiró a Augusto Roa Basto su libro Yo el Supremo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Este contenido está protegido !!