Néstor Rivero Pérez

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El 8 de marzo de 1813, encontrándose recluido en las bóvedas de Puerto Cabello, el Precursor y Generalísimo Francisco de Miranda dirigió a la Real Audiencia de Venezuela, una representación de varias páginas, exponiendo las violaciones de Domingo de Monteverde a las cláusulas estipuladas en la Capitulación de San Mateo, firmada el año anterior y exigiendo que se le diese cumplimiento.

Capitulación

Como se sabe, Francisco de Miranda, designado Generalísimo de los Ejércitos y Dictador por el Congreso de la I República, estimó las dificultades para sostener las instituciones con las fuerzas bisoñas de que disponía, y ante el temor, según escribió, de una insurrección de negros esclavos en Barlovento que amenazaba llegar hasta Caracas. A ello se sumaba la pérdida del arsenal de Puerto Cabello. Así, estimó prudente negociar un tratado con el jefe realista Domingo de Monteverde, quien venía de Coro sometiendo a los pueblos del Occidente y Centro del país.

Los términos de la Capitulación, acordada el 26 de julio de 1812, obligaban a la rendición de los patriotas, y al respeto de su integridad, vida y bienes, por parte del jefe canario en su administración. Y este, al contrario de lo pactado, desde el primer día de su régimen comenzó una política de retaliaciones, presidios, embargos y destierros contra muchos de los seguidores de la independencia que aguardaron su arribo a Caracas.

El héroe cautivo

La víctima más notoria de las infracciones de Monteverde fue precisamente el propio garante de la Capitulación por la República, Francisco de Miranda. Este, perseguido durante décadas por la Corona, cayó en manos de los realistas reentronizados, y encadenado se le redujo a una de las bóvedas de La Guaira. De allí le trasladarían al Castillo de Puerto Cabello, desde donde, por algún conducto, hizo llegar a la Real Audiencia su Representación, denunciando los actos atentatorios contra el Derecho de Gentes, aplicados por Monteverde. Caro le costó a Miranda el error de confiarse en el audaz canario, al confirmar con su rúbrica  el acuerdo de San Mateo.

Arbitrariedad como ley

Monteverde alcanzó el cargo de Capitán General mediante un ardid, al imponer a los negociadores patriotas como cláusula de la Capitulación, la condición de que su cumplimiento por los realistas dependía de la autoridad del jefe canario en persona. Y este punto le serviría para desconocer a José Miyares, su superior. De este modo Francisco de Miranda esperaba que la Audiencia pusiese coto a los excesos del canario. Afirma Tomás Polanco Alcántara, que al Precursor le tomó por sorpresa el desconocimiento de la Capitulación: “En contraste con la promulgación en Caracas de la Constitución de las Cortes de Cádiz, fueron arrestados 1.500 personas en esa ciudad. Además, a Cumaná, Barcelona y Margarita, donde siempre hubo paz, llegaron comisionados de la capital y ordenaron el arresto de personas” [Francisco de Miranda. Morales y Torres Editores, Barcelona, 2004, 451 págs].

La Audiencia y Monteverde

Así, para la época en que Miranda remitía su memorial a la Real Audiencia, el poder judicial de la época -y en cuyo seno destacaba el regente José Francisco de Rafael de Heredia-, se encontraba querellado con el gobernante canario. La Audiencia en varias oportunidades había oficiado a la Regencia y Cortes de Cádiz, denunciando las arbitrariedades del gobernante. En un escrito se desnuda el carácter criminal de Monteverde: “En el país de los cafres, no podían los hombres ser tratados con más desprecio y vilipendio” [BLANCO Y AZPÚRUA, Tomo IV, página 527]. Poco lograron estos bondadosos funcionarios, quienes a su vez se desenvolvían en las aguas turbulentas de la crisis peninsular donde el Consejo de Regencia daba pasos, a fines de 1814, a la reinstalación de Fernando VII en el trono con su visión absolutista.

Sinóptico

1910

Día Internacional de la Mujer

Este día la Internacional Socialista, reunida en Copenhague (Dinamarca) proclamó, por iniciativa de Clara Zetkin, el Día de la Mujer. Se defendían los derechos de la mujer y el sufragio femenino universal. Un hecho que sensibilizó al mundo acaecería el 25 de marzo de 1911, cuando más de 140 trabajadoras, muchas inmigrantes italianas y judías, murieron en el incendio de la fábrica Triangle, de Nueva York. El hecho repercutió en la legislación laboral de EEUU. En adelante el Día de la Mujer asumirá las reformas laborales en pro de la mujer. “La igualdad en el mercado laboral brindan innumerables beneficios a los sectores público y privado. Múltiples estudios procedentes de todas partes del mundo demuestran que cuando se cuenta con tres o más mujeres en una junta directiva, y con más presencia femenina y una mayor diversidad en la alta gerencia, se obtiene un mejor rendimiento, ya sea en términos de rentabilidad, precio de las acciones, o prevención de la bancarrota” [Fuente: https://blogs.iadb.org].

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