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Néstor Rivero Pérez

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El 25 de julio de 1825, hace 200 años, el Libertador Simón Bolívar dirige extensa epístola al vicepresidente de la Gran Colombia, Francisco de Paula Santander, instruyéndole acerca del traslado de 4.600 tropas, desde puertos de Perú y Alto Perú, con destino al Istmo de Panamá. El designio de Bolívar era, ya culminadas las guerras del sur, abrir operaciones en las aguas del Caribe -y en concierto con México, cuyo presidente, Guadalupe Victoria, animaba la idea-, dar su Independencia a Cuba y a Puerto Rico.

Primera insinuación

Ya desde la misma noche del 19 para el 20 de diciembre de 1824 y apenas recibida la primera información sobre el triunfo republicano en la planicie de Ayacucho, el Libertador comienza a fraguar la destinación de la potente fuerza humana que constituye el Ejército Unido Libertador a su mando.

Así en extensísima carta al vicepresidente y general Santander, quien despachaba como presidente (E) de la Gran Colombia, le anuncia: “Me parece bien que el gobierno de (la Gran) Colombia, por los medios que juzgase a propósito, intimase a España que si en tanto tiempo no reconoce la Independencia… y hace la paz, estas mismas tropas irían inmediatamente a La Habana y Puerto Rico” [Simón Bolívar, Obras Completas, 3 Tomos -Compilación Vicente Lecuna- (Carta del 20-12-1824 para el vicepresidente F. P. Santander; Tomo III págs 58-62)].

Alusiones discretas

En adelante, el héroe caraqueño se guardaría del riesgo de indiscreción, comenzando a transmitir sus propósitos sobre las proyectadas operaciones para dar su libertad a Cuba y Puerto Rico, con el mayor grado de confidencialidad posible.

Se trataba de que ya libre de las responsabilidades de guerra al sur del continente, quería evitar que las autoridades españolas en Cuba y Puerto Rico, o a través de sus espías en el Nuevo Mundo, así como la eventual malquerencia del gobierno de los Estados Unidos al respecto -como luego se hará manifiesto en la hostilización del secretario de Estado Henry Clay, en contra del Congreso Anfictiónico de Panamá, y según lo hace constar de modo palmario el general José Antonio Páez, en el tomo II de su Autobiografía. En todo caso el Padre de la Patria.

Nuevas referencias

Mediante exposición confidencial y de viva voz, transmitida en estos casos como secreto de Estado y utilizando a sus edecanes u otros allegados, Bolívar hacía llegar a figuras como Antonio José de Sucre, la información más precisa acerca de la proyectada expedición libertadora al Caribe, sin correr riesgos de que noticias por escrito al respecto, cayesen en manos de enemigos o espías. Así, el 10 de julio de 1825 le escribe al mismo Santander que pensaba ir “a Venezuela con 6 mil hombres de este excelente Ejército”. Como motivo para tan magno desplazamiento aduce Bolívar que de este país “todo el mundo… escribe que aquello está muy malo”.

Se trataba sin duda de subterfugios, para enmascarar el auténtico objetivo de concentrar en costas del Caribe un poderoso Ejército con condiciones de emprender sobre las Antillas y expulsar de dichas islas el régimen colonial. De allí que el 23 de julio insista ante Bartolomé Salom, para que “escriba al general Carreño, que tengan buques y víveres para recibir esos 4.500 hombres en el corriente de este año” (Ibídem, pág 183).

Como lo apunta el biógrafo T. Polanco Alcántara, sobre el cuido de las tropas, Bolívar instruía hasta el detalle en cuanto a aclimatación y vituallas: “El transporte del istmo a las costas de Venezuela debe ser de veinte a treinta días. Deben llevar agua y víveres para estos días (…) que las tropas estén al fresco” (Ibídem, pág 187).

4.600 hombres

“Lo que ocurre de más importante… es que he mandado embarcar 1.800 hombres a principios de septiembre… en Arica, para que pasen al istmo. A principios de noviembre marcharán 1.800 de la división de Lara, del puerto de Quilca con la misma dirección; y otra división a principios de diciembre… del Callao para el istmo” (Simón Bolívar, Carta a F. P. Santander, 25 / 12 / 1825).

Sinóptico

1819

Aún Rondón no ha peliao

Este día, el Libertador Simón Bolívar, al frente del Ejército Republicano, derrotó al coronel realista José María Barreiro en el Pantano de Vargas, estratégica acción de la Campaña de Nueva Granada. En la madrugada del 25, Bolívar se interpone entre el español José Barreiro y el camino que conduce de Tunja a Bogotá.

En un momento la refriega se asoma lúgubre para los patriotas, resolviendo el Libertador buscar a Juan José Rondón, jefe de la reserva, a quien dice: “Coronel, salve Ud la patria”, arengando este héroe a su caballería y encabezando el ataque contra el centro realista. La acometida con lanzas, desorganizó al enemigo, causándole numerosas víctimas,  y asegurando el glorioso y sangriento triunfo de Pantano de Vargas.

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