Violencia fascista en el siglo XXI: Escuadrismo y comanditos del terror
La autora es periodista y analista política. Ganadora del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar 2022.

Yoselina Guevara López
@lopez_yoselina
La actuación cargada de odio y de violencia de un sector de la oposición venezolana, encabezado por la activista de extrema derecha Maria Corina Machado y su excandidato a las elecciones presidenciales, Edmundo González, que hizo vivir a Venezuela dos (2) días de terror, nos hace retroceder el reloj de la historia al nacimiento y el afianzamiento del fascismo en Italia después de la Primera Guerra Mundial, en un contexto caracterizado por la crisis económica, el desempleo, la inflación y las tensiones sociales.
De acuerdo a los resultados emitidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE), en el segundo boletín el ganador de las elecciones presidenciales en el país suramericano es el actual presidente Nicolás Maduro Moros, quien fue escogido por 6.408.844 electores y electoras, quienes votaron para su reelección. Pero desde la tarde del 28 de julio, cuando aún el CNE no había emitido los primeros resultados, inició de parte del sector extremista de la oposición venezolana, todo un plan desestabilizador con llamados al odio contra los simpatizantes del oficialismo, sumando a ello mensajes de victoria con resultados provenientes de una página fraudulenta que pretendía usurpar las funciones del principal ente rector electoral en Venezuela.
Pero este plan desestabilizador tuvo su brazo organizativo y criminal en los llamados «comanditos», grupos supuestamente creados por el sector oposicionista fascista para la defensa del voto, pero que son verdaderamente herederos directos de la violencia “escuadrista” de la Italia de Benito Mussolini.
Escuadrismo y comanditos del terror, analogías
En 1919 Italia vive el nacimiento y consolidación del “escuadrismo” un instrumento de la contrarrevolución, que usaba la conformación de “escuadras de acción”, grupos paramilitares armados que tenían el objetivo de intimidar y reprimir violentamente a los adversarios políticos.
Al comienzo estas bandas armadas eran pagadas por los terratenientes, posteriormente formaban parte de una especie de grupos ilegales bajo la manutención del Estado fascista en el poder y de sus aliados con dinero.
El escuadrismo llegó a ser, paradójicamente, la expresión del poder de clase del gran capital, que va contra toda forma de organización social, y que veía en el “Comunismo” su máximo adversario a eliminar, no solo políticamente sino también física y materialmente .
Una de las analogías entre el “escuadrismo” y los “comanditos del terror” es el hecho de recibir sus integrantes un pago por los sectores económicos pudientes. Es decir, no son una expresión espontánea y mucho menos popular del disenso y el descontento dentro de la sociedad. Por el contrario, son organizaciones cuya referencia son las bandas delictivas, de hecho tanto los “escuadristas” como los comanditos, están integrados en su mayoría por delincuentes, y su tarea fue realizar actos terroristas y asesinatos.
Regresando a la Italia de 1920, en ese año se lleva a cabo toda una operación donde los escuadristas fascistas llevaron a cabo, bajo total impunidad, cientos de “expediciones punitivas”, acciones contra adversarios políticos. De la misma manera los días 29 y 30 de julio, posteriores a las elecciones venezolanas, los comanditos opositores reprodujeron casi a calco, acciones violentas de todo tipo en varias ciudades de Venezuela.
En la península italiana se dirigieron en primer lugar a vandalizar, saquear e incendiar los edificios símbolo de la organización social; sedes de periódicos de izquierda, partidos políticos de izquierda, centros sociales, sedes de alcaldías gobernadas por la izquierda.
Al mismo tiempo los dirigentes comunistas, sindicalistas y todo aquel que fuera adversario del fascismo, fueron amenazados, perseguidos, golpeados con porras, que pronto se convirtieron en el símbolo de la “expedición punitiva”, torturados y en una práctica atroz obligados por la fuerza a beber aceite de ricino causando la vergüenza de no poder contener las heces fecales, siendo paseados por los calles de las ciudades y pueblos y posteriormente llegando inclusive a ser desaparecidos y asesinados.
Causa estupor que en pleno año 2024, se haya tratado de revivir en Venezuela parte de estas prácticas fascistas escuadristas de los llamados “camisas negras”; por fortuna por muy pocos días, gracias a la acción oportuna del gobierno venezolano y los cuerpos de seguridad que evitaron la implantación de un régimen del terror.
No obstante es oportuno señalar que la mesa estaba preparada por los sectores extremistas de la oposición para tomar el poder gubernamental que no han podido alcanzar por la vía electoral, llegar a ejercerlo por la fuerza a través de un golpe de Estado cibernético criminal, orquestado en las redes sociales, con influencers y ataques hackers inéditos, más de 30 millones por minuto, a las principales páginas web gubernamentales.
Este episodio dantesco de los «comanditos del terror» organizados y pagados por Maria Corina Machado y sus aliados, dejó 25 personas asesinadas, cientos de heridos, incluyendo 57 instituciones educativas, 10 sedes del Consejo Nacional Electoral, y 10 casas del Partido de gobierno, PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), que fueron vandalizadas, saqueadas e incendiadas.
Fascismo: Violencia política
El fascismo, en todas sus vertientes, es la expresión de la violencia política, una forma aberrante del accionar político. Su esencia es abandonar cualquier forma de diálogo, de debate de ideas, llevando la confrontación política al terreno de la lucha física. De allí que el fascismo busque deconstruir la praxis de la política tradicional, desterrando el compromiso con la verdad y cualquier forma de dirimir y utilizando las armas de la amenaza, el terror y finalmente la violencia en todas sus facetas.
Lógicamente el fascismo se concretiza en el rechazo a la crítica y al pensamiento crítico; teniendo como eje fundamental la violación de las leyes, de la libertad y el derecho a discentir, con una prevalencia del totalitarismo, la alienación del ser humano y la existencia del pensamiento único que efectivamente desarraiga lo humano de sí mismo.
El presidente Nicolás Maduro, este 19 de agosto de 2024, en una reunión de trabajo con el Partido Socialista Unido de Venezuela y el Gran Polo Patriótico, lo ha definido acertadamente: “El fascismo ha fracasado en Venezuela, lo tenemos derrotado pero tenemos que consolidar la victoria frente al odio, frente a la mentira, frente a la manipulación, frente a la campaña sucia que ha sustituido la política como bien humano, como hacer del servicio público, la política con ‘p’ mayúscula, con sentido democrático, la ha sustituido con la política ruin de destrucción, conflictiva de autodestrucción, de intolerancia, de odio, de persecución (…) la política con ‘p’ de porquería, la política como violencia, como crimen o la política con ‘p’ mayúscula de Patria (…) “
La política de la cual nos habla el presidente Maduro es una concepción humanista, comprometida con la justicia. Pero también ha manifestado en diferentes ocasiones la necesidad de poner en acción “el diálogo”, no obstante sea una de las herramientas más exigentes, que requiere participación, atención, equilibrio, disciplina y respeto.