Néstor Rivero Pérez

[email protected]

El 20 de junio de 1825, encontrándose en Río Hacha, Nueva Granada, el canónigo José Cortés, figura principalísima del 19 de Abril de 1810 en Caracas y prócer de la Emancipación suramericana, dirigió carta al Gobierno de la Gran Colombia establecido en Bogotá, dando a conocer la precariedad de sus condiciones materiales de existencia, y su estado
de extrema necesidad.

En Caracas

Cortés de Madariaga nació en Santiago de Chile en 1766. Tras viajar a España retornó en 1802 a la América. Por causa de violentas tempestades, la embarcación que le llevaba a Chile recaló en La Guaira.

En Caracas, se le asigna el templo de la Merced (Altagracia). Allí le toman los hechos del 19 de abril de 1810, donde ejerció rol estelar para la deposición del capitán general Vicente de Emparan.

“Siete monstruos”

Al caer la I República en julio de 1812, el canónigo es apresado en La Guaira. Domingo de Monteverde le hace encadenar para remitirlo, junto con Juan Germán Roscio y cinco patriotas más a la Península, apellidándolos “los siete monstruos” y como principales causantes del trastorno de la Capitanía General.

Sin el canónigo no hubiese cuajado el desconocimiento de las autoridades peninsulares en la Capitanía General de Venezuela; al menos ese 19 de abril de 1810, pues por ese tiempo Emparan mantenía suficiente ascendiente sobre influyentes familias de Caracas e instituciones tales como el clero, la Real Audiencia y la milicia.

Faltaba el “toque” del hombre resuelto con habilidad para dar el alegato preciso de porqué debía desconocerse al capitán general Emparan; y nadie mejor para ese cometido que Cortés de Madariaga.

República de Las Floridas

En 1817 en Filadelfia, Madariaga fue actor principalísimo en los preparativos de la expedición que sobre la isla Amelia -posesión española en la franja marítima de Florida, en Norteamérica- y que terminó con la deposición del gobernante español, coronel Francisco Morales y establecimiento de la “República de las Floridas”, cuya gobernación civil la ejerció el venezolano Pedro Gual.

El canónigo procedió como representante de los gobiernos de Buenos Aires y Chile. Al fracasar la osada iniciativa por la hostilidad del presidente de EEUU, James Monroe, el canónigo se viene a Margarita y será factor clave en el Congresillo de Cariaco.

Héroes mendicantes

Circunstancia de la que no escapan algunos procesos de cambio histórico, como la sustitución en Nuestra América del orden doméstico colonial por el republicano, es el de “la revolución que, como Saturno, devora a su propios hijos”, para citar una frase del Libertador.

Ciertamente tras las jornadas de Carabobo y Ayacucho un meritorísimo grupo de patriotas, de varias de las naciones recién constituidas, sintieron el desconocimiento de quienes comenzaron a ocupar las supremas jerarquías en las nuevas Repúblicas.

El propio Libertador Simón Bolívar será víctima propiciatoria del fenómeno en 1830. En Perú, la protectora Rosita Campuzano; en Nueva Granada la familia de Camilo Torres, y en Venezuela Juana Ramírez “La Avanzadora”, llegarán a una vejez precaria. Y hasta la propia Manuelita Sáenz en Ecuador, confrontó estrechez rayana en indigencia.

Y José Cortés de Madariaga también se sumó al elenco de héroes a quienes la República desterró de sus nóminas. Madariaga falleció en Río Hacha en marzo de 1826, olvidado por quienes entonces dominaban la política grancolombiana.

“Indigencia…”

“Trece años cuento de padecimientos agravados con la indigencia; aposté por pública felicidad, empleo, reposo y fortuna; y la recompensa que he recogido es la miseria: arrostré cadenas gustoso por no retractar mis opiniones políticas y he soportado las calamidades que me han sobrevenido; estoy dispuesto a abandonar la Gran Colombia si no se acude con los subsidios que demanda el hambre que experimento…una vez que no llegue la pensión con que se ha querido disminuir mis penas / Junio 20 de 1825” / J Cortés de Madariaga (Colección Blanco y Azpúrua, Tomo 10).

Sinóptico

1933

Clara Zetkin y los derechos de la mujer

Este día falleció Clara Zetkin, dirigente del socialismo alemán y abanderada de las luchas por los derechos de la mujer. Habiendo nacido en 1857, se afilió con 17 años al Partido Socialista de los Trabajadores.

Muchos de los derechos civiles de que hoy disfruta la mujer en el mundo, consagrados en constituciones incluso de perfil liberal, como el derecho al sufragio, la igualdad jurídica, y el derecho al trabajo y su extensión a la mujer, se debe a los reclamos y movilizaciones que encabezaran lideresas como Clara Zetkin.

En 1907 Clara y otras 56 delegadas fundaron la Internacional Socialista de Mujeres. En 2010, durante el II Encuentro de la organización se propuso establecer un Día Mundial de la Mujer. Zetkin escribió “Cuando el proletario dice ‘Mi mujer’, entiende: ‘La compañera de mis ideales, de mis luchas, la educadora de mis hijos para las batallas del futuro’, equiparándola como ‘la mujer proletaria’”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Este contenido está protegido !!