Tal día como hoy murió Juan de Dios Peza, poeta lírico de proyección continental
El autor es historiador, docente y abogado.

Néstor Rivero Pérez
El 16 de marzo de 1910 falleció en Ciudad de México Juan de Dios Peza, diplomático y autor de una obra lírica de proyección continental y en la cual se reconcentran ecos del romanticismo, el realismo y el modernismo.
De su obra poética, muy difundida a lo largo de la Suramérica que conoció el tránsito entre los siglos XIX y XX, se recuerdan títulos como Reír llorando, Cantos del hogar, La lira mexicana, Fusiles y muñecas, entre otros.
Algunos datos
Habiendo nacido en 1852 en un hogar de clase alta, Peza recibió una esmerada educación, despertando temprano “su vocación por las humanidades. Ingresó en la Escuela Nacional Preparatoria, donde trabó amistad con el poeta Manuel Acuña. Allí conoció al escritor Ignacio Ramírez, «El Nigromante», quien se convirtió en su mentor literario” (https://abrecht-group.com). Entusiasmado con los poemas de Peza, Ramírez operó como su mentor ante “los círculos culturales de la época” (Ibidem).
Ideario liberal
Aguijoneado por la inquietud política, Peza abre sus ojos a la vida y se hace adolescente en los años en que el México de Benito Juárez enfrentaba con rudeza la invasión francesa e imposición como de Maximiliano I, como Emperador de México sostenido por las tropas francesas.
Peza abandonaría sus estudios universitarios de medicina para incursionar en el periodismo y la política, adscribiéndose a las corrientes liberales que apuntalaban la resistencia anti-francesa y las reformas institucionales y de laicización impulsadas por Juárez.
El renombre que le dan sus escritos le permite al bardo ser postulado para funciones diplomáticas, desempeñándose en la Legación mexicana ante el reino de España. Allí traba amistad con recias personalidades liberales como Emilio Castelar, a quien por entonces se reputaba como el más eximio orador que había dado la lengua castellana.
También en Madrid se relaciona con Gaspar Núñez de Balboa y José Selgas, así como con el célebre vate Ramón de Campoamor.
Garrick
Reír llorando, de Juan de Dios Peza, constituye una de las piezas poéticas más recordadas en idioma castellano. El texto, inspirado en la vida del comediógrafo y dramaturgo inglés David Garrick, expresa el estado anímico de quien noche tras noche produce argumentos y se asoma al escenario con su costoso atuendo para mantener riendo al público que llena las butacas del teatro, recibiendo por sus dotes estruendosos aplausos tras cada jornada, empero quien representa sus sketch inmerso en profunda melancolía o “spleeen”.
Viéndose en tal condición el artista visita un médico quien luego de escuchar que su paciente posee riquezas, viaja constantemente y es amado por mujeres, no encuentra otra receta que aplicar al aquejado visitante, que decirle “Vaya al teatro, vea a Garrick”. Y se sorprende al recibir como respuesta “Yo soy Garrick”.
Su obra
“Era (J de Dios Peza) un acérrimo defensor de las ideas liberales; lo hacía con una pasión pocas veces vista y, a través de su escritura puede descubrirse su gran convencimiento en torno a estas ideas. Cabe mencionar que colaboró con diferentes medios periodísticos entre los que se encontraron la Revista Universal y El Eco de Ambos Mundos.
En lo que respecta a sus creaciones, su publicación que se considera más identitaria de su ideología y estilo es Cantos del hogar. Un poemario de naturaleza absolutamente intimista que, además, se considera emblemático de la poesía de su generación. Otras creaciones son Canto a la Patria, La lira mexicana y Los últimos instantes de Colón. En nuestra web podrás leer algunas de sus poesías como Reír llorando y Mi padre (https://www.poemas-del-alma.com)
Sinóptico
Hace 200 años Simón Bolívar propugnó por la Educación Pública
Este día el Libertador escribió al pedagogo inglés Joseph Lancaster, quien se encontraba en Caracas promoviendo su método de “Enseñanza mutua”. En su epístola el Libertador, quien ya en 1819 había sostenido que “un hombre sin estudios es un ser incompleto” concebía la obra libertadora como gesta que al concluir las jornadas en el campo de batalla debía comenzar en los pasillos de las escuelas, sembrando la instrucción a lo largo de las nuevas Repúblicas surgidas de la Gesta contra la Corona española.
La Enseñanza Mutua consistía en que los niños más avanzados auxiliasen a quienes se retrasaban en su proceso de aprendizaje. Bolívar quiso estimular a Lancaster con pago de ‘20 mil duros’ para su desempeño en Caracas; empero el proceso desintegrador de la Cosiata entorpeció su propósito.
En su misiva de hace doscientos años el Libertador escribe “Tengo el mayor placer, sabiendo por la favorecida de Ud de Caracas…la determinación que ha tomado de permanecer entre nosotros con el laudable objeto de propagar y perfeccionar la enseñanza mutua”. Bolívar había conocido a Lancaster en 1810 durante su viaje a Londres como representante de la Junta Suprema.