Néstor Rivero Pérez

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El 26 de marzo de 1844 falleció en Madrid el abogado, diplomático y político liberal Agustín de Argüelles, cuyas dotes oratorias en las Cortes de Cádiz le hicieron conocido como “el Divino Argüelles”.

Exaltados vs moderados

En el primer tercio del siglo XIX, España transitó por dos lapsos gobernados por el liberalismo: Uno que media entre 1808 y 1814, y otro que va de 1820 a 1823. Y al interior de dicho liberalismo español, se debatieron tres posturas políticas: La primera, caracterizada como la de “los afrancesados”, quienes postulaban la libertad de expresión y la difusión de la ciencia y la educación. En dicho círculo destacaron José Gómez Hermosilla, Alberto Lista y Sebastián Miñaro, quienes durante el Trienio Liberal se expresaron en las páginas de El Imparcial, de Madrid. El segundo grupo, “los moderados”, encontraron en Agustín de Argüelles su personalidad cimera dentro del Parlamento de Cortes.  Gracias a la elegancia de su prosa, la opinión pública dio a Argüelles el título de “Divino Argüelles”. Y el tercer grupo, el de los “exaltados”, tenía su centro en el jefe militar Rafael del Riego, a quien los moderados suponían la pretensión de preparar para septiembre de 1821 un golpe de Estado republicano.

Antiabsolutista en exilio

Luego del retorno de Fernando VII al trono en 1814, Argüelles ingresará al listado de los perseguidos, quedando reducido a prisión durante 5 años, para verse rehabilitado con el triunfo de la Revolución Liberal de Riego del 1° de enero de 1820. Y siendo uno de los ponentes de la moción para que se incapacitase a Fernando VII de forma definitiva para gobernar España, una vez restablecido este como monarca absolulo, sobre Argüelles recaerá una condena a muerte, la que burla escapando, vía el Peñón de Gibraltar, hacia Inglaterra, donde se ganará el pan laborando como bibliotecario de su amigo, el hispanista Lord Holland. Durante su destierro, Argüelles escribirá su principal obra, Examen histórico de la reforma constitucional en España.

Argüelles en Cortes

Argüelles fue elegido por la región de Asturias como diputado a las Cortes de Cádiz de 1812, en cuyo seno impuso el derrotero de las deliberaciones y reformas moderadas, abogando en dicho foro porque se aboliese la esclavitud. Su visión del futuro de España quedó plasmada en el modelo de monarquía constitucional de la Carta Magna de 1812. En Cortes, Argüelles abanderó la corriente de quienes también requerían se aboliese la tortura como procedimiento para la obtención de la verdad. Impuso un “modelo de parlamentarismo que había estudiado con tanto entusiasmo en Inglaterra y… pasó a la historia del constitucionalismo español como el magnífico orador que fue” [https://rodin.uca.es].

Un “No” al potro

Sus colegas en Cortes le oirán decir: “El horrible aparato del potro o demás maneras de martirizar al reo, no es solo lo que hace bárbaro y cruel al tormento, sino la impresión que causa en el desgraciado que lo sufre. El apremio, señor, causa dolores agudos e insoportables a muchos infelices que, vencidos en él, se rinden a la sensibilidad de una fibra más o menos delicada, que jamás debía haber sido puesta a una prueba tan atroz.” [https://www.cervantesvirtual.com]”.

Un “No” al tormento

“¿Es acaso el apremio diferente a las demás clases de tormento usadas antes de su introducción? Atormentará un reo en los dedos de su mano o cualquiera otra parte de su cuerpo, para que declare lo que se le pregunta (…) ¿La sensibilidad física del hombre, está circunscrita a alguno de sus miembros? El horrible aparato del potro o demás maneras de martirizar al reo, no es solo lo que hace bárbaro y cruel al tormento (…) El apremio, señor, causa dolores agudos e insoportables a muchos infelices que… se rinden a la sensibilidad de una fibra más o menos delicada, que jamás debía haber sido puesta a una prueba tan atroz” [Agustín de Argüelles, discurso ante las Cortes de Cádiz / https://www.cervantesvirtual.com].

Sinóptico

1825

Fusilado prócer Leonardo Infante

Este día murió fusilado en Santa Fe de Bogotá el coronel venezolano Leonardo Infante, héroe de las acciones de Queseras del Medio, Pantano de Vargas y Boyacá, de la Guerra de Independencia.

Su fusilamiento fue aprobado por una mayoría cuestionada, bajo la acusación de que el viejo lancero, ahora inválido, había asesinado al también militar llanero Francisco Perdomo, cuyo cuerpo apareció sin vida debajo de un puente del barrio San Victorino, de Bogotá. Y el juicio abrió interrogantes para las cuales aún hoy día no hay respuestas La decisión fue impugnada en la alzada por Miguel Peña, presidente de la Alta Corte de la Gran Colombia. Y el voto de este, que lo hizo en contra-, era requisito constitucional para la validación de la sentencia. Por entonces se conocía de la abierta antipatía del vicepresidente Francisco de Paula Santander, que manifestaba hacia “el Negro Infante”, prócer a quien le faltaba una pierna.

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