Néstor Rivero Pérez

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El 19 de noviembre de 1711 nació en la localidad de Misháninskaya (actual Lomonósovo, Federación Rusa), el sabio Mijail Vasílievich Lomonósov, quien en 1755 patrocinó la creación de la Universidad de Moscú, casa de estudios cuyo epónimo le honra.

  

Figura luminosa

Lomonósov se eleva en la historia cultural y científica de la franja euroasiática del mundo como figura múltiple por su contribución al pensamiento y desarrollo de su país, Rusia, y a la humanidad, en varios campos del saber.

Hijo de un humilde labrador, supo empinarse sobre sus orígenes sociales para cultivarse gracias a una excepcional aplicación en materias como gramática, geografía, mecánica, minerología, química, física, y culminó su vida como centro de atracción de la vida intelectual de su época.

Habiendo recorrido a sus 40 la franja rusa del Ártico y otros espacios de la vasta nación, se propuso, tras la apertura de la Universidad de Moscú, formar cohortes de geógrafos para dotar a su país de expertos en el estudio del territorio y sus potencialidades.

Numerosas fueron las expediciones y hallazgos orográficos que se debieron a su metodología y consejos. Y a él se deben originales explicaciones respecto al fenómeno de los icebergs.

Como crestómata, Lomonósov dejó obra de valía, y recogió y publicó textos muy selectos de autores y regiones. Además fue reconocido como “poeta oficial” en tiempos de la emperatriz Elizabeta Petrovna.

  

Luz ondulante

De otra parte Lomonósov hizo contribuciones inestimables al avance de la teoría cinética de los gases cuando consideró el calor como “una forma de movimiento… avanzando el carácter ondulatorio de la luz” (Wikipedia). Igualmente este polímata experimentó con mercurio, petróleo, carbón, y desarrolló sus ideas sobre el origen orgánico del suelo.

Sus méritos en las ciencias lo han elevado al punto de ser considerado el primer físicoquímico de la historia. Y sin embargo todavía falta enumerar otros campos específicos en los que Lomonósov hizo adelantos e innovaciones: el telescopio y estudios pioneros acerca de la atmósfera de Venus.

  

Vitrales

La vida multifacética de Lomonósov no se agota en las letras y las ciencias. Incursionó con brillo en el arte del mosaico, ámbito en el cual se adentró luego de examinar “los efectos de la química de minerales sobre el color”. De la ciencia saltó al arte, y de este al relato bélico, que trasladó al encaje de mosaicos pasajes de la “Batalla de Poltava”.

 

Obra escrita

A los 30 años Lomonósov escribió Elementos de química matemática. En este texto los investigadores leyeron por vez primera afirmaciones como la siguiente: “Las moléculas son corpúsculos extremadamente pequeños, partes de los cuerpos con todas sus propiedades… estando compuestas por elementos de diferentes principios químicos” (http://www.heurema.com).

Igualmente Lomonósov incorporó al léxico de la ciencia la noción del isómero “sin nombrarlo, 90 años antes de su definición por Berzelius: ‘Pueden producirse moléculas diferentes a partir del mismo número de los mismos átomos si están combinados de forma diferente” (Idem).

Asimismo en 1752 dio a conocer Una introducción a la verídica química física y diez años después Meditaciones de sólido y fluido o elementos de química matemática.

En 1753, Lomonósov experimentó con la técnica del pararrayos de Benjamín Franklin. Falleció en 1765.

  

Sinóptico

Día de Prevención de la Violencia contra Niños y Niñas

El 19 de noviembre de cada año y con respaldo de Unicef se celebra el Día Internacional para la Prevención de la Violencia y Maltrato contra Niñas, Niños y Adolescentes.

La efemérides, establecida el año 2000, aspira, a tenor del artículo 19 de la Convención sobre los Derechos del Niño, a que los Estados adopten “todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se encuentre bajo la custodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo”.

De acuerdo a la OMS: “Una de cada cinco mujeres y uno de cada 13 hombres declaran haber sufrido abusos sexuales en la infancia”. Quizá esta cifra resulta incompleta por cuanto la vergüenza impide a muchos de los que padecieron abuso informar de su verdad.

El abuso infantil en su cariz sexual constituye un flagelo cuyas consecuencias se observan al paso de los años cuando la víctima al pasar a su etapa de adulto asienta una personalidad que en distintos casos reproduce el recuerdo perturbador, con dificultades de acompañamiento grupal y otros signos de distorsión en la esfera de las emociones.

De niños abusados y maltratados surgieron monstruos como Adolfo Hitler “El Fuhrer” y Santos Godino, alias “El Petiso Orejudo”, asesino en serie de niños en el Río de la Plata.

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