Néstor Rivero Pérez

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El 22 de junio de 1805 nació en Génova (actual Italia) Giuseppe Mazzini, periodista, político y figura cimera en la unificación de Italia en la segunda parte del siglo XIX.

Italia dispersa

Tras la definitiva caída del Imperio Romano de Occidente, con la deposición de Flavius Romulus Augustus en el año 476 dC, surgieron en la Bota Italiana pequeños Estados regionales y “Ciudades-Estado”, que por entonces subsistieron al tiempo que Constantinopla (actual Turquía) regía el Imperio Romano de Oriente. Sería con el surgimiento en 751 dC, de los Estados Pontificios, cuyo poder temporal en manos del Papa, abarcaba el centro de Italia, cuando se inicia una nueva etapa, en alianza con los francos, o con el emperador bizantino y otras veces con los normandos o la Corona española.

Invadida en 1797 por las tropas francesas de Napoleón Bonaparte, Italia vería, a partir de 1815, dominar una porción de su territorio por el Imperio austríaco, haciéndose, la reunificación italiana, consigna nacional bajo el lema de Risorgimento.

 

Italia unificada

Bajo la jefatura política del rey Víctor Manuel II y las coincidencias de Camilo Benso (conde de Cavour), Giuseppe Garibaldi y Giuseppe Mazzini, se llevó a cabo el complejo proceso de la unificación italiana.

Por entonces también tomaba forma la unificación de Alemania que avanzaba bajo el liderazgo prusiano de Otto von Bismark. Y en ello coincidieron personalidades con proyectos políticos distintos.

Así, el conde de Cavour se separó de las corrientes ultraconservadoras que integraban la “Derecha Histórica”, acercándose a los sectores moderados y a quienes postulaban la acción armada para expulsar a los austríacos y unificar la nación, y entre quienes descollaba Garibaldi, quien en 1860 obtuvo notoriedad internacional al frente de la “Expedición de los Mil”, proponiendo a su vez una reforma agraria.

Mazzini

En 1831, encontrándose en prisión domiciliaria, el joven carbonario Giuseppe Mazzini redactó y dio a conocer un conjunto de propuestas que fundamentaron un nuevo movimiento, La Joven Italia, que a la vuelta de tres años ya contaba con 60 mil miembros a lo largo el territorio italiano y que fue puntal del proceso civil y militar que desembocaría en la unificación de su patria en 1870.

Mazzini postulaba un modelo de república de perfil social y progresista que integrase los pequeños reinos, único modo, consideraba, de asegurar la independencia de la Península. Ya en 1833 y tras haber contactado núcleos de conspiradores en distintos puntos del país, Mazzini promovió una insurrección, cuyos resultados fueron desastrosos y en la cual terminarían ajusticiado un grupo de complotados.

El mismo Mazzini fue condenado a muerte en ausencia, viajando al exilio en Suiza. Al año siguiente, en acuerdo con Garibaldi -quien ya era parte de ‘La Joven Italia’-, organizó una segunda tentativa de insurrección que a su vez concluye en derrota.

La Joven Europa

Durante su exilio en Suiza, lanzaría la iniciativa de crear la “Joven Europa”, con amplia resonancia en los círculos románticos y letrados liberales del Viejo Mundo. “Su intención…era…modificar el orden de Europa que había sido acordado en 1815 por el Congreso de Viena, que había restablecido la hegemonía opresora de unas pocas potencias y bloqueado la emergencia de naciones más pequeñas” (Mack Smith, Mazzini, University Press, 1994, pp. 11-12).

Antonio Gramsci proporcionó una lúcida explicación respecto al modo en que se dio la unidad italiana, con la concreción de una alianza entre la aristocracia agraria del sur de la Península, con respaldo de “la burguesía local, con la aristocracia norteña y las clases burguesas mercantiles e industriales de la Italia Septentrional” (Wikipedia).

La unificación italiana, conocida como “Risorgimento’” fue el resultado de varias guerras, apuestas arriesgadas, complejas tramas políticas, traiciones y algún golpe de suerte” (https://historia.nationalgeographic.com), en todo caso al magno propósito contribuyó la acción de hombres notables. Y la reunificación se finiquitó en 1870. A Mazzini se le sobrenombraría como el “Alma de Italia”.

 

Sinóptico

1533

Galileo Galilei

Este día fue dictada la sentencia que obligaba a Galileo a retractarse de sus teorías científicas, so riesgo de terminar en la hoguera. De acuerdo a sus descubrimientos astronómicos, la Tierra permanece en movimiento, teniendo como su centro al Sol.

Dichas tesis contrariaban la idea dominante y que acogía la Iglesia, según la cual nuestro planeta dominaba el universo como su centro estático y en cuyo torno giraban los demás astros. Al paso de varias centurias la postura de la Iglesia fue modificada al reconocerse paulatinamente el valor de la ciencia.

Así, en 1823 se inicia la revisión del proceso contra el genio toscano, y que para la Iglesia culmina en 1979, cuando el papa Juan Pablo II invita a la “fructuosa concordia entre ciencia y fe, entre la Iglesia y el mundo”, rehabilitando al astrónomo y matemático.

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