Usaid entre dos males: Desestabilizar como lo hace o conspirar bajo el puño de Marco Rubio

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El organismo «…se ha alejado durante mucho tiempo de su misión original de promover responsablemente los intereses estadounidenses en el exterior…», alegó el Departamento de Estado al momento de designarlo como Administrador. Fotocomposición.

Usaid augura mayor belicismo bajo el puño de Marco Rubio

VEA / Yuleidys Hernández Toledo

«De dos males, no elijas ninguno», es una frase que atribuyen a Charles Spurgeon, un misionero y teólogo nacido en el Reino Unido (1834-1892), quien pasó a la historia como el Príncipe de los Predicadores. La frase viene como anillo al dedo casi 150 años después, cuando en Estados Unidos (EEUU), y en algunos sectores de la derecha mundial hay incertidumbre sobre si Donald Trump eliminará o no la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés) una organización que entre sus objetivos iniciales está «planificar y administrar la asistencia económica y humanitaria en el mundo», pero que ha sido empleada para generar desestabilización en diversos países.

Mientras toma la decisión, si la elimina o no, el magnate yanqui nombró el lunes 3 de febrero a su secretario de Estado, Marco Rubio, como Administrador Interino de la Usaid.

«La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) se ha alejado durante mucho tiempo de su misión original de promover responsablemente los intereses estadounidenses en el exterior, y ahora está muy claro que porciones significativas de su financiamiento no están alineadas con los intereses nacionales fundamentales de los Estados Unidos», dijo el Departamento de Estado en un comunicado, en donde anuncia la designación de Rubio.

Agrega el texto que Rubio notificó al Congreso que se está llevando a cabo una revisión de las actividades de asistencia exterior de Usaid con miras a una posible reorganización.

Lo que hasta ahora sí es completamente cierto es que la Administración yanqui actual está confesando públicamente el «mal manejo» de los recursos de dicha organización. En el referido texto lo plantean de la siguiente forma: «Mientras evaluamos a Usaid y nos aseguramos de que esté alineada con la agenda de Estados Unidos primero y los esfuerzos del Departamento de Estado, continuaremos protegiendo los intereses del pueblo estadounidense y garantizando que sus dólares de impuestos no se desperdicien».

Un halcón de la guerra al frente

La Usaid fue creada en noviembre de 1961 por el entonces presidente  John F. Kennedy, para supuestamente «mejorar la administración de la asistencia estadounidense y reorientar la ayuda para satisfacer las necesidades del mundo en desarrollo», según refiere la Oficina de Historia del Departamento de Estado en su página web.

Y seguramente algunos dirán que al nacer esta instancia de mano de John F. Kennedy, considerado como uno de los presidentes más populares de EEUU, no solo por su cercanía con Hollywood y por su «defensa a los derechos civiles», iba a ser utilizada para el bien. No obstante, hay que recordar que este personaje no fue una mansa paloma, como dice un refrán popular, sino que fue quien ordenó la invasión a Cuba, en abril de 1961, vía Playa Girón, en donde, vale decir, él y sus mercenarios fueron derrotados. También hay que recordar que entre 1961 y 1963 incrementó la presencia militar estadounidense en Vietnam.

Pasaron los años y la historia ha venido demostrando que la Usaid ha sido utilizada para financiar organizaciones no gubernamentales (ONG), partidos políticos y otras instituciones que contribuyen a luchar contra gobiernos mal vistos por Estados Unidos, como los de Venezuela, Cuba y Nicaragua. Una agenda que parece no cambiará si se toma en consideración que Rubio, un halcón de la guerra al igual que Trump, promueve la política exterior de Estados Unidos, conocida como America first. Su defensa constante son los «intereses de Estados Unidos».

El lunes 3 de febrero desde El Salvador, donde realizó una visita de trabajo, fue consultado sobre lo que sucede en la Usaid, y confesó: «Mi frustración con Usaid se remonta a mi época en el Congreso. Es una agencia que no responde en absoluto. Se supone que debe responder a las directrices políticas del Departamento de Estado y se niega a hacerlo (…)», cita el Departamento de Estado en su web.

En sus declaraciones se refirió al mal uso del dinero de los contribuyentes que hace el mencionado organismo. «Me preocupan mucho estos informes de que no han querido cooperar con personas que hacen preguntas sencillas sobre qué hace este programa, quién recibe el dinero, quiénes son nuestros contratistas, quién está financiado (…). Estamos gastando dinero de los contribuyentes. No son dólares de donantes. Son dólares de los contribuyentes, y le debemos al pueblo estadounidense la garantía de que cada dólar que gastamos en el extranjero se destina a algo que promueve nuestro interés nacional». 

Rubio, un defensor de la «libre empresa», el mismo cuya familia ha tenido vínculos con el narcotráfico indicó que «(…) si uno va misión tras misión y embajada tras embajada por todo el mundo, a menudo encontrará que en muchos casos Usaid participa en programas que van en contra de lo que estamos intentando hacer, en nuestra estrategia nacional, con ese país o con esa región. Eso no puede continuar».

«Usaid no es una entidad no gubernamental independiente. Es una entidad que gasta el dinero de los contribuyentes y tiene que gastarlo, como indican los estatutos, en consonancia con las directrices políticas que reciben del Secretario de Estado, del Consejo de Seguridad Nacional y del Presidente. Llevamos 20 o 30 años intentando reformarla, pero se niega a hacerlo, se niega a cooperar», agregó.

¿Cómo es la política exterior que sueña Rubio?

El funcionario, quien es hijo de inmigrantes cubanos, y aunque parezca contradictorio, está entre quienes se opone a cualquier tipo de amnistía para los inmigrantes en situación irregular, como recordaba en noviembre de 2024, BBC Mundo, promueve la deportación de migrantes.

Sobre el tema, decía el 30 de enero de 2025: «Tenemos que trabajar con los países de origen para detener y disuadir nuevos flujos migratorios, y que acepten el retorno de sus ciudadanos presentes ilegalmente en Estados Unidos». Ese día agregaba: «Algunos países cooperan con nosotros con entusiasmo, otros no tanto. Los primeros serán recompensados. En cuanto a los segundos, el presidente Trump ya ha demostrado que está más que dispuesto a utilizar la considerable influencia de Estados Unidos para proteger nuestros intereses», refiere el Departamento de Estado en su web.

Aquel 30 de enero de 2025, este defensor del «derecho» de los ciudadanos a portar armas, lanzó su arremetida contra países que EEUU considera sus enemigos: China, Venezuela, Nicaragua y Cuba.

«La migración masiva ha desestabilizado toda nuestra región. Los cárteles de la droga, ahora correctamente categorizados, gracias al presidente Trump, como organizaciones terroristas extranjeras, se están apoderando de nuestras comunidades, sembrando la violencia y envenenando a nuestras familias con fentanilo. Los regímenes ilegítimos de Cuba, Nicaragua y Venezuela, están amplificando intencionadamente el caos. Mientras tanto, el Partido Comunista Chino utiliza su influencia diplomática y económica, como en el Canal de Panamá, para oponerse a Estados Unidos y convertir a países soberanos en Estados vasallos», expresó.

El lunes 3 de febrero de 2025, desde El Salvador, donde estuvo como parte de su agenda con gestiones aliadas a la Casa Blanca, al ser consultado si creía, como Elon Musk, que la Usaid era una organización terrorista, Rubio dijo: «(…) La política exterior estadounidense es para… es para promover los intereses de Estados Unidos. Si alguien quiere gastar dólares apolíticos deberían gastar dólares privados. Puede fundar una organización benéfica y financiar a quien quiera. Pero si se va a gastar dinero de los contribuyentes, entonces se tiene que gastar para promover los intereses nacionales de Estados Unidos». 

Kennedy, miembro del partido Demócrata y creador de la Usaid, mantuvo la creencia de que el comunismo es una amenaza para Estados Unidos, el 20 de enero de 1961 al asumir como Presidente, dijo “que cada nación sepa, ya sea que nos desee bien o mal, que pagaremos cualquier precio, soportaremos cualquier carga, afrontaremos cualquier dificultad, apoyaremos a cualquier amigo, nos opondremos a cualquier enemigo, con el fin de asegurar la supervivencia y el éxito de la libertad”, cita el Departamento de Estado en sus archivos históricos.

La postura del miembro del partido Republicano, Marco Rubio, 64 años después, es la misma a la de Kennedy. Es anticomunista. Tiene entre ceja y ceja a Cuba y a Venezuela, por eso apoya las Medidas Coercitivas Unilaterales que mantiene el régimen yanqui contra ambas naciones, ¡y es partidario de medidas más severas! Tiene una posición agresiva contra China y apoya a regímenes genocidas como el de Israel. Y al igual que el exmandatario yanqui pone por encima de todo los intereses de «su» país.

Así que todo parece indicar que nada cambiará si eliminan o no la Usaid, si la dirige Marco Rubio u otra persona. Como dijo Charles Spurgeon: De dos males, no elijas ninguno.

Dado que Rubio lleva años intentando saber en qué usan los recursos de la Usaid y quiénes lo reciben, ¿será que ahora revelará cuánto de ese dinero de los contribuyentes fue a parar a manos de los prófugos de la justicia venezolana, Juan Guaidó, Carlos Vecchio, y otros miembros de la derecha? ¿Revelará cuántos medios de derecha y ONG fueron apadrinados por la Usaid?

Al malo (¿supone usted quién es?) le toca escoger entre males.

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