Venezuela apta para asumir modelo de salud mental «antimanicomial»

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El psicoterapeuta e investigador Agustín Barúa Caffarena, considera que el país tiene las mejores condiciones para avanzar en tal sentido. Imagen Internet.

VEA / Yonaski Moreno

El psicoterapeuta e investigador Agustín Barúa Caffarena, trajo a Venezuela su libro Ejedesencuadrá: Del encierro hacia el vy’a. Transgresiones para una salud mental sin manicomios, un aporte que busca, en el contexto de un Gobierno Revolucionario, abrir “una perspectiva de salud mental que es mucho más progresista y mucho más sensible”.

“Ejedesencuadrá” es una palabra yopará –una mezcla entre el castellano y el guaraní- que quiere decir “desencuadrarse”, explicó el autor paraguayo en conversación con Diario VEA.

El llamativo término surgió en medio de un taller de salud mental realizado con educadores del estado de Caaguazú, Paraguay, en la que el especialista empleó la palabra “desmanicomialización”, de amplio uso en Surámerica, originando que los presentes señalaran la dificultad de la misma, catalogándola de “impronunciable”, lo que llevó al grupo a buscar una palabra paraguaya con que reemplazarla. Por iniciativa de uno de los presentes nació “Ejedesencuadrá”, que se interpreta como «rebelarte a los mandatos sociales de las clases dominantes».

También figura otra frase muy paraguaya en el título de la obra: “del encierro hacia el vy’a”, siendo el encierro la respuesta clásica de una perspectiva de salud mental autoritaria, y “vy’a”, una palabra guaraní que se traduce como alegría comunitaria. La frase resume el objeto del libro, plantear cómo cambiar ese modelo de la salud mental desde el encierro, y llevarlo hacia la convivencia, el conocernos y producir juntos, explica Agustín.

El modelo manicomial de salud mental tiene un nudo: peligrosidad es igual a diversidad psíquica. Es decir, las personas que no son como uno, nos parecen extrañas, nos parecen bizarras, las sentimos como algo amenazante, y eso se codifica de tres maneras: desde un discurso religioso se llama pecado, desde un discurso médico se llama enfermedad, desde un discurso  jurídico se llama delito. O sea, se asigna un lugar estigmatizante, descalificante, que hace que perdamos la compasión, la compresión, la sensibilidad. La idea es rehumanizar esa mirada de la persona que es diferente a nosotros”, explicó.

Sobre el modelo manicomial –de encierro- el especialista consideró que “Venezuela tiene las mejores condiciones para avanzar hacia un modelo de salud mental sin internaciones manicomiales, asilares, de hospitales monovalentes a partir de su construcción de derechos hacia un estado que se fortalece para construir salud con ese sentido de integralidad”.

Añadió que en un contexto de bloqueo económico, financiero y comercial, el país “se encuentra en esa disputa de entender la salud como la integralidad de la vida y no hay salud mental sin salud”. Planteó que el siguiente paso es “pensar la sustitución de esas internaciones con la red de servicios de salud mental comunitaria, hecho a la medida de Venezuela, definida por las y los venezolanos”.

El libro, que forma parte de la colección «Psi crítica», ya ha sido entregado a representantes de la Universidad de las Ciencias de la Salud y del Ministerio del Poder Popular para la Salud, en su versión digital. El escritor manifestó su intención de continuar la difusión del texto de manera gratuita en coordinación con los entes interesados.

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