Tal día como hoy, hace 200 años Simón Bolívar gestionó adquisición de las “Memorias de Napoleón Bonaparte”

Néstor Rivero Pérez
El 9 de enero de 1825, hace 200 años, el Libertador Simón Bolívar, encontrándose en Lima (Perú), dirigió comunicación al comerciante Antonio Tabara, exponiéndole su interés en adquirir la obra Memorial de Santa Elena que este ofrecía en venta. La obra en cinco tomos, contenía las narraciones ofrecidas por el exemperador de los franceses, Napoleón Bonaparte, a su edecán Enmanuel Las Cases, durante su destierro en la isla de Santa Elena entre 1815 y 1821, año de su muerte.
Prisionero en el Atlántico
Hecho prisionero por los ingleses en 1815, Bonaparte fue trasladado al islote de Santa Elena -en el Atlántico sur-. Allí transcurría el lapso de los últimos seis años de la existencia del gran corso. A Napoleón le quiso acompañar un corto séquito de sus leales oficiales, entre quienes destacaba el conde Enmanuel Las Cases, edecán a su servicio durante las campañas bélicas de aquel. Y Las Cases a poco de la instalación del Emperador depuesto en Santa Elena comenzó a copiar los relatos que este dictaba en la pequeña residencia que se les asignó.
De Las Cases para Bolívar
Y no obstante la desolación que por momentos embargaba a Bonaparte, este empleaba muchas horas del día en narrar sucesos, explicar sus campañas militares y describir a sus generales con una precisión que mostraba su conocimiento del carácter humano. Las Cases, de ‘motu proprio’ habría de enviar en 1826 al Libertador del Mediodía Americano, un ejemplar de la primera edición del Memorial de Santa Elena, con especial dedicatoria, mediante la cual reconocía las ejecutorias y hazañas del héroe caraqueño. A partir de las jornadas de Junín y Ayacucho, el nombre de Bolívar se hizo célebre en los distintos círculos liberales de Europa. Y muy seguramente el conde de Las Cases admiraba en el Libertador proezas militares que como las que se dieron a conocer con los sonoros nombres de Boyacá, Carabobo, Bomboná y Junín entre otros le consagraban, ya en aquella época, dentro del círculo de los grandes capitanes de la historia universal. Y del mismo modo que de Las Cases estimaba las grandes miras continentales del Emperador de los Franceses y su querella con las antiguas monarquías feudales debió reconocer en Simón Bolívar la inmensidad de designios, cuando este proclamó su anhelo de que las antiguas colonias de la América hispana, en adelante se integrasen como “una nación de Repúblicas”.
Dos héroes y dos mundos
Y Las Cases, discípulo de Bonaparte, se declaró admirador de las proezas militares que en el Nuevo Mundo venía ejecutando Simón Bolívar. Ambos héroes, el Libertador y Bonaparte, diferían en cuanto a su programa como estadistas, por cuanto al tanto que Napoleón apuntalaba con su espada sobre Europa un extenso imperio unipersonal y nepótico, Bolívar por su parte diseñaba constituciones para establecer Repúblicas y forjar la unidad continental mediante una gran confederación, cuya capital debía establecerse en el Istmo de Panamá.
Confesión de Bolívar
En todo caso el Libertador Simón Bolívar, de acuerdo a los testimonios de 1828 plasmados por Luis Perú Delacroix en el Diario de Bucaramanga fue un fervoroso admirador de Napoleón Bonaparte, aunque se cuidó siempre de expresarlo en público ante el temor de que se le tuviese por persona ambiciosa y cesarista. Al respecto, devoto de la gloria y su propia reputación, el Padre de la Patria dio muestras de acierto como estratega militar cuando, en 1818 decidió organizar la Guardia del Libertador, emulando el cuerpo élite bonapartista designado con el nombre de “la Guardia del Emperador”, que protegía al héroe corso y cuya membresía era signo de valentía, inteligencia y disciplina por quienes la integraban, instigando la emulación de noveles combatientes para ser admitidos dentro del cuerpo.
Sinóptico
1793
Sociedad Patriótica de La Habana
Fernando Ortiz la definió como «hija cubana del iluminismo». Esta Sociedad fue paso importante en la formación de la nacionalidad cubana. A ella pertenecieron Francisco de Arango y Parreño, el padre Félix Varela, José de la Luz y Caballero y José Antonio Saco, primer director de su órgano oficial la Revista Bimestre Cubana.
Augusto C. Sandino
Este día el líder antiimperialista establece un gobierno revolucionario al norte de Nicaragua, y que se conoció como ‘República de Nueva Segovia’, con cooperativas, planes de alfabetización e inserción del campesino en las discusiones y la resistencia ante las tropas estadounidenses que habían invadido su patria y el cuerpo cipayo de la Guardia Nacional dirigida por Anastasio Somoza.
1984
Declaración de Contadora
Este día se hace pública la Declaración de la Isla de Contadora (Panamá), que expresa “preocupación por la injerencia foránea en conflictos de América Central” y llamando a los países centroamericanos “para que a través del diálogo…establezcan…un clima de convivencia pacífica y respeto mutuo”.