Néstor Rivero Pérez

[email protected]

El 28 de mayo de 1872 murió en Viena (Austria) Sofía de Baviera, cuyo parentesco con las casas reinantes europeas la convirtieron en el centro de la dinastía más poderosa del siglo XIX. Su hijo, Francisco José, gobernó el Imperio Austrohúngaro desde 1848 hasta su muerte en 1916. Otro de sus vástagos, Maximiliano de Habbsburgo, desconociendo las realidades hispanoamericanas, quiso imponerse como Emperador de México, provocando una guerra popular que le haría terminar frente a un pelotón de fusilamiento en 1867. El asesinato de su nieto Francisco Fernando, en Sarajevo, constituyó el detonante de la I Guerra Mundial.

 

Endogamia dinástica

La práctica de familias reales de contraer nupcias y procrear su descendencia dentro del mismo círculo consanguíneo, perpetuada tras las generaciones sucesivas con el propósito de resguardar los derechos de sucesión dentro de una reducida parentela, “por razones de Estado”, daría como consecuencia la aparición de patologías que en algunos casos produjeron la deformidad física o inhabilitación mental de miembros de la familia real. Tal se vio en casos como Carlos de Austria, hijo de Felipe II de España, cuya frágil salud le inhabilitó para llegar a la adultez, falleciendo a sus 23 años; e igualmente en Carlos II de España, “El Hechizado”, quien sufrió deformidad facial. Se sabe que la hemofilia que padeció el zarevich Alexsei, hijo de Nicolás II -y quien murió fusilado con su familia en 1918, en el marco de la Revolución Rusa-, en mucho debía al carácter endogámico de los ascendientes.

Entre los bávaros

Y la dinastía de Baviera no fue la excepción en esta materia. Durante siglos se desconoció el carácter científico de los males hereditarios, imputándose sus causas a maleficios o acciones “diabólicas”.  Una hija de Sofía de Baviera, María Ana, padeció de epilepsia, muriendo a sus cinco añitos.

Los príncipes holgazanes

Al tanto que numerosas princesas de las que se ofrecen versiones noveladas, fílmicas y crónicas que las convierten en hadas de un reino -siendo que su intimidad fue muy distinta-, con mejor suerte transcurrió la vida de los príncipes varones. Así, de una parte hubo reinas que antes de quedar comprometidas como consortes de algún futuro monarca por sus representantes, tenían sus ilusiones puestas en un guardia de corps, o en algún asiduo visitante de Palacio, siendo destinadas a una vida de fasto que no era precisamente a la que aspiraban; de la otra parte hubo quienes, como Alberto de Sajonia, solo tuvieron que decir “sí” al matrimonio con una novel reina sobre cuyo arbitrio decidían, disfrutando como monarcas consortes, de un poder  ilimitado sobre el territorio de la metrópoli en cuestión y sus colonias, como atribución delegada por la esposa enamorada. Otro sería el caso de Maximiliano I de México: Sin una Corte propia en el Viejo Mundo, aceptó la oferta de Napoleón III, respecto a ponerse al frente de la invasión francesa de 1863 a la nación azteca, para someterla a los designios imperialistas de Francia.

La vital Sofía

La fortaleza de su personalidad, y sus aspiraciones a intervenir en los destinos del Imperio Austrohúngaro, regido por su esposo Francisco José, indujeron en una ocasión a que el premier Clemente von Metternich, la caracterizase como “el único hombre de la familia” [Wikipedia]. Sería con la caída de dicho canciller a raíz de la Revolución de 1848, cuando Sofía adquiera una preeminencia en manejos de la Corte y que no cesaría sino con su muerte, escogiendo a los y las consortes de sus descendientes, el tipo de enseñanza y preceptores de sus nietos. Al ascender al trono su inexperto hijo Francisco José, este tuvo en su madre, mujer de posturas absolutistas, un claro soporte para la fijación de sus políticas. Sissí, la célebre nuera de Sofía, se vería separada de su hijo Rodolfo, cuya crianza guiaría la abuela.

Sinóptico

 28 de mayo

Día Internacional por la Salud de la Mujer

Esta efemérides promueve el derecho de las mujeres a gozar de salud integral a lo largo de todo su ciclo vital. La salud integral, por su parte, no es un hecho meramente biológico, sino que responde más bien a factores biopsicosociales, y depende del lugar que las mujeres ocupan en la sociedad, de su capacidad de acceder a los recursos materiales y para vivir una vida digna, con igualdad de oportunidades, exenta de violencias.

1778

Nació Jacinto Lara

Este prócer fundamental de las Campañas del Sur y Perú, y quien ocupó altas responsabilidades entre 1822 y 1824, vino al mundo en la localidad de Carora. Desde 1810 se integró a la causa emancipadora. Inició su carrera militar en las milicias de Araure y Ospino, reuniendo y enviando tropas a Francisco de Miranda. Combate con Bolívar en la Campaña Admirable. Más adelante con Páez en el Yagual y Mucuritas. En 1824 interviene en las batallas de Junín y Ayacucho, alcanzando el grado de general de División. Murió en Barquisimeto, en 1859.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Este contenido está protegido !!