Tal día como hoy nació Richard Feynman, innovador de la mecánica cuántica y creador del término “Nanotecnología”
El autor es historiador, docente y abogado.

Néstor Rivero Pérez
El 11 de mayo de 1918 nació en Nueva York (EEUU) el físico Richard Phillips Feynman, uno de los grandes innovadores en el campo de la mecánica cuántica y quien acuñó por primera vez el vocablo “Nanotecnología”, mediante el cual se delimita el estudio de la materia en las magnitudes de lo increíblemente pequeño, como moléculas y átomos. Vistas sus contribuciones en materia de electrodinámica cuántica, en 1965 Feyman fue vio galardonado, junto a Julian Schwinger y Sin-Itiro Tomonaga, con el premio Nobel de Física.
Feynman en el Año Cuántico
Pionero de la Física Cuántica, formuló un aporte sustantivo en la retadora temática de lo sorprendentemente pequeño, los denominados Diagramas de Feynman, gráficos que permiten replicar “las trayectorias de las partículas en las fases intermedias de un proceso de colisión, para resolver de manera eficaz los cálculos implicados en dicho proceso, procedentes de la teoría cuántica de campos” [https://.es.Wikipedia.org], esta última, la teoría cuántica de campos, mediante la cual se desarrollan los postulados de la mecánica cuántica en el ámbito electromagnético, vital para el magno despegue tecnológico de las últimas décadas en sectores como la electrónica, telecomunicaciones en sus distintas vertientes, y otras aplicaciones de la industria avanzada de la actualidad.
Memorias de un “bromista”
En su Diccionario filosófico, Fernando Savater dice “fue el atomista Demócrito el primero en dibujar la sonrisa y la broma en el talante demasiado formal y concentrado de la filosofía occidental. Feynman pertenece a esta estirpe, porque introduce en el clima adusto de la ciencia, la broma y la ocurrencia geniales” [https://ibero.mx]. Así en las Memorias de Feynman, traducidas al castellano como ¿Está usted de broma, Sr. Feynman?, este premio Nobel muestra la faceta de una cátedra que hace a un lado toda tiesura de carácter, cultiva la broma y el trato afable, al tiempo que traza sus cálculos en la pizarra y los explica. Se sabe que estando en Brasil ofreciendo conferencias como profesor invitado, sobre el mejoramiento de la enseñanza de la física, Feynman se integró en “programas sobre mitigación del subdesarrollo a través de la Instrucción Técnica en las favelas” [https://ibero.mx], a la vez que ejerció de músico en una escuela de samba, e incursionó en el arte musical de las tablas y cultivó su vieja afición a la plástica.
Vocaciones científicas
Respecto a las Memorias de Feynman, Carlos Mario Castro Aparicio, colaborador del Departamento de Física y Matemática de la Universidad IBERO (México), sostiene “(…) puede ocurrir… que los lectores jóvenes con deseos de ser científicos se sientan atraídos por… estas Memorias, las lean, y conforme pasen las páginas, experimenten el llamado, la motivación y determinación hacia una posible vocación en cualquiera de las disciplinas del campo de las ciencias” [Ibídem]. Castro Aparicio sugiere asimismo a las nuevas generaciones, el siguiente reto “(…) nadie debería enrolarse como estudiante de ciencias en la Universidad sin antes discernir su deseo en una conversación con el profesor Feynman a través de sus Memorias, porque en ellas nos habla un mentor sabio para contarnos con humor los caminos que recorrió para quedarse con lo mejor, tanto de la vida como de la ciencia” [Ibídem].
Feynman y la Nanociencia
“La primera vez que escuché el nombre de Richard Feynman fue durante la conversación con un amigo y físico cubano. Este científico de la Universidad de La Habana, me relató que el 30 de diciembre de 1959 en Pasadena (EEUU), Feynman pronunció una conferencia legendaria por sus repercusiones en el campo de la física y sus aplicaciones técnicas. (…) Mi amigo cubano, con esa barroca cadencia propia del Caribe, me refirió que con esa disertación Feynman sentó las bases de la nanociencia. Y desde entonces muchos científicos se zambulleron en las profundidades de la materia, a buscar escalas todavía más ínfimas, como la micro y el spin. Meter un camello dentro del ojo de una aguja dejó de ser solo una metáfora… y la visión de El Aleph de Borges se hizo posible cuando Feynman propuso escribir los 24 volúmenes completos de la Encyclopaedia Brittanica en la cabeza de un alfiler (…)” [https://ibero.mx].
Sinóptico
Perú pide a Bolívar que dirija la Guerra de Independencia
El 11 de mayo de 1823 el Congreso Constituyente de Perú, expidió decreto formalizando solicitud al Parlamento de la Gran Colombia, para que autorizase al Libertador Simón Bolívar, a marchar al suelo inca y dirigiese la Guerra de Independencia. Ya desde 1822, Bolívar había acordado con emisarios del general José de San Martín, el auxilio grancolombiano a Perú, con tropas. Años después grupos de la oligarquía e intelectuales peruanos, insurgirían contra el Padre de la Patria, culpándole de todos los males, y apenas reconociendo algún talento en la espada del caraqueño.