Néstor Rivero Pérez

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El 4 de marzo de 1702 nació Jack Sheppard, en Londres (Reino Unido), un carpintero que incursionaría en el delito y cuyas dotes para escapar de prisión le brindaron una notoriedad rayana en el delirio popular dentro de la Gran Bretaña de su época al librarse en cuatro oportunidades de grilletes y celdas, y ayudar a otros a escapar. En todo caso tras su quinta captura se vio reducido en sus condiciones de prisión, con grilletes en piernas y muñecas siendo juzgado, condenado a muerte y ejecutado en noviembre de 1724 a la edad de 21 años.

Limas y barrotes

Para el siglo XVIII en Inglaterra el oficio de carpintero -en cuyo gremio se inició Sheppard de adolescente- conllevaba el aprendizaje sobre marcos de puertas y conocimiento sobre instalación de cerrojos. Muchos carpinteros llegaron a compenetrarse de tal modo con sus obligaciones, al punto de convertirse en expertos en el diseño de cerraduras y sus llaves. Y de hecho Sheppard sería uno de los que de mejor modo comprendía el modo en que se debe operar sobre dichos dispositivos, así como los marcos de ventanas de hierro y sus base, diseño de barrotes y utilidad de las limas, lo que luego le serviría para evadirse de la reclusión.

Wild el mentor

Y ya a plenitud en el campo de las fechorías, Sheppard encontró su mentor en Jonathan Wild, antiguo ebanista y quien en el tránsito entre los siglos XVII y XVIII se convertiría en el delincuente más temido de Inglaterra. Por entonces Wild capitaneaba numerosas grupos de asaltantes que se habían formado tras el término de la Guerra de los Treinta Años y el brusco incremento de la desocupación que este hecho acarreó en la población masculina. Así, Wild, quien fue el “captador” de Sheppard como delincuente, encontraría su contrafigura en otro personaje, Charles Hitchen, quien también provenía del ámbito hamponil y quien habría de terminar como policía, persiguiendo a sus antiguos compinches.

Cazador de malhechores

Así, al modo en que en la Francia del siglo XIX Eugéne Francois Vidocq -antiguo hampón retratado en las novelas de Honorato de Balzac y Víctor Hugo- supo aplicar las bajas artes y técnicas que otrora le habían permitido despojar a transeúntes y parroquianos de sus bienes, en la captura de sus antiguos colegas, así haría Hitchen una vez pasado al bando de la ley y el orden, ejerciendo altos cargos de la Policía de Londres. Hitchen -quien de joven se desempeñó en la ebanistería para de allí pasar a la dirección de bandas delictivas y de aquí a agente del orden- poseía información precisa sobre aquellos grupos y modus operandi del hampa en Londres, e identificaba a los dos mil delincuentes de la capital. Y habiendo tenido a Wild como su lugarteniente, Hitchen, ahora en su rol de perseguidor, entabló con aquel una verdadera “guerra” que solo concluyó en 1725 con la captura, juicio y ajusticiamiento de Wild. Y la tenaz persecución de Hitchen, hombre de pocos escrúpulos, al debilitar el bajo mundo londinense, repercutiría en la recaptura de Sheppard.

Escapismo de Sheppard

De su parte, Sheppard favorecía su imagen a lo largo y ancho de Inglaterra y en los diversos estratos de la sociedad al inhibirse de usar la violencia en la ejecución de sus malandanzas, contando cada nueva fuga suya con amplia cobertura por la prensa, al punto que “Su fama había aumentado con cada uno de sus escapes, y era visitado constantemente por gente curiosa, famosa y bondadosa” (Wikipedia). En su segunda detención por la policía, el 19 de mayo de 1724, y el arresto al día siguiente de su esposa Elizabeth Lyon, ambos se vieron reunidos en la misma celda, liberándose de las esposas que aprisionaban sus muñecas al utilizar la lima; y, luego, procediendo Sheppard a remover un barrote en la ventana de la celda y tras anudar varias sábanas en forma de soga, se colgaron hacia el exterior, para caer en un patio vecino, tomando el matrimonio la calle. Sheppard sería recapturado para protagonizar un 3ro y un cuarto escape. En el tercero se ayudó de su experiencia aflojando barrotes. Y para su cuarta y última fuga se aprovechó del alboroto suscitado en el tribunal que le enjuiciaba, en medio de una riña sangrienta entre varios criminales que atestiguaban en contra suya, huyendo Sheppard por una ventana del edificio.

Sinópticos

1811

Murió Mariano Moreno

El líder del ala antioligárquica de la Revolución de Mayo, en el Río de la Plata, murió envenenado. Según Fernando Bossi la alianza de “peninsulares, acaudalados y moderados” temía las ideas de Moreno sobre expropiación de “las grandes fortunas, unos 5 mil propietarios que concentraban la riqueza del virreinato”.

1870

José Martí

Con 17 años de edad se le condenó por haber sido hallada en su residencia una carta donde Martí confirmaba su simpatía por el movimiento armado independentista de Cuba liderado por Carlos Manuel de Céspedes.

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