Tal día como nació Edmund Halley, epónimo de un cometa y un cráter lunar
El autor es historiador, docente y abogado.

Néstor Rivero Pérez
El 14 de enero de 1746 falleció en Greenwich (Inglaterra) el astrónomo Edmund Halley, cuya capacidad de observación y para extraer conclusiones en torno al comportamiento de cometas, planetas, estrellas y otros astros del firmamento, le colocan en un puesto de excepción en la historia del conocimiento astronómico. Su nombre ha sido reconocido como epónimo del más recurrente cometa del sistema solar, así como del cráter ubicado en la pared sur de la llanura lunar de Hipparchus.
Meteoros y oscuridad
La complejidad del universo puede abreviarse señalando que su dimensión física está integrada por la magnitud del espacio que se extiende lado afuera de la Tierra y la sucesión de estados por los que pasa la materia en todas sus formas, así como por “la energía y el impulso, leyes y constantes físicas que las gobiernan».
Desde los primeros días en que el ser humano osó levantar la mirada hacia el firmamento para preguntarse ‘qué habrá allá arriba’, se obtuvieron respuestas que en muchos casos rayaban en la extravagancia. Y desde atrás se supuso que los cometas eran meteoros de gran tamaño. Heráclito creyó ver en ellos “nubes luminosas”; y Demócrito los percibió como ‘choque de cuerpos celestes’.
Con Séneca se da una primera aproximación en el desenvolvimiento de los cometas. Este filósofo de los primeros tiempos del Imperio Romano, se preguntaba “¿Por qué admirarse que no estén los cometas sometidos a leyes fijas…ni de donde pasan tales cuerpos cuyas reapariciones están separadas por largos intervalos?” (Espasa-Calpe, Tomo 14). Y como anunciando el portento investigativo de Edmund Halley, a más de milenio y medio de distancia, ha de decir Séneca “Nacerá un hombre que hará ver en qué parte del cielo van los cometas, por qué se diferencian tanto de…los planetas, cuál es su magnitud y su naturaleza” [‘Naturales quiestiones‘].
Así, la oscuridad que ha envuelto las leyes del universo, si bien ha sido develada en cuanto a la composición y comportamiento de los cometas, mantiene hoy su velo en temas como la materia oscura y el Bosón de Higgs, partícula esta fundamental para la formación de toda masa.
El gran observador
Halley -quien alcanzó la longeva edad de 85 años, casi un récord para la época-, nació el 8 de noviembre de 1656 en Haggerston, localidad cercana a Londres. Incursionando con autoridad en el conocimiento de las matemáticas y la física, hizo aportes proverbiales a la astronomía.
Entre sus grandes amistades estuvo Isaac Newton, a quien animó a escribir y publica su monumental trabajo Filosofía Naturalis y Principia Matemática, cuando el autor aún no estaba resuelto. Halley pagaría de su propio peculio la primera edición.
Así el lento proceso de acumulación de saberes respecto a la mecánica celeste, y la vocación de conocer de Halley le llevaría a visitar distintos puntos del globo bajo control del Imperio Británico, como la isla de Santa Elena, y posesiones inglesas de África y América, con el propósito de instalar telescopios y determinar el comportamiento de cometas y otros cuerpos del espacio sideral.
Sin embargo, Halley también estudió y arrojó luz acerca del comportamiento de las mareas y la ubicación exacta de numerosas estrellas. Entre sus adelantos destaca la elaboración de la primera carta de variación de la declinación magnética.
Dicha innovación se haría sentir en la navegación interoceánica. También propuso dos tipos de campanas para el uso de quienes se adentraban en las profundidades submarinas, áreas estas vedadas por entonces al hombre, debido a las dificultades para asegurar la respiración bajo el agua, y que sería resuelta por primera vez con la invención de la escafandra en el siglo XIX.
¿Cometa errante?
Edmund Halley detectó coincidencias en las características del que luego sería conocido como “el cometa Halley”. Con una órbita que posee ligera oscilación, empero que el astrónomo Halley promedió con bastante exactitud, este último señaló que el enigmático objeto sideral se dejaba ver por los parajes de la Tierra cada 76 años.
Y la constatación de esta regularidad en el retorno orbital, erradicó la idea de que el cometa era un cuerpo errático que vagaba sin rumbo y que en cualquier momento podría chocar con el sol o la Tierra; o que su llegada implicaba “el fin del mundo”, creencia esta de los tiempos medievales.
Sinópticos
1823
“Prensa admirable”
En epístola de esta fecha el Libertador indica que tras el régimen colonial, los medios impresos deben “captar la admiración”, así como evitar repeticiones innecesarias, y titular con el acierto de lo que se corresponde con el contenido; y a la vez contar con buenos redactores.
2006
Negra Hipólita
Este día fue creada la Misión Negra Hipólita para tender la mano a las personas en situación de calle. El presidente Nicolás Maduro creó el viceministerio para la Suprema Felicidad Social del Pueblo, donde se incluyó esta misión.