Néstor Rivero Pérez

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El 7 de junio de 1931 nació en la sabana barinesa de Arismendi, el compositor e intérprete Eladio Ramón Tarife, conocido como Pluma de Oro, por la gracia de sus letras y sonidos musicales. Tarife es autor de Linda Barinas, pieza que tributa el paisaje llanero en su punto de unión con el piedemonte andino. También compuso Muchachita de Bruzual y No hay tierra como mi tierra, entre muchas de las piezas que le consagran como uno de los más destacados creadores del pentagrama criollo, que supieron expresar los motivos sencillos de la querencia, el paisaje y amor a la tierra.

Trazos

Tarife, creció en paisaje de sabana entre faenas de ordeño, mangas de coleo y fiestas patronales. En su vejez recordaba: “Empecé a escribir música estando en la escuela. Cada vez que había acto cultural me decían: ‘Tarife, Ud. tiene que hacer un tema sobre el samán, o tal cosa’. Y uno escribía. Eso después lo cantaba en un escenario con cuatro” [www.avn.info.ve].

Linda Barinas”

Esta canción recoge el paisaje espiritual, natural y coloquial de la capital del estado Barinas. Su letra y música llegan al oído como lanzazo de querencias: “Yo traigo un grito llanero, que me salió del ‘te quiero’, para cantarte Barinas”. Su repercusión ha sido tal, que las autoridades del estado Barinas declararon dicha composición como Segundo Himno de la entidad federal. Puede afirmarse que junto a Fiesta en Elorza, de Eneas Perdomo; Caballo viejo, de Simón Díaz; Ansiedad, de Chelique Sarabia, y Alma llanera -letra de Rafael Bolívar Coronado-, integra el quinteto musical más difundido dentro y fuera del país. Se inspira en la contemplación de los riscos que despuntan la Cordillera de los Andes, cuyo piedemonte justamente da con el horizonte barinés.

 

Paisaje de ensoñación

Eneas Perdomo, a quien muchos confunden como autor, por la magistral tonalidad que imprime a su versión, es quizá el mejor intérprete de esta canción. En Linda Barinas Eladio Tarife tiende su mirada de modo continuo a dos paisajes: La elevación andina que sorprende con sus primeras cimas, extendiéndose hasta perderse entre nubes y distancia, y el del ensueño del lar nativo, que entra a la imaginación por los ojos, y con el olor a mastranto, o yerbabuena y aroma de las flores, que hacen deleite a quien discurre en una hamaca, o va sobre caballo; o en vehículo por carretera, o simplemente a pie, o en una “mata”, bosquecillo que de trecho en trecho ofrece la sabana.

Chávez… cariño a la tierra que lo vio nacer”

“Muchas veces entonó Chávez… Linda Barinas, como expresión de cariño a la tierra que lo vio nacer, y… en las que el tema adornó movilizaciones (…). El 30 de abril de 2010, durante la visita de Evo Morales a Venezuela… en Barinas, el Presidente Chávez acompañó al propio Eladio Tarife… cantaron el tema (…) Otro de los encuentros fue… en el Balcón del Pueblo. ‘Traigo el olor del mastranto / y el colorido de tus flores / si bien sé que tus mujeres / son las rosas y claveles / del llano de mis amores”, cantó Chávez la estrofa perteneciente a Linda Barinas, en coro con Cristóbal Jiménez y la multitud. El 8 de marzo de 2013… el cantante [Eladio Tarife] ofreció un popurrí… “Voy a interpretar este pasaje que cantamos en tantas oportunidades”, expresó conmovido, para despedirse del líder bolivariano [www.avn.info.ve]. Este cantautor falleció también un día 7, como el de su nacimiento, empero de 2017, hace 4 años.

Sinóptico

1942

Muammar Gadaffi

El padre de la “Revolución Verde” nació un día como hoy en Sirte, distrito desértico de Libia al norte de África. Desde 1969 lideró la Revolución Libia. Su administración impulsó la Yamahiriya con orientación socialista. Gadaffi promovió el desarrollo de su nación, con una moneda fuerte, abundantes reservas internacionales y una sólida infraestructura agrícola. En 2011, tras la falsa acusación de que había bombardeado una plaza repleta de población civil, países de la OTAN, bajo la jefatura de EE. UU., iniciaron bombardeos que en meses siguientes destruyeron la infraestructura económica y vial de Libia. El interés de las grandes potencias en destruir a este país norafricano y al jefe de su Revolución Verde, quedó evidenciado cuando tras una visita de la entonces secretaria de Estado de EE. UU., Hillary Clinton, a Trípoli, exclamó “Vine, vi y murió”. Gadaffi fue asesinado en un acto de linchamiento ejecutado por opositores y grupos paramilitares extranjeros, que habían sido contratados por agencias imperiales de inteligencia. Cámaras de televisión transmitieron en vivo el criminal acto. A su muerte, distintas comunidades regionales y tribales que durante el mandato del coronel Gaddafi convivieron en paz, se vieron desestabilizadas por las campañas y atizamiento de odios pretéritos. La Revolución impulsó una reforma agraria, “un sistema de seguridad social, asistencia médica gratuita y participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas del Estado”.

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