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Néstor Rivero Pérez

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El 20 de octubre de 1825 el Libertador Simón Bolívar escribió afectuosa epístola al hacendista aragüeño José Rafael Revenga, a quien le unía amistad de larga data, pidiéndole que pusiese a la venta las minas de cobre que el héroe había hederado, como parte del mayorazgo patrimonial.

J. R. Revenga

Graduado como abogado en 1808 en la Universidad de Caracas, José Rafael Revenga se declaró en 1810 partidario de la causa emancipadora, formando parte de la delegación que la Junta Suprema de la I República, envió a EEUU para obtener apoyo diplomático al movimiento iniciado en Venezuela, y adquirir armamento. Sus acompañantes fueron Telésforo Orea y Vicente Bolívar y Palacios, hermano del futuro Libertador. En 1815 se desempeñó en Cartagena de Indias como secretario de Simón Bolívar; luego de la caída de esta ciudad en manos de Pablo Morillo, Revenga marcha de nuevo a EEUU, donde aprovecha para estudiar sobre educación, así como contabilidad y economía política. Fue uno de los muy contados venezolanos, junto a Santos Michelena, que por aquella época, se dispusieron a estudiar el tema de la administración de finanzas y economía, conocimientos que años después, uno y otro sabrán aplicar al frente de la Secretaría de Hacienda, el primero en días de la Gran Colombia y el segundo en la Venezuela post 1830. Revenga asimismo representará a Venezuela en Inglaterra, donde por varias semanas se vio sometido al arresto domiciliario, por defender los intereses del Estado grancolombiano, logrando la victoria de la querella tribunalicia, y una mayor adhesión afectuosa del Libertador Simón Bolívar. En 1825 retorna a la América, encontrándose en Bogotá, ya en septiembre de ese año.

Cartas de Bolívar

La confianza que el Libertador depositaba en Revenga, por su probidad y patriotismo, como por sus dotes de administrador, indujeron a Bolívar al enterarse del regreso de Revenga a tierras grancolombianas, a escribirle el 26 de septiembre de 1825, para congratularse con él, por haber obtenido el reconocimiento de Inglaterra a favor de -la Gran- Colombia. En dicha ocasión Bolívar le recomienda dos opciones para su destinación de empleo: como secretario del gabinete ejecutivo en Bogotá, o que viajase a Lima, para socorrerlo en la ingente tarea de organizar los territorios recién libertados por su espada y la de Antonio J. de Sucre. En la segunda carta de estos meses a Revenga, el héroe le habló con claridad de su proyecto de vender las minas de Aroa, integradas al mayorazgo recaído en su persona, tras la desaparición del hermano mayor Vicente Bolívar en 1811. “Ud no dejará de saber, le dice, que mi hermana -María Antonia ha arrendado las minas de cobre de Aroa a un inglés (…) Aunque no dejo de estar satisfecho del arrendamiento, me parece mejor vender la posesión de Aroa”.

Cobre y antibolivarianismo

En todo caso los derechos de Simón Bolívar, como él mismo le dice a Revenga, son los de posesión, puesto que la propiedad del subsuelo corresponde a la República, según principio jurídico hispánico que él mismo reconfirmaría en octubre de 1829, mediante decreto de Quito. Para 1825 la venta de sus derechos sobre estas minas de cobre, constituía para Bolívar, la única fuente patrimonial y segura de ingresos, por cuanto, como asentaría en su testamento: “No poseo otros bienes que las tierras y minas de Aroa”. Así a partir de 1823 solicitará a su sobrino Anacleto Clemente Bolívar primero, luego a su hermana Antonia, y después a J. F. Madrid y al mismo Andrés Bello en Londres, que tramitasen la venta de Aroa.  Entre 1824 y 1836 se extrajeron de dichos  yacimientos un total de 200 mil toneladas de cobre. Ello significaba, que si el Libertador en 1825 pedía cien mil libras esterlinas por las minas, en solo 8 años, estas debieron dar a sus arrendatarios un beneficio aproximado de 20 millones de dichas libras esterlinas. En todo caso el odio que para 1830 sentían sus enemigos políticos hacia el Padre de la Patria, turbó cualquier negociación con este en tribunales de Caracas, debiendo sus allegados en San Pedro Alejandrino, ubicar una “camisa ajena” para exponer sus restos en su ceremonia fúnebre en la Santa Marta de aquel año.

“Proponga Ud la compra de las minas…”

“(…) a sus amigos de Inglaterra… Ud les propondrá la compra de Aroa y ellos por conducto de Ud podrán hacerme sus posturas (…) estoy determinado a no aceptar menos de cien mil libras esterlinas por las minas de Aroa” [Simón Bolívar, Carta a J. R. Revenga, 25/10/1825 / En: Obras Completas, 1980, Compilador: Vicente Lecuna, Tomo II, pág 247].

Sinóptico

1914

Nació Carlos Augusto León

Poeta, ensayista, y periodista, León vivió mucho tiempo en el extranjero. Le cantó a la paz y a la naturaleza. De sus libros destacan: Los pasos vivientes, Los nombres de la vida, Los ojos abiertos, Solamente el alba, La muerte y el morir, El río fértil, La palabra vida y Juegos del yo.

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