Néstor Rivero Pérez

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El 30 de diciembre de 1525 falleció en Ausburgo (Alemania) el banquero y comerciante Jacobo Fúger, a quien distintas fuentes consideran el hombre más adinerado de la historia, en las proporciones de época. Fúger acumuló su inmensa fortuna involucrándose en el financiamiento de actividades como el Viaje de Circunnavegación del Mundo dirigido por Hernando de Magallanes y Sebastián Elcano, así como aportando el dinero que Carlos V requirió a lo largo de su mandato para sostener sus largas contiendas.

Licinio Craso

Roma conoció, en el siglo I aC, a Marco Licinio Craso, quien, gracias a su visionaria decisión de adquirir inmuebles derruidos en la ciudad fundada por Rómulo y Remo, la venta de trigo y esclavos y como principal proveedor de las legiones -a cuya cabeza estuvo en distintas campañas- pudo convertirse en el más opulento propietario de la capital del Lacio. Con sus caudales “compró” altos cargos para sí y sus allegados, formando con Julio César y Pompeyo el primer triunvirato, para controlar el Senado durante 7 años.

Cosme de Médici

Al paso de los siglos XV y XVI y a tono con la caída de Constantinopla en manos de los turcos otomanos de Mehmed II, y con la subsecuente búsqueda de nuevas rutas comerciales y  ultramarinas para Europa, que derivó en el cierre del comercio de las especias por la ruta tradicional del Mediterráneo oriental, ya en Florencia Cosme de Médici se había puesto a la cabeza de una institución financiera, el Banco de los Médici, reconocido como el primer gran banco de dimensiones europeas. Permitiéndose asegurar la elección de varios familiares suyos y ejercer mecenazgo a favor de artistas, científicos y políticos, así como hacer refacción de numerosos edificios públicos.

Prestamistas, banqueros y codiciosos

Las potentes fuerzas económicas a que dieron lugar las conquistas ultramarinas de Europa desde los finales del siglo XV,  prohijaron en el Viejo Continente el surgimiento de una élite de altos financistas, cuyo antecedente más directo se puede ubicar en Folco Fortinari, banquero en la Florencia del siglo XIII y padre de la “Beatriz” que Dante pinta en su Divina Comedia. Entre los siglos XV y XVI descollaron el alemán Bartolome Welser y el español Cristóbal de Haro. En el curso del siglo XVIII se hizo célebre Nicolás Fouquet, tesorero de la Corona francesa, cuyo fastuoso castillo en Aux hizo temer a la Corte de Luis XIV que el adinerado funcionario pudiese con base en su cuantiosa riqueza y extensa red de contactos, desplazar al entonces joven Rey Sol, quien lo haría encarcelar, manteniéndolo en ese estado hasta el final de su vida. Los siglos XIX y XX conocieron fortunas legendarias como las amasadas por el inglés Nathaniel de Rotschill y la de su pariente galo James Mayer de Rothschild.

El habilidoso Fúger

El secreto de Jacobo Fúger para encumbrarse como el banquero más poderoso de Europa, radicaba en cobrar sus acreencias a los monarcas de Alemania, España y Portugal, en forma de derechos en exclusividad para comerciar con las especias provenientes de Java y la plata y el cobre extraídos de las minas ubicadas en territorios pertenecientes a sus clientes-monarcas, en un tiempo en que Europa se encaminaba hacia el mercantilismo, con su acumulación metalífera como herramienta efectiva para la asignación de ‘valor’ a los bienes en toda relación económica. Fúger consiguió para su banco, que ante los constantes apuros de Carlos V para financiar sus costosas campañas militares, el emperador dijese “sí” a cuanta condición exponía el banquero. Fúger además se desempeñó como cobrador de impuestos, a la vez que como prestamista de la alta nobleza, la Iglesia y armadores de flotas interoceánicas, incidiendo asimismo con sus finanzas en la escogencia de reyes y emperadores. A su muerte heredó a sus descendientes la mayor fortuna jamás acumulada en la historia. De acuerdo a Greg Steinmetz, Fúger amasó “una fortuna equivalente hoy a US$400.000 millones”  [https://www.bbc.com], monto solo alcanzado por otro mago de la riqueza, Mansa Musa, el emperador malí del siglo XIV.

 

Sinóptico

1896

José Rizal

Este día murió fusilado en Manila el médico oftalmólogo, literato y dirigente independentista de Filipinas, José Rizal Mercado. Al igual que José Martí, Rizal saltó de sus juveniles inquietudes literarias y morales a las de orden político. Por entonces Filipinas era una colonia española.  A propósito de una insurrección urbana instigada por la clandestina asociación “Katipunan”, Rizal fue apresado y sin prueba fehaciente, enjuiciado como inspirador de aquella sedición y condenado a morir en el paredón. La España de 1896, bajo la regencia de María Cristina, tenía de Presidente del Consejo de Ministros a don Antonio Cánovas del Castillo, conservador moderado, quien respecto a las colonias de ultramar -Cuba y Puerto Rico en el Caribe y Filipinas en el Pacífico-, sostenía un intransigente control metropolitano a sangre y fuego.

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