Tal día como hoy nació Marco Antonio Lacavalerie (Musiú), adalid de la locución deportiva venezolana

Néstor Rivero Pérez

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El 30 de enero de 1924 nació en Caracas el narrador deportivo y animador de televisión Marco Antonio Lacavalerie Moreau, cariñosamente conocido como “Musiú” y quien en el curso de varias décadas y cuyo humor, ocurrencias y bonhomía, le granjearon un nivel de aceptación de la fanaticada y quienes seguían sus transmisiones radiales, así como labor en la pantalla chica, en términos que no han vuelto a repetirse en los medios de comunicación del país.

El apelativo “Musiú”

En artículo publicado en 2024 -con motivo del centenario de Lacavalerie- en el diario hermano Últimas Noticias, su autor Orlando Suárez asienta “Los apellidos franceses de sus padres Marco Antonio De Lacavalerie y Cecilia Moreau le valieron el apelativo, con el que pasaría a la posteridad, el chiquillo que, al nacer, recibió el mismo nombre de su progenitor, el 31 de enero de 1924, en Caracas”.

El Musiú Lacavalerie nació en el popular sector caraqueño de Maripérez, en el seno de un hogar formado por Marco Antonio Lacavalerie y Cecilia Moreau, ambos de origen francés. Al terminar sus estudios de primaria y bachillerato, se marchó a Chile para cursar estudios de ingeniería eléctrica.

Sin embargo, su personalidad entusiasta y capacidad histriónica ante el micrófono, que se acompañaban con dotes naturales para la vocalización, le abrieron en la capital austral, Santiago, los primeros estudios radiales, para desempeñarse como locutor deportivo, quedando al margen la carrera ingenieril.

En 1946 retorna a Venezuela y de inmediato se inserta en el mundo de las transmisiones radiales. Se le oirá en estos primeros años como narrador en competencias de beisbol, y conduciendo programas musicales amenizados por la orquesta Billos Caracas Boy’s. Alcanzaría renombre internacional junto a Buck Canel, Pancho Pepe Cróquer y otros locutores, en las transmisiones de La cabalgata deportiva Gillette.

Un batazo con suerte

Se trata de uno de los espacios de divertida competencia que ha gozado de la mayor receptividad en la historia de la TV venezolana. Habiendo surgido en un canal privado, pasaría luego a Venezolana de Televisión (VTV).

Marco Antonio Lacavalerie conocido por su apodo «Musiú» condujo el programa de concursos El Batazo de la Suerte, en el cual los participantes, haciéndole swing a una pelota con un bate adherido en un mesón, se llevaban regalos si lograban dar al blanco.

Cabe destacar que este programa se mantuvo en el aire durante 19 años. Ya en sus últimas temporadas se transmitió por Venezolana de Televisión” (https://www.facebook.com)

Frases con humor

Y con un don sorprendente por la espontaneidad y precisión con que las emitía, Musiú enhebró expresiones que han quedado en el imaginario venezolano y que trascienden el campo de la fanaticada beisbolística a quienes se dirigía en el curso de una transmisión de un juego de beisbol, o la narración de un match boxístico.

Quizá la frase más célebre de cuantas pronunció en sus cerca de 50 años como narrador deportivo haya sido “Vengan pa’ que lo vean”. Empero también se recuerda hoy “Se luce cuando hay visitas“. “Este es el tuyo mi pueblo” (https://www.facebook.com). Y sin duda, en qué hogar por humilde que sea, no se ha dicho alguna vez “Distancia y categoría”, como una manera de afirmar el propósito de cultivarse como persona mediante educación y trabajo.

Bonhomía

Aunque nunca quiso que se difundiese esa faceta de su personalidad, rasgo que le distinguió, fue la solidaridad y la inclinación a la filantropía. En muchísimas ocasiones se desprendía de obsequios, o cantidades de efectivo, para socorrer en apremios ajenos, y ante los cuales numerosos profesionales ‘exitosos’ viran la mirada.

Se sabe que cada fin de año recibía de parte de alguna tienda comercial cuya publicidad hacía, una considerable dotación de trajes nuevos, ubicando el Musiú, personas a quienes hacer entrega de los estrenos. En otros casos daba apoyo pecuniario.

Sinóptico

1948

Mahatma Gandhi

Este día cayó abaleado en Nueva Delhi, por un fanático Mahatma Gandhi, padre del movimiento de la No Violencia e inspirador de las movilizaciones que en agosto del año anterior hicieron posible la Independencia de India.

Albert Einstein calificó a Gandhi como “el más grande hombre que hubiese existido”. La palabra ‘Gandhi’ significa “Alma grande”, un nombre que recibió de los primeros seguidores en su prédica de resistencia pasiva.

Su madre le inculcó hábitos de tolerancia, de “no hacer daño a ningún ser viviente y ayunar para purificarse”. Alejado de los procedimientos revolucionarios violentos, Gandhi combinaba elementos del cristianismo, con las tesis León Tolstoi sobre reforma social pacífica y tradiciones ancestrales de su país; configuró la expresión según la cual “No hay camino para la paz: la paz es el camino”. Su última expresión fue ¡Hey Rama! (“Te perdono”) dirigida a su matador.

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