Tal día como hoy murió Henry Calvin: el Sargento García en serie Zorro
El autor es historiador, docente y abogado.
Néstor Rivero Pérez
El 6 de octubre de 1975, a la edad de 57 años, falleció en Dallas (EEUU), Henry Calvin, actor e intérprete del bel canto, y cuyo personaje televisivo el sargento Demetrio López García, se constituyó en componente insustituible de la serie “Zorro” la cual, a partir de 1957, deleitó a varias generaciones de televidentes a lo largo del mundo.
La serie
Inspirada en el libro La Maldición de Capistrano, de 1919, cuyo autor fue Johnston McCullen, la serie de televisión de los años ‘50, tuvo como productor a Walt Disney, fundador de una corporación del ocio y entretenimiento en EEUU. Disney se inició dentro del espectáculo como ilustrador y guionista, creando íconos del consumo cultural como “Mickey Mouse, Donald, Pluto… Dumbo” y Bambi, entre otros, plasmando en sus diseños, el potencial de personajes que en numerosos casos provenían de finales del siglo XIX. Uno de dichos íconos cuyo relato opera en forma de leyenda y al margen de la ley, fue recogido por McCullen como “bandido bueno”, enmascarado de negro, Joaquín Murrieta, quien despojaba a hacendados y dueños de minas de oro y reivindicaba a los desheredados. Así, la historia nutrió una literatura donde los “buenos” luchan contra los “malos”, en California (EEUU) de la fiebre del oro del siglo XIX. Empero mezclando el autor rasgos de la California española y la conquista del Oeste por EEUU.
Calvin
Con gran capacidad de adaptación del libro y tradiciones orales, e incorporando al hecho verídico ingredientes de la ficción, Disney asignó al enmascarado de negro, el Zorro, la condición de hijo de un acaudalado propietario, Alejandro de la Vega, quien ha de encarnar al “señorito vengador” que galopa de noche y quien nunca pierde en encuentros a espada con “el Capitán Monasterios”. Pieza de primer orden para la vitalidad de la serie fue la presencia de Henry Calvin, corpulento actor quien venía de actuaciones menores en cine y televisión. Disney le contrató para que representase al célebre sargento, cuyas peripecias cautivaron al espectador de tal modo, que no se concebiría la serie sin sus ocurrencias, casi al mismo punto que el protagonista principal, Guy William. A lo largo de la serie, al tanto que Monasterios y sus sucesores frente a la guarnición de Los Ángeles maltrataban a los prisioneros, o preparaban coartadas para sus depredaciones contra pacíficos californianos, el Sargento García se distinguía por su humanitarismo, al punto de recibir reprimendas y duras advertencias de los superiores, merced las consideraciones que manifestaba con quienes se constituían en blanco de la ira de los superiores en el cuartel. Así, la serie de TV dio pie a márgenes de criticidad del espectador, permitiendo contrastar el ejercicio cruel o respetuoso de los derechos humanos.
El precio de la voz
El personaje del “Sargento García” tuvo distintas versiones fílmicas y de TV. Y aunque en todas aparece como individuo de mayor consideración que el capitán o el procurador de Los Ángeles, la interpretación, que obtuvo mayor receptividad por los seguidores de la serie, ha sido la personificada por Henry Calvin. En 1973, en imágenes de una gira internacional del elenco de Zorro, se observa a Calvin en la escalerilla del avión que lo trasladó a Buenos Aires, en cuyo aeropuerto se vio tributado en la misma pista de aterrizaje por varios miles de personas. La voz de Calvin es la que se escucha al inicio de cada capítulo de Zorro en su original, interpretando en inglés la estrofa “En su corcel, cuando sale luna… aparece el bravo Zorro…”. Calvin murió de cáncer en la garganta, un día como hoy, en su natal Dallas.
Sinóptico
1976
Terrorismo en cielos de Barbados
La voladura de la aeronave de Cubana de Aviación, perpetrada en las alturas de las aguas marítimas de Barbados el 6 de octubre de 1976, constituye uno de los hechos más siniestros en la historia política de Latinoamérica y el Caribe, bajo directrices de los contrarrevolucionarios cubano-estadounidenses Luis Posada Carriles y Orlando Bosch. Todas las 73 personas que viajaban aquel 6 de octubre de 1976 en el Douglas DC-8, el cual despegó de Barbados con rumbo a Jamaica, resultaron muertas por el atentado. La abominable acción desnudaba el cariz execrable de quienes empleando el terror como razones políticas, se oponían a la Revolución Cubana. El atroz suceso de Barbados sirvió para develar el conciliábulo de injerencias y tutela imperial en materia de seguridad. En el curso del proceso penal en Venezuela contra los autores materiales e intelectuales, estos sostenían que la operación se “justificaba” dizque por viajar en la nave un grupo de soldados cubanos, negando que se trataba de deportistas. En todo caso debe indicarse que en el curso de la historia, los perpetradores del crimen de terrorismo forjan teorías que encubren lo injustificable. El hecho mereció la reprobación de la opinión pública mundial.