Néstor Rivero Pérez

[email protected]

El 8 de junio de 1838 murió fusilado en Maracaibo (Zulia), el coronel Francisco María Faría Oberto, quien tras haber servido a la Corona española hasta comienzos de 1820 se sumaría, con el pronunciamiento de Maracaibo del 20 de enero de dicho año, a las fuerzas patriotas jefaturadas por su primo el general Rafael Urdaneta Faría. Y luego de catorce años de servicios ininterrumpidos como oficial de la República, en 1835 se declaró a favor del movimiento de las Reformas el cual, bajo la jefatura del prócer Santiago Mariño, depuso el 8 de julio de ese mismo año al presidente José María Vargas, por varios meses.

 

Un primo de Urdaneta

El general Rafael Urdaneta Faría fue prócer de primer orden en la causa emancipadora venezolana y gran Colombiana, iniciada en 1810. Y en cuanto a su amistad con el Libertador Simón Bolívar, bien pudiere tenérsele después del Gran Mariscal de Ayacucho, como el auxiliar más cercano a los proyectos del héroe caraqueño, hasta que este último desaparece físicamente en 1830. Y siendo Urdaneta reconocido como la figura más prominente del gentilicio zuliano, ya en vida supo concitar la emulación de numerosos coterrános. Así en 1820 el coronel Luis Urdaneta, primo de aquél, y quien formaba parte del Batallón realista Numancia, destacado por ese año en Guayaquil, se posesionó como oficial de la guarnición de esta ciudad-puerto, para decidir la declaratoria de la Independencia de la provincia homónima y establecer un gobierno republicano.

 

El otro primo

Y al igual que Luis Urdaneta, Francisco María Faría, también primo de Rafael Urdaneta, prestó servicios como oficial realista, hasta que el 20 de enero de 1821 resolvió acompañar el pronunciamiento de ese día, de las autoridades civiles y grupos de ciudadanos de la capital provincial Maracaibo, liderados por el gobernador Francisco Delgado, a favor de la Independencia y sumarse a la Gran Colombia. Y ello, previo acuerdo con Rafael Urdaneta, quien para asegurar el éxito del pronunciamiento, movilizó desde Trujillo las tropas a su mando, hasta la Barra del Lago; para asumir, al día siguiente, y previo llamamiento de las nuevas autoridades, el control de la ciudad. En adelante Francisco María Faría se distinguirá como oficial patriota en acciones contra las fuerzas monarquistas, formando parte de los contingentes que a las órdenes de Rafael Urdaneta tomaron Coro ese mismo año de 1821, así como de las fuerzas que este último habría de enviar al Libertador Simón Bolívar con miras a la Campaña de Carabobo. Urdaneta, como se sabe, no pudo intervenir en la Batalla de Carabobo, por padecer serios quebrantos de salud, obligándose a permanecer enfermo en Coro.

Fusilamiento

Durante los años siguientes, Francisco María Faría cumplió como militar las responsabilidades de resguardo y administración que les fueron encomendadas por las autoridades de la Gran Colombia, granjeándose el respeto de sus superiores por su disciplina y el buen trato que prodigaba a los subalternos; siendo además persona que cultivaba las relaciones sociales. Sin embargo, en 1835, a raíz del desconocimiento en Caracas del Gobierno del doctor José María Vargas por militares que organizaron la “Revolución de las Reformas”, encabezada por el prócer Santiago Mariño, Faría resolvió en la capital del Lago, secundar dicho levantamiento. El movimiento fue sofocado, reinstalado Vargas en la silla presidencial, y llevados a juicio los involucrados.

 

Su último día

Y entre estos últimos se encontraba Francisco María Faría, a quien el tribunal de la causa condenó a muerte. No valieron las súplicas de familias honorables de la ciudad ni la hoja de méritos del reo. Así “(…) muy enfermo y en silla de ruedas, es llevado a la plaza San Sebastián de Maracaibo -hoy, plaza Bolívar-, para ser fusilado… Un día antes de su ejecución escribió: «Adiós, patria querida, esposa amada, hijos que formaban mi delicia, adiós, amigos y parientes, un recuerdo” [http://www.elzulianorajao.com].

Sinóptico

Los Maquis y la resistencia antinazi

1944

Este día, el movimiento de resistencia francés contra la ocupación alemana, conocido como los “Maquis”, luego de combatir a las fuerzas nazis establecidas en la localidad de Tulle, en el centro-sur del país galo, se retiró a las montañas, para sostener desde allí sus operaciones. El término “maquis” era entendido como “resistencia francesa”, si bien en su origen identificaba una región boscosa, con abundante maleza. Al día siguiente del repliegue de los maquis, los alemanes detuvieron a todos los hombres entre 16 y 60 años, interrogándolos con extrema crueldad. “En los días que siguieron, 149 hombres fueron enviados al campo de concentración de Dachau, donde 101 personas perdieron la vida (…) En total, las acciones de la Wehrmacht -las- SS y SD, provocaron la muerte de 213 civiles residentes en Tulle” [https://historiahoy.com.ar]. El capítulo es conocido como “Masacre de Tulle”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Este contenido está protegido !!