Version 1.0.0

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Néstor Rivero Pérez

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El 5 de junio de 1883 nació en Cambridge (Reino Unido) John Maynard Keynes, uno de los economistas más influyentes en la historia del pensamiento económico y quien instituyó términos fundamentales de la macroeconomía moderna con su libro “Teoría general del empleo, el interés y el dinero“.

Personalidad

Keynes examinó procesos históricos a partir del hecho económico, inaugurando controversias teóricas, muchas de las cuales hoy prosiguen entre los monetaristas y los llamados keynesianos. Una de las querellas iniciales fue emprendida por Keynes en 1920 con su libro “Las consecuencias de la paz”, en el cual “arremetió contra las condiciones de reparación económica” (Emile James, Historia del pensamiento económico, pág 210) impuestas a los perdedores de la I Guerra Mundial. A esta obra de Keynes le responderá Etienne Martirex con su texto “La paz calumniada”. De Keynes, llegó a decir el filósofo Bertrand Russell: “Es la mente más aguda y más clara que jamás conocí. Cuando discutía con él, raramente terminaba sintiéndome algo muy diferente a un estúpido” (Wikipedia).

Sus ideas nutrieron el New Deal (Nuevo Trato) aplicado por F. D. Roosevelt, para recuperar la economía de EEUU durante los años ‘30 del siglo XX.

Corrientes económicas

En el curso de los últimos doscientos años de historia económica global, surgió un conjunto de explicaciones o corrientes que confronta respecto a la solución que debe dárseles a las crisis económicas. El liberalismo sustentado por Adam Smith proclama al mercado como palanca que ordena la economía sin intervención del Estado.

El marxismo, por su parte, concibe la economía inserta en una formación histórica, en el marco de la lucha de clases, y que habrá de derivar en el socialismo y la subsiguiente sociedad sin clases, el comunismo.

Otra corriente es el proteccionismo, que en un marco nacional, consagra la intervención del Estado frente a poderes económicos foráneos que obstruyen la eclosión de fuerzas productivas endógenas. Y finalmente se encuentran los keynesianos y los neoclásicos.

Neoclásicos

Estos últimos recogen elementos sustantivos del viejo liberalismo, al defender “como referencia, la lógica del mercado. La extensión o el despliegue del buen funcionamiento de esta lógica es la estabilidad y el crecimiento económico. Si esto no es posible, es porque algo o alguien ha intervenido en su buen funcionamiento y por tanto, se produce una situación de crisis” (http://historiaeconomicaymas).

Así, los neoclásicos proponen como desiderátum de economía la estabilidad de precios y la gestión monetaria al margen del poder político. Entre tanto el keynesianismo postula como propósitos “desarrollo y estabilidad (…) la sociedad debe reorganizarse en función del pleno empleo y la estabilidad” (Ibidem).

Keynesianos y monetaristas

Keynes, sin tomar posturas radicales, se adentra en la diferencia entre libertad y liberalismo, acercándose a la idea de J. J. Rousseau, cuando este plantea que entre el poderoso y el débil “la libertad oprime, solo la ley iguala”.

De esta manera asume una postura mediadora que representa la vigencia del capital privado y el empresario, siendo él mismo exitoso inversionista; empero somete su teoría del dinero al supremo propósito del pleno empleo, y partiendo del supuesto de la inestabilidad ínsita en la economía real, da menor importancia a la gestión monetaria, en tanto los monetaristas propugnan la tesis contraria.

Una y otra corriente se miden hoy en las academias, definiendo el rumbo de la economía mundial. Keynes falleció en 1946. Sus tesis siguen hoy en el centro del debate económico.

Sinóptico

1898

Federico García Lorca

Este día de 1898 nació en Fuente Vaqueros (España), el poeta Federico García Lorca. El poder de sus imágenes, vivacidad y lirismo, lo colocan como el más sobresaliente creador de la Generación del 27. Lorca moriría fusilado en su natal Granada en 1936, al comenzar la Guerra Civil española, por hombres que obedecían al bando nacionalista que insurgió contra la II República.

El “duro estaño en la fragua y la luna en traje de nardos” son ecos de musicalidad que Lorca recogió al sur de la Península Ibérica, donde corren gitanos en carromato de metáforas y que el vate hurta al ruido de castañuelas y guitarras, entre los baúles de la España mediterránea y morena del “duende”, de Carmen y el último duelo entre varones.

Lorca, al frente del Teatro Ambulante La Barraca, y con perfil pedagógico, el vate llevaba a zonas populares, obras clásicas como La vida es sueño, de Calderón de la Barca, y El burlador de Sevilla, de Tirso de Molina, haciéndose blanco de la animadversión por parte de la ultraderecha monárquica que daba su apoyo al “Alzamiento Nacional”, jefaturado por Francisco Franco el 18 de julio: Veían en este poeta, instrumento de propaganda de la República. Su sensibilidad social y amplio círculo de amistades, le convirtieron en una de las primeras víctimas al inicio de la Guerra Civil.