Tal día como hoy Simón Bolívar diseñó los planes para independizar al Perú
El autor es historiador, docente y abogado.

Néstor Rivero Pérez
El 6 de febrero de 1824 el Libertador Simón Bolívar, postrado en la localidad de Pativilca (Perú), donde había establecido su cuartel general, dirigió una carta al General Antonio José de Sucre, exponiéndole el cuadro de fuerzas republicanas, así como el estado de aquellas que servían a España, pidiéndole que fuese a Pativilca para acordar las operaciones que convenían ante dichas circunstancias “Véngase, le dice, hablaremos de todo esto y determinaremos cómo debe ser”.
Segunda petición
El Libertador, tras una esforzada movilización para someter al expresidente José de la Riva Agüero, quien en esos días había sido descubierto tramando la entrega de la porción republicana del Perú al virrey José de La Serna, cayó en cama sumamente debilitado en su salud.
Los sinsabores de obligarse a repeler la traición de Agüero, aunado ello al mal del ‘tabardillo’como se denominaba el impacto de la continua insolación en organismos debilitados, hicieron que oficiales de su séquito temiesen por su vida. Y, no obstante su condición el Padre de la Patria, al frente de ocho mil hombres, no se daba espacio para la resignación, insistiendo en la retoma de la ofensiva militar en contra de los realistas, que establecidos en el Cuzco disponían de quince mil efectivos al mando del virrey de La Serna y el general José de Canterac.
Ya cuatro meses antes el Libertador había escrito a su ejemplar lugarteniente, solicitándole que se acercara al cuartel general para examinar entre ambos el panorama bélico en la tierra inca, plagado de disensiones y deserciones intestinas que le llevaron a decir en un momento de desesperación que casi se arrepentía de haber pisado el Perú.
Sin embargo su indomable constancia, capacidad de unir y movilizar los factores que impulsaban por entonces la causa emancipadora, le permitieron sobreponerse al instante de desánimo; y consciente el Padre de la Patria que sólo Antonio José de Sucre poseía el genio suficiente como para ayudarle a trazar la estrategia y dirigir las fuerzas con el tino y la disciplina indispensables como para desalojar el poder peninsular de la sierra peruana, la cual representaba más del sesenta por ciento del territorio peruano, insistió en su llamado al héroe de Pichincha para que se encaminase a Pativilca.
Bolívar en Pativilca
Siendo una aldea ubicada en la costa norte del Perú, aquí se detuvo Bolívar procedente de Trujillo, a poco de culminar sus extenuantes e ingratas responsabilidades en cuanto a someter a José de la Riva Agüero, hasta ese momento al frente de una facción patriota del Perú. Agüero venía tramando la entrega de los bastiones independientes al virrey de La Serna.
Así la extrema contrariedad y la continua intemperie en clima hostil, y aunado ello al constante desplazamiento con muy breve descanso, tuvieron efecto en la contextura de un Simón Bolívar, que por entonces comenzaba a sentir el impacto de catorce años de marchas, combates y privaciones.
Sin embargo, durante el lapso de enero y febrero de 1824 que el Libertador transcurrió en Pativilca contó con asistentes de primer orden como el panameño José D Espinar y el venezolano José Gabriel Pérez.
A comienzos de su estadía en Pativilca, el 7 de enero, Bolívar escribió a Fco de Paula Santander, vicepresidente de la Gran Colombia “De resultas de una larga y prolongada marcha que he hecho en las sierras del Perú, he llegado hasta aquí y he caído gravemente enfermo. Es una complicación de irritación interna y de reumatismo, de calentura y de un poco de mal de orina, de vómitos y dolor cólico”.
“Véngase y hablaremos…”
“Mucho deseo ver llegar a Ud aquí, para que hablemos de todo, todo, todo. Entonces yo determinaré algunas cosas capitales (…) Para esto espero consultar con Ud (…) Véngase Ud y hablaremos de todo esto y lo determinaremos como debe ser” [Simón Bolívar, Carta a A José de Sucre, Pativilca, 6/02/1824]
Sinóptico
1926
Nació Fabricio Ojeda
Este día nació en el pueblo de Boconó (Trujillo) Fabricio Ojeda, cuya actuación entre 1957 y 1958 al frente de la Junta Patriótica, resultó crucial para asegurar la alianza cívico-militar que habría de determinar la aproximación de fuerzas y factores políticos indispensables, para dar al traste, el 23 de enero de 1958, con la dictadura militar encabezada por el General Marcos Pérez Jiménez.
Debió combinar su labor conspirativa con su trabajo como reportero de El Nacional en el Palacio de Miraflores. En los años 60, Fabricio, ofrecerá en cartas, artículos de prensa o ensayos, sea desde el campamento guerrillero, o un rincón de la clandestinidad en Caracas o La Guaira, reflexiones sobre el panorama político venezolano, la necesidad de la unidad y su visión antiimperialista de la lucha política. Estaba convencido de la necesidad de un frente nacional para la liberación y un partido que aglutinase los cuadros de la vanguardia.