Tal día como hoy Libertador Simón Bolívar entró triunfante a Caracas

Néstor Rivero Pérez

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El 29 de junio de 1821, a cinco días de haber derrotado al ejército español en la planicie de Carabobo, el Libertador Simón Bolívar, tras haber pernoctado entre el 24 y 28 de junio en Valencia, San Mateo y La Victoria, respectivamente, hace su arribo a Caracas, donde será objeto de jubilosas expresiones de admiración por la población.

En su ciudad natal permanecerá poco más de una semana, pues su presencia era urgida por el Congreso Constituyente que sesionaba en Cúcuta (Nueva Granada) y las fuerzas patriotas que en el Sur combatían contra los españoles.

Entradas triunfales

En tres oportunidades Caracas le tributará su magno reconocimiento al hijo de la gloria; la primera el 6 de agosto de 1813, cuando a la cabeza de su ejército es recibido por una multitud de todos los estamentos sociales, quienes en aceras y desde los ventanales de las casas, desde las primeras casas en el camino real de San Juan (actual avenida San Martín) hasta la Casa del Vínculo (en la esquina de Gradillas), le expresan su inmenso regocijo.

El tercero y último arribo triunfal ocurrió en enero de 1827, cuando Bolívar retorna con los lauros de Bomboná, Pichincha, Junín y Ayacucho, obtenidos con auxilio de Antonio José de Sucre y con la resonancia en los oídos de sus compatriotas, del nombre de una república creada para honrarle: Bolivia.

La noche del 29

Así, la segunda apoteosis que le brindó su ciudad natal, sucedió el 29 de junio, a escasos días de la Batalla de Carabobo. Tras salir de La Victoria, casi sin detenerse y acompañado del general José Antonio Páez -figura principalísima en la jornada de Carabobo-, el Padre de la Patria apresura el paso de su caballo.

Delante suyo avanza Diego Ibarra, con fuerte piquete para perseguir los restos del ejército realista que al mando del brigadier Pereira, había controlado Caracas, tras la acción del 23 contra J. F. Bermúdez en la colina de El Calvario.

Pereira, apenas enterarse del descalabro de De La Torre en Carabobo, abandona la capital y se enrumba a La Guaira, creyendo encontrar en dicho puerto embarcaciones para trasladarse con sus tropas a Puerto Cabello. Así, Bolívar, siguiendo el camino real que conecta La Victoria con los Teques y de aquí a Antímano, entra a Caracas en horas de la noche del 29.

Prevenida la población de la inminente llegada y tras confirmarse la novedad, todos se dirigieron al alojamiento de Bolívar en la Casa del Vínculo, la cual había sido desocupada de forma precipitada por sus ocupantes realistas, quienes marcharon a La Guaira con Pereira. Comienza entonces una gran aglomeración frente al inmueble, donde se juntaban antiguos conocidos de la familia Bolívar, parientes de oficiales y soldados del Ejército patriota y gran cantidad de personas deseosas de conocer y felicitar al héroe.

Hasta la media noche, de acuerdo con Vicente Lecuna, hubo la algarabía del éxito, dentro y fuera de la casa, la cual solo quedó en calma cuando se ordenó cerrar sus puertas y todos volvieron a sus domicilios, en tanto que Bolívar permanecía en vigilia por otro lapso, revisando comunicaciones y dictando órdenes. Y apenas amaneció, volvió el bullicio a la casa, debiendo salir el Libertador a saludar a quienes querían cumplimentarlo.

Cúcuta y el Sur

Tras ofrecer el 4 de julio honrosa capitulación a Pereira y a sus fuerzas, el Padre de la Patria permanecerá pocos días en Caracas, marchando por vía terrestre con destino a Cúcuta, donde los congresistas le esperan para investirle como Presidente de la recién constituida Gran Colombia. Nuevas glorias esperan al héroe en sus Campañas del Sur, de Perú y Alto Perú (Bolivia).

Sinópticos

Día Internacional de los Trópicos

Esta efemérides propugna la concienciación de la población, en torno a “los desafíos a los que se enfrentan las zonas tropicales, y subrayar el importante papel que desempeñan los países de los trópicos para los objetivos de desarrollo sustentable” (Google).

1919

Murió el doctor José Gregorio Hernández

Este día perdió la vida víctima de un arrollamiento vial, en la parroquia Altagracia, de Caracas, el “Médico de los Pobres”, doctor José Gregorio Hernández. El infausto suceso acaeció cuando tras haber comprado en una farmacia de dicha parroquia, medicamentos para una paciente a cuya casa se dirigía, el virtuoso galeno se vio impactado por uno de los poquísimos automóviles que circulaban en la capital de la República.

El doctor Hernández además de autor de libros de Medicina y catedrático, se veía muy solicitado en los sectores populares y también en altos círculos sociales, por su esmero profesional. Los estudiantes de la UCV, por entonces cerrada en atención a órdenes del general Juan Vicente Gómez, pidieron honrar sus restos en el viejo recinto, recibiendo de las autoridades la excepcional autorización. En hombros del pueblo, fueron llevados los restos mortales, desde la esquina de San Francisco al Cementerio General del Sur.