Néstor Rivero Pérez

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El 3 de junio de 1821, faltando dos semanas para la batalla decisiva de Carabobo, el Libertador Simón Bolívar, habiendo situado su cuartel general entre Ospino y San Carlos (Cojedes), expide una proclama mediante la cual confirma el desenvolvimiento de los ejércitos que pronto habrían de medir sus armas, con respeto a la población civil del territorio. El propósito de dicho mensaje era el de brindar confianza a los habitantes de la región centrooccidental de Venezuela, de manera que se mantuviesen en sus localidades, sin migrar a otras zonas del país ni marchasen al exterior, y se abocasen con confianza a sus labores productivas habituales.

De Bogotá a Ospino

Habiendo salido de Bogotá en enero de ese mismo año 1821, el Libertador se había dirigido a Cúcuta donde permaneció en febrero, para marchar luego a Trujillo en marzo y a fines de este último mes encaminarse con sus fuerzas a los llanos de Apure, con el designio de acordar con el general José Antonio Páez y su fuerte caballería, el plan conjunto de operaciones para lo que desde entonces se estimaba como la campaña final de la contienda contra España. De Payara sale el Padre de la Patria con rumbo a Barinas, adonde llega la segunda semana de abril. Dicha capital provincial había sido abandonada por los realistas, quienes obedeciendo órdenes del general en jefe Miguel de La Torre, replegaron con miras a una reconcentración que al comienzo de abril se pensaba podía darse en San Carlos, en cuyas adyacencias pensaron patriotas y realistas podía darse la batalla final. Sin embargo, el jefe español siguió retrocediendo para establecer sus cuarteles en la sabana de Carabobo, paso obligado para cualquiera que proyectase tomar Valencia y Caracas, proviniendo desde Occidente o los llanos.

 

De San Carlos a Carabobo

Así, para el 3 de junio, fecha en que el Libertador dictó su proclama a los habitantes de Cojedes y Carabobo, ya numerosos contingentes monarquistas se habían estacionado en la planicie de Carabobo, a la espera de los refuerzos que de acuerdo a los planes de La Torre debían llegar de Caracas, Guárico y otras zonas del país bajo control peninsular. Téngase en cuenta que por esos mismos días el general José Francisco Bermúdez estaba al frente de las fuerzas republicanas que desde Carúpano ejecutaban la Diversión de Oriente, con destino a Caracas, de acuerdo a instrucciones del Libertador. Y dichas operaciones obligarían a La Torre a desprenderse de un grueso cuerpo de su Ejército para dar cara al caudillo oriental. Bermúdez obtendría su victoria del 12 de mayo en El Rodeo (Miranda). Y “sin tiempo qué perder… avanza con la moral en alto en dirección a Santa Lucía, Valles del Tuy, para continuar con la campaña a la que denominó la Diversión Bélica o Distracción de Caracas” [http://www.miranda.gob.ve].

 

Bermúdez en Caracas

De El Rodeo Bermúdez avanza hacia Santa Lucía, en cuyos alrededores el día 14 de junio a las 9:00 de la mañana -faltando diez días para la acción principal de Carabobo-, se escenifica un rudo combate entre las fuerzas a las órdenes del prócer oriental y los enemigos al mando de Lucas González. Los realistas se retiran a Petare. Habiendo entrado en Caracas, Bermúdez avanzó hasta La Victoria, donde la falta de municiones le obligó a retroceder hasta la capital, en cuya colina de El Calvario se atrincheró, pensando que en sus alturas podía vencer a los realistas del coronel José Pereira, frustrándose su empeño. No obstante la diversión de Oriente, como se conoce este movimiento de Bermúdez, resultó crucial para la victoria del Libertador en Carabobo el 24 de junio de aquel año 1821.

 

Respeto a los civiles

Así, imbuido de los propósitos generosos en que se formó de niño de la mano de Simón Rodríguez, y cultivados en el curso de su adultez con sus lecturas, cruce epistolar y de los clásicos, su labor epistolar con personalidades del continente y sus pláticas con humanistas como Fernando Peñalver, Juan Germán Roscio, Simón Bolívar insta a la población civil de los lugares por donde pasaba su Ejército, a confiar en el compromiso adquirido por ambos contendientes, patriotas y realistas, respecto a que la guerra ya en su fase terminal, se haría en adelante en términos de respeto al Tratado de Regularización firmado en Santa Ana de Trujillo por el propio Libertador y el jefe antagonista, el español Pablo Morillo.

Sinóptico

1936

Murió Tulio Febres Cordero

Novelista y cuentista, y autor del relato Las cinco águilas blancas, este merideño mostró la originalidad de Caribay, deidad de los bosques, quien contempló la elevación de cinco águilas blancas que se posaron sobre los altos riscos. Tras el repentino oscurecimiento de la luna, el grito de Caribay las despiertan y las águilas comienzan a sacudir sus alas, desprendiendo sobre las cumbres, copos de nieve. He allí el origen mitológico de la Sierra Nevada. Don Tulio falleció en Mérida a sus 78 años de edad.

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