Carlos Soto

FB Carlos Alberto Soto Soto

IM: @sotopsuv

La industria de los medios de comunicación con el apoyo de gobernantes que atacan constantemente al gobierno legítimo del presidente Nicolás Maduro, se han encargado de dar un tratamiento particular a la migración de venezolanos, promoviendo el racismo, el odio y la xenofobia, fundamentalmente por elementos políticos e ideológicos, tal como hemos visto en Perú y Colombia en los últimos días. Sin lugar a dudas esto representa un disparo certero a la dignidad de nuestro país.

Venezuela, país que históricamente recibió migrantes de numerosas naciones que huían de conflictos armados, de la guerra y de situaciones económicas complicadas, hoy día no se le gratifica el hecho de haber acogido a millones de ciudadanos con distintas nacionalidades, por el contrario, en muchos países del mundo, fundamentalmente en Latinoamérica, ciudadanos venezolanos son perseguidos, vejados y asesinados, lo cual pone en evidencia el poco o nulo respeto que existe en materia de garantía de los DDHH de poblaciones migrantes.

A esta realidad se le añade la particularidad de ver como países que tienen un alto porcentaje de migración, no forman parte de la matriz de opinión internacional.

Podemos citar como ejemplo el caso de México, el cual sirve como canal para muchos ciudadanos migrantes centroamericanos y vemos como los grandes medios de comunicación no hacen referencia de la misma forma en que sí lo hace con los ciudadanos migrantes venezolanos y esto por supuesto está motivado por un parcialismo político-ideológico que ha sido promovido por instancias internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA), la alta comisión de la Naciones Unidas para los Refugiados y por gobiernos de derecha en la región que se han prestado para esta política de agresión, discriminación y xenofobia contra venezolanos.

El sentimiento de xenofobia contra nuestros connacionales ha ido en ascenso en la medida que los gobiernos, dirigentes políticos y medios de comunicación de países como Ecuador, Colombia, Brasil, Perú y Chile, por mencionar algunos, han relacionado a los migrantes venezolanos con la criminalidad en sus naciones.

Lanzar el mensaje que la migración es criminal, es un mensaje que erradica en la ridiculez, irradia en el absurdo y la ignorancia,  porque la criminalidad no tiene nacionalidad, podemos partir de allí; el fenómeno del crimen o la delincuencia está asociado a elementos culturales, educativos de desigualdad social y económica,  y no necesariamente está atado a un tema de nacionalidad.

A esta situación se suma la constante violación de convenios y tratados internacionales que como parte de la doctrina jurista a nivel internacional debe ofrecer garantías y derechos a los migrantes sea cual sea su país de origen, que le permitan gozar de beneficios como la salud, trabajo y educación.

Lamentablemente no se están cumpliendo dichos convenios y tratados, no solamente en el caso de venezolanos sino, con otros ciudadanos del mundo, fundamentalmente de países del África.

Sin embargo, en el caso que nos compete que es Venezuela, es muy lamentable como algunos países atentan permanentemente contra los derechos de nuestros connacionales.

Por tal motivo, muchos de los venezolanos que salieron buscando oportunidades en otras fronteras, han retornado a su país de origen precisamente huyendo de la xenofobia, el rechazo, la violencia y la discriminación.

Pero además, hay que dejar bien claro que fueron engañados y manipulados por los grandes medios de comunicación y gobiernos títeres de la derecha norteamericana que promovieron la migración masiva de ciudadanos venezolanos producto de los ataques a nuestra economía y tejido social.

Nuestros compatriotas fueron víctimas de ofertas engañosas y han chocado contra una dura realidad. Lo cierto es que se han visto en países donde reina el neoliberalismo, y producto de esto  los derechos y garantías sociales no están garantizados como en Venezuela. Derechos que en el caso de nuestra nación están fundamentados no solo en la Constitución sino en la práctica cotidiana. El derecho a la salud gratuita, a la educación, a los servicios básicos, a la vivienda digna, entre otros.

Por esta razón, radica la importancia en los mecanismos que ha adaptado el Estado venezolano para repatriar hasta el momento a 23 mil 018 connacionales, a través del Plan Vuelta a la Patria. Además, de la creación de oportunidades laborales, de mejoramiento económico, de aporte científico, académico y profesional de muchos de nuestros ciudadanos, es la gran arma de nuestro país para lograr que muchos de los compatriotas puedan volver con unas condiciones que le permitan el desarrollo de sus garantías, de sus derechos y de sus deberes.

Por lo tanto la sociedad venezolana está en plenas facultades de seguir apostando para erradicar la xenofobia, también contra cualquier ciudadano del mundo que tiene el derecho de poder migrar e ir al país que decida.

Nosotros desde Venezuela aupamos, llamamos a nuestros hermanos y hermanas venezolanas en el mundo, para que puedan regresar a nuestro país y entre todos, en medio del diálogo nacional, del reencuentro y de un nuevo momento histórico que atraviesa la nación, a  que podamos construir , soñar y decidir el país que todos nos merecemos, queremos y necesitamos.

*El autor es internacionalista / Militante de la Jpsuv 

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