Néstor Rivero Pérez

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El 8 de febrero de 1879, en reunión del Instituto Real Canadiense, Sandford Fleming, ingeniero e inventor escocés, expuso su idea respecto a que se estableciese un “horario universal estándar”, el cual debía tener como referencia general al Meridiano de Greenwicht, identificado hoy como Meridiano de 180°. La iniciativa debía constituirse en un gran avance para las relaciones de los países en el plano de lo económico, cultural y científico. La idea de Fleming fue acogida dándose comienzo a las gestiones de adopción dentro y fuera del Reino Unido.

“A pepa de sol”

Hasta entonces, siendo que ya se aplicaba la nomenclatura de las 24 horas diarias, para la determinación de las horas se tomaba como base, la rotación inclinada de la Tierra del oeste al este respecto al astro rey y la posición relativa que en cada porción de la superficie del planeta se mantiene respecto a aquel, a ojos vistas. Y siendo que cada lugar va oscureciendo a medida que la respectiva sección de la Tierra en su diario giro de veinticuatro horas, se presentaba la necesidad de dar una lectura unificada a un fenómeno físico y del movimiento dentro del globo azul. La posición que cada porción de la Tierra ofrece respecto al astro rey, la disimilitud en el marcaje de los horarios mostraba tal disimilitud, que entorpecía convenciones, acuerdos comerciales y hasta la simple precaución de los viajantes al prevenir la hora de llegada respecto a la salida, a los efectos de aguardar al circulante. Así si alguien no avisado, considerando su ámbito local, avisaba “llegaré ‘tal día’ a las cuatro de la tarde y resultaba que previamente no habían aclarado la diferencia en huso horario podía suceder que el destinatario se encontrase sin quien le diese la bienvenida, por cuanto los receptores habían esperado durante horas en el sitio de llegada, estimando que por algún motivo que ignoraban, el viaje no se había efectuado.

Día de 24 horas

Hoy es un acuerdo aceptado por prácticamente todos los países, el sistema de medición según el cual el día se divide en 24 horas, comenzando exactamente cuando los relojes marcan las 12 de la medianoche y con una duración que se extiende hasta las 12 de la medianoche siguiente. En todo caso, unos doce países en la actualidad aplican el régimen convencional de medición de doce horas, que abre a la medianoche y cierra al mediodía, para reanudar la marcha de sus relojes, a las 12 del mismo mediodía, y cubrir su curso hasta las doce de la nueva medianoche. Instituciones como la Armada de numerosos países practican el “horario militar”, precisando el paso de las horas directamente desde las “cero horas”, hasta “las 24” para reanudar, al unísono de la rotación de la Tierra, su nueva medición diaria.

Del GMT al “Tiempo Universal Coordinado”

A cada una de las 24 franjas en que se divide el globo terráqueo a los efectos de la determinación de las horas corresponde un meridiano. Y por acuerdo convencional, al interior de dicha franja los relojes marcan la misma hora. Y desde 1884 se tomó el Meridiano de Greenwicht, en Londres (Inglaterra), como referente para el resto de las porciones del planeta. En caso, hoy se asume el Tiempo Universal Coordinado (UTC), nueva denominación que posibilita “basar la medida del tiempo en los estándares atómicos, más que en los celestes. A diferencia de GMT, UTC no se define por el Sol o las estrellas sino por relojes atómicos. Debido a que la rotación de la Tierra se ralentiza, se retrasa con respecto al tiempo atómico. UTC se sincroniza con el día y la noche de UT1, al que se le añaden o quitan segundos de salto…en base a…medidas de la rotación de la tierra” (http://enciclopedia.us.es).

Sinóptico

1944

Despojo del Esequibo

Este día el abogado estadounidense Severo Mallet-Prevost colocó su firma en el célebre texto epónimo. El “Memorando Mallet-Prevost” recoge lo escrito de puño y letra y que se publicó tras la muerte de este jurista, quien actuó como secretario del Tribunal Arbitral “Cuando entré al departamento donde me esperaban los dos árbitros americanos el juez Brewer se levantó y dijo muy excitado: ‘Mallet-Prevost, es inútil continuar con esta farsa…Martens (Presidente del Tribunal), ha venido a vernos (…) proponía Martens que la línea partiese de…Punta Barima…y que la línea se conectase con la línea Schomburgk (…). Sin embargo, Martens estaba interesado en una decisión unánime’ (…) quedé convencido que…se había concluido un pacto…para decidir la cuestión conforme a las líneas sugeridas por Martens (…). Después de contar al general -Benjamín- Harrison (Expresidente de EEUU y miembro del Tribunal Arbitral), lo que acababa de pasar, estalló en indignación… y dijo ‘Mallet-Prevost, si se llegara a saberse alguna vez que estuvo en nuestras manos salvar para Venezuela la boca del Orinoco y no lo hicimos, jamás seríamos perdonados” (http://acienpol.msinfo.info).

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